El “antimasismo” de Bolivia en vías de perder su oportunidad



Por Verónica Munita, analista internacional

La decisión de la actual Presidenta interina de Bolivia, Jeanine Añez, de renunciar a su candidatura presidencial, tuvo importantes consecuencias electorales. Según los últimos sondeos de Ciesmori, el candidato del Movimiento al Socialismo MAS, Luis Arce, ya no triunfaría en primera vuelta como se pronosticaba.

Si todo sigue su curso, Bolivia enfrentará elecciones generales el próximo 18 de octubre, en un ambiente completamente polarizado. El problema es que la Bolivia “antimasista” no ha sido capaz de ponerse de acuerdo para evitar el regreso del MAS al poder, con todas las consecuencias políticas que eso podría traer para el país.

Evo Morales dejó el gobierno en medio de una cuasi guerra civil, muy desligitimado, después de haber forzado su nombramiento como candidato, tras haber desconocido el referéndum en que consultó si podía volver a presentarse como candidato por tercera vez. Aunque el pueblo le dijo que no, él determinó que su “derecho humano” era superior a lo que había decidido la gente y se presentó de todas formas.

Luego de reñidas elecciones, en que se midió con su histórico rival político de centro izquierda Carlos Mesa, la OEA determinó que hubo fraude electoral. Fue tal el nivel de violencia que alcanzó el país, con 35 muertos, que Evo se autoexilió reclamando golpe de Estado, tras no contar siquiera con el clave apoyo de las Fuerzas Armadas. Desde entonces no ha hecho más que incitar actos de violencia desde el exterior. Primero desde México y luego desde Argentina. Por eso es que hoy enfrenta acusaciones de genocidio, terrorismo, financiamiento de terrorismo, sedición e incluso estupro. Pero esa última por casos acontecidos anteriormente en el país. Las demandas han llegado incluso hasta la Corte Penal Internacional de La Haya. Pero sus correligionarios en Bolivia se han encargado de blindarlo, aprobando en el Congreso de mayoría masista, “la ley de garantías” a favor de todos los violentistas (incluido Evo) que han protestado y bloqueado caminos durante este período, hechos que han provocado unos 40 muertos. Ley que la Presidenta se ha negado a promulgar, pero que sin duda si el nuevo Mandatario es Luis Arce, será una de sus primeras acciones, una vez que tome el poder.

Así es como Bolivia hoy está tan polarizada. Pero no solo por la permanente acción violenta y destructiva que ha llevado a cabo el MAS en contra del gobierno interino, a quien acusa de aprovechar la pandemia para perpetuarse en el poder. Porque Añez ha postergado tres veces las elecciones utilizando este argumento.

Lo cierto es que la Presidenta interina no supo aprovechar su momento para unir a la derecha y hacer un buen gobierno que evitara el regreso del MAS. Cometió graves errores que hoy está pagando caros. En primer lugar, asumió el gobierno como vicepresidenta del Senado, casi por accidente, prometiendo que no iba a ser candidata presidencial, cosa que a poco andar olvidó. Y no solo eso, la acusaron muchas veces de utilizar las entregas de ayuda para hacer campaña electoral. Más grave aún fueron las acusaciones de corrupción que enfrentaron ministros de su gobierno en medio de la grave crisis económica fruto de la pandemia. Producto de ello y por el caótico manejo del coronavirus, tuvo que cambiar unas 13 veces de secretarios de Estado.

Por si fuera poco, para aumentar su impopularidad, ha sido acusada de autoritarismo, tras haber dictado un decreto que perseguía a quienes criticaran las políticas públicas o difundieran desinformación en medio de la pandemia. La norma, tan criticada por organismos como Human Rights Watch, tuvo que retirarla, pero el daño a su imagen ya estaba hecho.

En medio de tanto caos, la derecha no ha sido capaz de enfrentar unida las próximas elecciones. Así es como según un último sondeo, con Jeanine fuera, Luis Arce, creador del conocido y controvertido “milagro económico boliviano”, obtendría el primer lugar, con un 30,6%; Carlos Mesa iría segundo, con un 24,7%, y Luis Fernando Camacho (del Movimiento Ciudadano Creemos, de derecha) un 12,7%. Claramente, un cambio con respecto a la situación que se pronosticaba antes de la decisión que tomó Jeanine Añez de bajarse. Porque con ella en carrera, hace dos semanas, los sondeos pronosticaban que Arce ganaba en primera, con un 40,3%, seguido de Mesa, que obtenía un 26,2%, Camacho un 14,4% y Añez un 10,6%. En las últimas horas, una nueva candidata, del partido ADN, también de derecha, ha decidido retirarse, para evitar el triunfo del MAS. De todas formas, los indecisos serán claves en los resultados finales. Según la encuesta de Ciesmori, un 13,3% de los encuestados aún no sabe por quién votará.

En Bolivia, para ganar en primera vuelta se necesita obtener un 50% más uno de los votos o al menos el 40% con diez puntos de diferencia con respecto al segundo lugar. Así es como ha cambiado el escenario y si hay segunda vuelta y Camacho apoya firmemente a Carlos Mesa, aunque no sea de su sector político, las posibilidades del MAS se ven mucho más complicadas que hace unas semanas, y en las próximas elecciones de Bolivia todo puede pasar.

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