La ciudad, el debate y el futuro




Aprovechando la coyuntura de una elección presidencial que se avecina, creo que es la oportunidad perfecta para relevar y poner en la agenda pública aquellos temas que impactan directamente en la calidad de vida de las personas, como son las temáticas concernientes a la ciudad.

La ciudad hoy importa, no solo a la prensa, sino también a la opinión pública y a los actores políticos, quienes han reaccionado fuertemente a las condiciones de la ciudad imperante, desde los aspectos más funcionales como el transporte, hasta los aspectos más urbanos como la generación de espacios públicos, o los legislativos, como normativas vigentes, planes reguladores etc.

Desde un tiempo a esta parte, estos temas que antes estaban al margen de los titulares han sido parte de la discusión pública. Ad portas de las elecciones presidenciales, esta situación supone una nueva mirada, basada principalmente en la equidad urbano-territorial y en la reparación de aberraciones urbanas principalmente relacionadas con la localización de la vivienda social, la falta de control en los procesos de densificación, el debido ordenamiento territorial y la localización de actividades diversas en el territorio. Todas cuestiones que han estado en la discusión pública concitando alto interés, tanto de las comunidades afectadas como de los expertos.

La Academia tiene, entonces, un rol y un desafío fundamentales, no solo de conformarse con la generación de conocimiento y el ejercicio de la docencia, sino de ir más allá y marcar ciertos hitos que sean relevantes para que se produzca necesario debate.

Fue por esta razón que, en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Universidad Católica, específicamente por iniciativa del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales y del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, se realizó un interesante e intenso debate en materia urbana, donde participaron los asesores y asesoras de ciudad de los candidatos y candidatas presidenciales que disputarán su llegada a La Moneda en noviembre próximo.

Vivienda, barrio y ciudad, programas de gobierno para Chile 2018 – 2022. Bajo ese nombre pudimos congregar a buena parte de la comunidad académica de nuestra Facultad y también a profesionales, trabajadores del sector público y municipios, y gente que nos visitó desde diversos sectores de la sociedad.

Más allá de lo que cada uno de nosotros votará en las urnas, es siempre prudente y necesario contar con la mayor cantidad de información respecto de lo que propone cada candidatura en materia urbana, no solo porque 9 de cada 10 personas en Chile viven hoy en ciudades, sino porque, además, 7 de cada 10 viven en áreas metropolitanas, por lo tanto, la discusión sobre nuevos modelos de gobernanza y el tipo de ciudades que queremos para el Chile del futuro adquiere cada vez mayor relevancia.

A través del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano se están dando en el país una serie de discusiones sobre creación de áreas metropolitanas y la actualización de los sistemas de gobernanza, temas que forman parte obligada del discurso de la mayoría de los urbanistas y expertos en estos temas que hoy coinciden bastante en el diagnóstico, lo que a mi juicio constituye un gran avance respecto del diálogo y de la generación de consensos.

Por otro lado, hemos visto cómo la política habitacional en Chile ha evolucionado positivamente en los últimos 6 años, abarcando cada vez mayores índices y estándares de inclusión social, lo que ha permitido combatir la segregación socio espacial y propender a conjuntos habitacionales socialmente integrados y conectados con los servicios que proveen las ciudades, acciones que en su conjunto están contribuyendo a contrarrestar las enormes brechas de segregación urbana aun existentes la ciudad de Santiago.

Estamos conscientes de que es necesario sentarnos a la mesa distintos actores del mundo público, privado, académico y de la sociedad civil para discutir estos temas y otros que surgieron en el debate que se dio en nuestra Facultad. De esta forma, debemos acordar en conjunto, cómo queremos que sigan creciendo nuestras ciudades, cómo entendemos hoy la movilidad urbana, cómo analizamos temas técnicos como la densificación, límites urbanos, incentivos a la creación espacio, integración socio-espacial, etc.

Debates como los que tuvimos oportunidad de ofrecer hace unos días permiten que las personas tengan acceso a información específica, que vayan más allá de las ideas fuerza o del slogan de una candidatura, para avanzar hacia un nivel de profundidad mayor no solo en las propuestas, sino respecto de la concepción que las distintas candidaturas tienen en materia de vivienda, barrio y ciudad.

En este contexto, la Academia tiene mucho que decir, y debe siempre estar al servicio de la información pública, para contribuir al debate, a la toma de decisiones y a la formación de la opinión de las personas.

Nuestras aulas no están solo para generar conocimiento y traspasar información, sino también para generar masa crítica, para formarse opinión y para disponer de plataformas que permitan dialogar, reflexionar, debatir e informar.

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