Identidad de género y la centroderecha

Identidad de Género


Una aguda discusión al interior de ChileVamos ha generado el proyecto de identidad de género que está siendo tramitado en la comisión mixta del Congreso Nacional. En particular, las discrepancias refieren a la inclusión de adolescentes en la norma, que permitiría el cambio registral de sexo a los mayores de 14 años con consentimiento de los padres. El gobierno, habría optado por esta última opción, recogiendo las sensibilidades más liberales de la coalición en desmedro de los sectores más conservadores.

Al respecto, es necesario poner en perspectiva este debate. Es del todo entendible que esta importante materia de pie a diferentes visiones. Por ello, la deliberación debe ser llevada con altura de miras, respetando las opiniones divergentes. Ahora bien, lo que se decida aquí es de vital importancia ya que está en juego el que muchos jóvenes puedan recuperar su dignidad, cerrar un ciclo de dolor personal y familiar y, finalmente, comenzar desarrollar sus proyectos de vida.

En este debate también están en juego dos principios fundamentales de la centroderecha: familia y libertad individual. En primer lugar, la oposición a la normativa impulsada por el ejecutivo colisiona con la defensa de la familia como uno de los pilares de la vida en sociedad. Tal como propone el ejecutivo, los padres, junto a otras instituciones, jugarán un rol fundamental en la decisión de los adolescentes. Sustraerles a los padres la posibilidad de tomar decisiones transcendentales, como las que son motivo del debate, junto a sus hijos, no es concordante con el discurso sobre el rol basal de la familia que la centroderecha ha enarbolado como bandera de lucha.

Un segundo principio del sector que podría ser vulnerado es la libertad/autonomía individual. El cambio registral de sexo no es un capricho. El ir en contra de este proyecto no es coherente con la defensa de la libertad y autonomía individual como segundo pilar de la vida social.

Las historias de vida de quienes podría potencialmente acogerse a esta ley están cargadas de relatos desgarradores de dolor, sufrimiento e incomprensión. No resulta deseable que la centroderecha contribuya a ahondar aún más esos sentimientos por la vía de oponerse a este cambio legal.

En este debate también se juega mucho el perfilamiento futuro del sector que hoy apoya al gobierno. Ello, especialmente en lo que dice relación con la credibilidad de su agenda en materia de libertades individuales y la defensa de la familia.

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