El inédito operativo de rescate puesto en marcha por Tailandia

Tras 17 días, cuatro niños estaban ya fuera de la cueva, mientras la reanudación de las acciones de salvataje dependía ahora de las condiciones meteorológicas. El equipo de socorro, que incluye a 90 buzos, tiene un plazo de 10 horas para reponer los tanques de oxígeno repartidos a lo largo de la cueva.


Los rescatistas siguen trabajando contra el reloj para sacar a los 8 niños y su entrenador de una cueva en Tailandia, en un complejo e inédito operativo que ayer permitió salvar a los primeros cuatro menores.

Los ojos del mundo están puestos en la misión que hoy se iba a reiniciar, tras una pausa de 10 horas, una vez que los tanques de oxígeno repartidos a lo largo de la cueva fueran reemplazados y que las amenazantes condiciones meteorológicas lo permitieran.

Después de cambiar "todos los tanques de aire y todos los sistemas en el camino" continuará la siguiente fase de rescate entre las siete y ocho de la mañana de hoy, según el líder de los rescatistas, Narongsak Osottanakorn. El plan de la evacuación sigue siendo el mismo: sacar uno a uno a los niños para evitar el pánico en ellos, lo que puede "tardar días", agregó Osottanakorn.

El camino para salir de la cueva es duro, incluso para los buzos profesionales que tardan 11 horas en el viaje de ida y vuelta, seis horas para ingresar y cinco para volver. Los 12 menores -de entre 11 y 16 años- deben caminar, escalar y bucear en la ruta de escape, todo mientras luchan contra la corriente, el barro, los escombros y la oscuridad.

La lluvia cedió y adelantó el primer rescate varias horas, después de que las familias autorizaron la misión. Ayer fue el "día D", como describió Osottanakorn el momento clave para rescatar a los niños. "Hemos alcanzado la máxima preparación. Clima perfecto, agua y la inducción de los niños física y mental", añadió.

Los expertos concuerdan que los rescates subterráneos son de gran complejidad y que el despliegue logístico para llevarlos adelante requiere la participación de gran cantidad de personas. Uno de los más recordados es el de Emily Davis Mobley, quien quedó atrapada en una cueva en Nuevo México en 1991. Más de 70 personas trabajaron para sacarla a la superficie, luego de que se fracturó la pierna. Este fue el rescate más profundo y en una zona más remota en la historia de Estados Unidos. Sin embargo, fue diferente al de los niños en Tailandia, porque la superficie donde ella se encontraba estaba seca.

El difícil salvamento

El primer rescate de los cuatro niños evacuados tardó 10 minutos menos que el simulacro, señalaron las autoridades. La forma de evacuación es un niño a la vez, pero con salidas de corto plazo entre los dos primeros.

El menor es escoltado por dos buzos profesionales, uno adelante y otro atrás, mientras se guían por la cuerda ya instalada. Uno de los rescatistas es el encargado de llevar el tanque de oxígeno del niño para que tenga menos peso en el trayecto, al que también está atado.

Varios niños no saben nadar, como es común en las zonas rurales de Tailandia, y ninguno ha buceado, por lo que recibieron algunas clases de emergencia durante la semana. Para el rescate los niños utilizaron máscaras de cara completa, que son las más fáciles para buzos principiantes, traje, botas y un casco.

Una de las zonas más difíciles es la "intersección en T", un pasaje en forma de tubo que "sube y luego baja"; es tan estrecho, que los buzos no alcanzan a pasar con el tanque de aire, por lo que deben quitárselo, pasar el tanque y después cruzar ellos. Después de este tramo llegan a la cámara tres, donde hay un campamento de base. En este punto los rescatistas y los niños pueden descansar e incluso salir de la cueva caminando si el nivel de agua lo permite.

Los menores fueron atendidos en el hospital del campamento y después enviados en ambulancias al hospital Chiang Rai Prachanukroh. Aunque no se han revelado los nombres, cientos de personas celebraron el primer rescate. Según BBC, los médicos evaluaron el sábado a los 12 niños y decidieron evacuar a los más débiles primero, aunque esa información no ha sido confirmada.

Ayer, los grupos de rescate se reunieron para definir los detalles de las evacuaciones pendientes. Noventa buceadores, 40 tailandeses y 50 extranjeros, trabajan incesantemente en el sistema de cuevas.

El sábado, el nivel de agua en la cueva disminuyó 30 centímetros, pero el panorama continuará empeorando debido al regreso de las lluvias monzónicas y el 15% de oxígeno donde están los niños. "Es una guerra contra el agua y el tiempo", señalan las autoridades.

Según estas últimas, los rescatistas deben descansar entre 10 y 20 horas antes de preparar sus equipos

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