La mejor misión de un Estado emprendedor



SEÑOR DIRECTOR:

Por estos días se encuentra en Chile la economista italiana Mariana Mazzucato, quien es un referente para el gobierno actual. Su visión económica acerca del rol del Estado se puede resumir en uno que lleva a la sociedad hacia el cumplimiento de determinadas “misiones”, siendo luego el sector público-privado quien debería dedicarse a llevarlas a cabo. Un ejemplo de esto es el viaje a la Luna, y la decisión del expresidente Kennedy de hacerlo, donde a dicha decisión siguió una serie de efectos, incluyendo aportes del sector privado, desarrollos tecnológicos e innovación. Todo un círculo virtuoso, según la economista.

Lamentablemente, esta forma de ver las cosas adolece de no mirar el otro lado de la moneda, donde el éxito de la misión implica su realización, pero deja en un muy segundo plano los costos, riesgos, y pérdidas que se incurrieron, y que sin duda terminó pagando el ciudadano a través de sus impuestos.

En este sentido, y dejando de lado el romanticismo, es válido preguntarse si el Estado debe ser el guía de la máquina productiva del país, con todo lo que ello significa, incluyendo, por cierto, la enorme maraña burocrática que representa, o si, por el contrario, la mejor misión que podría acometer el Estado es ir reduciendo la resistencia que le imprime a la capacidad creativa privada con la creciente burocracia que maneja. Es difícil que esta postura provenga del mismo Estado (léase, ministerios, subsecretarias, corporaciones, comités, etc.), por cuanto sería ir en contra de su propia naturaleza, pero no es algo que la sociedad civil deba dejar de exigir.

Félix Berríos Theoduloz

Economista

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