Las contradictorias reformas de Maduro



Con la entrada en vigor del bolívar soberano comenzaron a aplicarse el lunes pasado las medidas anunciadas por el Presidente Nicolás Maduro para recuperar la devastada economía venezolana. Un plan que no incluye solo la eliminación de cinco ceros a la moneda -creando un nuevo cono monetario-, sino que además contempla el fin paulatino del subsidio a la gasolina -la más barata del mundo actualmente-, un aumento del IVA en cuatro puntos porcentuales -de 12% a 16%-, y un ajuste del salario mínimo, que aumentará un 3.464%. "Una fórmula mágica", ha asegurado el mandatario, para salir de la crisis. Pero las probabilidades de éxito de la estrategia seguida por el régimen son nulas, según coinciden los analistas, porque carece de las reformas estructurales indispensables para intentar devolverle cierto equilibrio a la colapsada economía de ese país.

Con una proyección de inflación para este año de 1.000.000%, según el FMI, un déficit fiscal del 20% del PIB y una producción de crudo -fuente del 96% de los ingresos del país- que se ha reducido más de un 50% en la última década, difícilmente el camino seguido por Maduro tendrá resultados. No solo se trata de medidas desordenadas y contradictorias, sino que además no contemplan reformas que favorezcan efectivamente la reactivación de un aparato productivo virtualmente paralizado ni que le devuelvan la confianza a los inversionistas. Además, la falta de "un ajuste real" hace prever que la escalada de precios volverá a dispararse en el país a un ritmo incluso más acelerado. El régimen no solo aumentó el salario mínimo sino que mantendrá los subsidios y prebendas, consciente de que es el único camino para mantener cuotas de apoyo.

Eliminar cinco ceros a la moneda -más allá de liberar momentáneamente a los venezolanos del peso de andar con grandes fajos de billetes para poder adquirir productos básicos- es inútil si no se abordan con decisión los problemas de fondo que ocasionaron esa acelerada devaluación. Y las reformas de Maduro no contemplan ninguna de esas medidas ni a corto ni a mediano plazo. No basta con prometer una "disciplina fiscal prusiana", como hizo el mandatario la semana pasada al anunciar la entrada en vigor de las nuevas medidas, si esa promesa no va acompañada de medidas concretas. Ese camino no solo conspira contra la credibilidad y confianza necesarias para cualquier plan de ajuste sino que además, como ha advertido el sector privado, genera una mayor "confusión" e "inestabilidad", aumentando a su vez la incertidumbre en la población.

Lejos de ayudar a superar o al menos contener la crisis que atraviesa Venezuela, las medidas adoptadas por el régimen de Maduro solo terminarán agravando el delicado escenario interno. Un panorama que resulta aún más preocupante si se consideran las restricciones que han comenzado a aplicar los países vecinos para contener el creciente flujo de venezolanos. Y ante la imposibilidad de la población de abandonar un país sumido en una crisis humanitaria cada vez más profunda, las probabilidades de un estallido social de imprevisibles consecuencias es cada día mayor.

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