Más diablo que nunca

ALEXIS SANCHEZ


Que no iría a la Copa América porque iba a privilegiar su eventual traspaso a otro club. Que se quedaría en Manchester porque tenía planificado presentarse al inicio de la pretemporada el 2 de julio. Que pese a estar entrenando en Juan Pinto Durán no iba a poder viajar a Brasil a raíz de las molestias en el tobillo derecho. Que no iba a jugar ante Japón porque su recuperación iba más lenta de lo que los propios médicos pensaban. Y entremedio el estreno de su película que le sumó otro capítulo extrafutbolístico a su estadía en Chile.

Cuántas historias se tejieron en torno a Alexis Sánchez en la previa del torneo continental, algunas alimentadas por el silencio del jugador y también por los rumores que echaron a andar desde su círculo cercano, que a esta altura quedan como un lindo anecdotario. Ni siquiera arriba del avión se acallaron los rumores en torno a su figura.

Afortunadamente para la Roja, el tocopillano no solo dijo presente en la Copa, sino que se tomó en serio el hecho de usar este torneo como un trampolín después de una temporada oscura en Inglaterra. Sánchez llegó a Brasil con un perfil más bajo, asumiendo en su fuero interno el bajo presente futbolístico, pero con sed de revancha.

Y vaya que la está saciando. Para que Chile festeje. Y también, por qué no, para que Alexis vuelva a creer. Ante Japón, se sacó las ganas con un gol que lo gritó con el alma junto a sus compañeros. Después de todo lo malo que le tocó vivir en la Premier League, fue un tremendo desahogo. Fue el primer paso en una puesta a punto desde lo físico y lo futbolístico que tardó un poco más de la cuenta.

Pero lo mejor vendría en Salvador. Cuando el partido más complicado estaba, con un rival que luchaba como si fuera la final del mundo, el tocopillano asomó a la espalda de la zaga ecuatoriana para clavar un derechazo que se coló suavemente en el arco de Domínguez. Con ese toque y posterior grito de cara a los hinchas quedaba enterrada para siempre la maldita temporada con el Manchester. Con la Roja, Alexis se transforma. Y aunque se enojen en Inglaterra, acá es más Diablo que nunca.

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