Equivocados pero contentos




Es cierto. Todos nos equivocamos pero hay unos que están muy tristes y otros que estamos muy contentos. ¡Bien por Chile! Somos un mejor país que el que se nos pintaba. No nos estamos cayendo a pedazos, el ánimo reformador se mantiene vivo, el consumismo no es la única religión. La modernización capitalista no nos ha llevado al imperio sin contrapeso del individualismo.

De una carrera prácticamente corrida para la derecha, la segunda vuelta se puede transformar en una nueva elección en la que se impongan las fuerzas progresistas. Piñera no es un candidato imbatible. Se le puede ganar.

La buena sorpresa vino por el lado de la izquierda y se llama Frente Amplio (FA). La enorme votación de Beatriz Sánchez abre nuevas perspectivas. Para ganar hay que reunir condiciones muy exigentes. La principal: asegurar la convergencia de las fuerzas progresistas.

La cuestión clave es evitar el retroceso político, social y cultural que implicaría un triunfo de la derecha. La convergencia es necesaria y posible porque son más las cosas que nos unen que las que nos separan.

Nuestras diferencias son menores que las que existen entre una derecha democrática y liberal, y la extrema derecha autoritaria, integrista, xenófoba y fascistoide que encarna José Antonio Kast.

Es hoy día posible generar una nueva dinámica. En esto Beatriz Sánchez y la dirigencia del FA tienen una responsabilidad histórica fundamental: poner a Chile por delante. Una propuesta programática atractiva que sintetice las que compitieron en la presidencial, puede movilizar a una gran mayoría de los que apoyaron esas opciones y conmover a muchos que no concurrieron a votar creyendo erróneamente que no había nada muy sustantivo en juego.

La propuesta elaborada por la Fundación Chile 21, En vez de la derrota, busca aportar en la dirección de una convergencia programática.

La Asamblea Constituyente figura en los programas de Guillier, Sanchez, ME-O y Navarro. Hay muchos dirigentes y militantes demócratacristianos que adhieren a esta propuesta. Por de pronto las recientemente electas senadoras Yasna Provoste y Ximena Rincon y Francisco Huenchumilla. Chile está suficientemente preparado para organizar una Constituyente compuesta en forma paritaria por todos los parlamentarios que asumirán en marzo próximo (155 diputados y 43 senadores) y 198 representantes de la ciudadanía electos por sorteo en una forma que dé cuenta de la diversidad de género, regional, étnica y etarea.

Chile puede generar un sistema previsional público, solidario, que cumpla con el objetivo social de la previsión y compita con el sistema privado de AFP. De esta manera pueden ser los cotizantes los que libremente determinen si subsistirán o no las AFP. En materia laboral se requiere una nueva reforma que por la vía de la negociación por rama permita un aumento importante del número de trabajadores que negocian colectivamente. Del mismo modo, es preciso avanzar hacia formas de flexibilización pactada que permitan la adecuación del trabajo a las nuevas condiciones que resultan de la automatización y la robotización.

Es posible también converger en otras áreas como la tributaria, la medio ambiental y la de seguridad ciudadana. Todo es cuestión de voluntad política.

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