La memoria infinita: la conmovedora historia de amor de Augusto Góngora y Paulina Urrutia

La memoria infinita: la conmovedora historia de amor de Augusto Góngora y Paulina Urrutia

“Es una muerte en cámara lenta, donde día a día, hora a hora, minuto a minuto, vas perdiendo algo de esa persona. Es abrumador, pero al mismo tiempo es lo más bello”, aseguró la actriz sobre la enfermedad de su esposo, Augusto Góngora. La película fue preseleccionada a Mejor Documental en los Oscar 2024.


A veces, las mejores historias de amor se viven fuera de las pantallas o las páginas de un libro de ficción. A veces, suceden en lo cotidiano, dentro de casa y cuando menos se las espera. Se refuerzan cuando la vida de color rosa comienza a tinturarse de a poco y se pone a prueba la promesa de querer y cuidarse, en la enfermedad y hasta más allá de la muerte.

Un temido diagnóstico de Alzheimer no pudo contra los 26 años de un amor, que muchos han catalogado acertadamente como inquebrantable. Ese el que cultivaron el fallecido periodista Augusto Góngora y su esposa y actriz, Paulina Urrutia, que decidieron compartir con Chile y el resto del mundo, a través del documental La memoria infinita, dirigido por Maite Alberdi y disponible en Netflix.

“Es la oportunidad de haber sido amada y de haber amado a Augusto hasta el último momento de su vida”, dijo Urrutia a La Tercera, sobre su amado esposo, a quien conoció un día de septiembre del año 1997.

La historia de amor de Augusto Góngora y Paulina Urrutia: la inspiración para La memoria infinita

El inicio de la historia de amor entre Augusto Góngora y Paulina Urrutia

Ella tenía 26 años y él 43. Era septiembre de 1997. Antes de conocerse, cada uno había comenzado a formar su vida, sin saber que sus caminos iban a encontrarse en algún momento. Paulina estaba saliendo de una relación de siete años, mientras que Augusto ya llevaba un tiempo separado de su exesposa, con quien tenía dos hijos.

Pero ese día se encontraron en un teatro, donde ella se iba a presentar. Como si hubiese estado de vuelta en la educación media, sus compañeras actrices comenzaron a molestarla, diciéndole que él había ido a verla a ella.

—Para mí era como Sergio Livingstone (...) Era un señor nada que ver con mi vida, con mi mundo —recordó la actriz en una entrevista con Canal 13. Estaba incrédula con los comentarios que escuchaba.

Pero sus amigas no se habían equivocado. Después de la obra, Augusto consiguió su número y la llamó para invitarla a salir.

Paulina Urrutia y Augusto Góngora, de jóvenes.

El periodista, en ese entonces, era productor ejecutivo del área de cultura de TVN, y algo sobre ella le había llamado la atención en las teleseries que protagonizaba, como Jaque Mate y El amor está de moda. Estaba interesado en conocerla.

—¿Qué iba a hacer yo con este caballero, 17 años mayor? —se preguntó Paulina, en otra entrevista con Revista Sábado.

Pero aún así, su tono “canchero y seguro” terminó por convencerla. Se dijo a sí misma, “¿por qué no?”, y compartió con él una velada, que, sin saberlo entonces, fue el inicio de una historia que marcaría el corazón de todo el país.

La historia de amor de Augusto Góngora y Paulina Urrutia: la inspiración para La memoria infinita

El diagnóstico de Alzheimer del esposo

Pronto, se fueron a vivir al hogar que comenzaron a construir juntos. Los años pasaron rápidamente, y Paulina comenzó a darse cuenta que Augusto era un poco olvidadizo.

—Nunca sabía dónde dejaba las llaves —aseguró. Pero estos olvidos, que al principio parecían inocentes, empezaron a preocupar a la actriz a fines de 2014, cuando comenzaron a pasar más seguido.

En el cumpleaños de un amigo que tenían en común, Augusto, confundido, preguntó quién estaba de cumpleaños. Ese episodio fue el motivo de la primera consulta que tuvieron con un médico, quien lo diagnosticó con trastorno cognitivo leve de tipo amnésico.

También decidieron atender a la consulta de un psiquiatra, para que lo apoyara en el proceso de esta enfermedad. Según contó, en un momento el doctor reflexionó con ellos y la ayudó a comprender cómo lidiar con el Alzheimer de su esposo.

—Ya, Paulina, ¿y tú qué piensas? —dijo el médico.

—¿Por qué? ¿Por qué va a hablar ella, si es algo que me pasa a mí? —preguntó Augusto.

—Porque ahora la realidad va a ser compartida.

La historia de amor de Augusto Góngora y Paulina Urrutia: la inspiración para La memoria infinita

Para su esposa, esto le permitió entender y generar un código como pareja y compañeros, “fue convertirnos en una persona entre los dos”.

Tras 19 años de relación, y antes de que se hiciera público el diagnóstico de Augusto, se casaron en una ceremonia íntima, en junio de 2016. Para ella, su matrimonio fue “un gesto de reconocimiento de una unión, un símbolo de unión, de compartir una vida (...) Uno dice: quiero estar al lado de este hombre, o al lado de esta mujer, hasta sus últimos días. O mis últimos días. Eso es una decisión”, dijo en el programa Mentiras verdaderas.

—Yo con este hombre he sido la mujer más feliz del planeta —aseguró.

Ya por 2018, se los veía caminar por todas partes juntos: Augusto la acompañaba casi todos los días al teatro, o a TVN, cuando tenía que grabar alguna teleserie.

—Para mí, no hay otro panorama mejor que estar con él. Él siempre me impulsa. Yo, por ejemplo, soy una persona muy miedosa. Me asusto con todo y él me quita los miedos, toda la vida ha sido así. Esas canas, esa energía, es todo lo que no soy.

La inspiración para crear La memoria infinita

Entre ir y venir, acompañarse y estar para el otro, llegó la pandemia en 2020, una etapa donde la enfermedad de Augusto comenzó a deteriorarlo rápidamente.

—El duelo es permanente y larguísimo, es una muerte en cámara lenta, donde día a día, hora a hora, minuto a minuto, vas perdiendo algo de esa persona. Es abrumador, pero al mismo tiempo es lo más bello —le dijo Paulina a Canal 13.

Tras varias crisis desde entonces, sus médicos lo desahuciaron. El viernes 19 de mayo de 2023, Augusto Góngora falleció a los 71 años.

La historia de amor de Augusto Góngora y Paulina Urrutia: la inspiración para La memoria infinita

Poco sabía el resto del mundo que Paulina y Augusto comenzaron a documentar esa travesía, con risas, tristeza, dolor y mucho amor, con una cámara que la directora chilena Maite Alberdi dejó en su casa, en uno de sus intentos para que aceptaran inmortalizar su historia de amor y lucha contra el Alzheimer.

Al inicio, la actriz no quería grabarlo, pero vio que Augusto estaba tan entusiasmado con la propuesta, que terminó por aceptar. Ella cuenta que era algo “típico Augusto”, pues grababa todo, incluso desde antes de la propuesta de la directora, como la construcción del segundo piso de su casa en el año 1999.

Es una película muy honesta, en el sentido de que no oculta nada de la enfermedad. Pero, al mismo tiempo, hay un tratamiento que tiene que ver con el talento de la Maite, con el respeto y el cariño que recibimos de parte de ella —le dijo a Culto.

La memoria infinita está disponible en el catálogo de Netflix y fue preseleccionada para los Premios Oscar 2024 como mejor documental.

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