Julian Brandt es la clave




Es Alemania B y punto. En Rusia no están los campeones del mundo. Faltan Neuer, Boateng, Kroos, Müller, Özil, Khedira, Hummels, Götze, Reus. Sí está la nueva Alemania. Joven. La de menor edad en el torneo, su promedio es de 24 años. Es una selección que desborda ganas pero es errática. Muestra orden pero se desarma. Parece muy agresiva pero no es dañina. Defiende con autoridad pero igual le hacen daño. Tiene buenos jugadores pero brillan pocos. Están en rodaje y eso se debe aprovechar. Se ven desaliñados, recién caminan y justo ahora se enfrentan a un grupo sazonado.

Joachim Löw, que como mínimo siempre llega a semifinales con su selección, cuenta con una clave: el sector derecho. Kimmich, Stindl y Brandt se adueñan del costado y lo transforman en predilecto para agredir. El primero es el lateral, el segundo es el volante defensivo y el tercero, el puntero. Atención Chile, este último es el que se roba la película.

Julian Brandt, conocido de Arangúiz en el Leverkusen, es el más profundo. Es diestro pero golpea delicias con la izquierda, ingresa silenciosamente desde la línea de volantes para encarar de frente al lateral rival, hábil en pequeños espacios y muy buen asistidor. Evitar su invasión es la gran labor de la franja izquierda.

El puntero, el volante y sobre todo Beausejour deberán ser los responsables de entorpecer el show del veinteañero. Hay que obligarlo a caer en un precipicio en la mitad de la cancha, se le debe forzar para que su rol sea más de auxiliar la zona defensiva que de tenerlo como puntero entrando al área.

El resto del equipo alemán funciona dependiendo de la exigencia del rival. Cuando Australia le tuvo miedo liberó a sus dos laterales y dejó solo a dos centrales defendiendo: Rüdiger y Mustafi. Cuando su oponente dejó el nerviosismo se defendió hasta con cinco hombres, siendo Brandt su marcador derecho. En el medio disponen de tres volantes en línea: Rudy (en el medio), Stindl (en la derecha) y Goretzka ( en la izquierda). Se ordenan muy bien y asisten a los costados para doblar la marca.

En la posición más ofensiva instala dos punteros muy abiertos pero que crecen con espacio. Si no gozan de metros de libertad son volantes tímidos: el aplaudido Brandt y por la otra punta el destacado Julian Draxler. Ambos son penetrantes e intensos si le regalan pasto; si sucede lo contrario, se repliegan sin ruborizarse. Con 1,94 metros está el nueve clásico, el más veterano del equipo: Sandro Wagner. Estará entre Medel y Jara, es un imán para los centros y clave en el juego aéreo.

Ésa es Alemania, un equipo correcto, que piensa en el futuro pero que no hace temblar a Chile. Por jerarquía, experiencia, nivel individual y colectivo la selección chilena podría timbrar su paso a la semifinal el día de mañana.

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