Mr. Pompeo: Go home

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El secretario de Estado dio un discurso ante invitados de la embajada de EE.UU. en CasaPiedra.


La visita a Chile de Michael Pompeo no tiene precedentes. Hasta donde conozco, nunca un representante de un gobierno, incluido el de EE.UU., se había expresado con tanta arrogancia como lo hizo este estrecho colaborador del Presidente Trump. Más que un diálogo destinado a intercambiar opiniones, su objetivo parecía que era dar instrucciones bajo amenazas apenas veladas. Por de pronto, la oportunidad de la visita no fue casual: pocos días antes del viaje a China del Presidente Piñera, para dejar bien establecidas las posiciones del gobierno norteamericano.

Las amenazas de Pompeo fueron escuchadas. El Presidente Piñera no visitará las instalaciones de Huawei. Esta no es simplemente una gran empresa. Todo indica que ha conseguido ubicarse a la cabeza de la tecnología 5G que, al decir de Manuel Castells, será la "infraestructura necesaria para el funcionamiento de la nueva sociedad en red, que permitirá el despliegue de las aplicaciones de inteligencia artificial, de la robótica avanzada y de la llamada Internet de las cosas".

La administración Trump ha generado la "guerra fría del siglo 21".

Esto es lo que parece no entender nuestro gobierno, o, peor aún, si lo entiende, está tomando decisiones que pueden tener efectos muy negativos. Las sobretasas impuestas a la importación de bolas de acero provenientes de China ha sido denunciada como una violación del Acuerdo de Libre Comercio suscrito entre ambos países. De mantenerse esas protecciones, solicitadas por una empresa norteamericana que produce en Chile, pueden dar lugar a medidas de retaliación de insospechadas consecuencias. Así lo hizo saber Ricardo Ariztía, presidente de la SNA, al señalar que la aprobación de sobretasas "pone en riesgo toda la actividad agroalimentaria de exportación a China".

La visita de Pompeo generó también una radicalización de la posición chilena sobre Venezuela. Prueba de ello es la afirmación del Presidente Piñera sobre que "reabrir caminos de diálogo con un dictador es hacerle ganar tiempo". ¿De qué otra forma que no sea a través del diálogo se puede resolver pacíficamente la crisis venezolana? Si se excluye el diálogo, no queda otra que la intervención militar o un estrangulamiento económico que multiplique las penurias y sufrimientos del pueblo venezolano. No es por esta vía que se crearán las condiciones para una salida pacífica que permita reconstruir una democracia sólida e incluyente.

Asimismo, el emplazamiento desde Santiago de Chile por parte del Grupo de Lima a China, Rusia, Turquía y Cuba, pareciera redactado por el propio Sr. Pompeo. Se trata de un despropósito que nos coloca justamente en la posición en que no debiéramos estar: alineados con una de las partes en conflicto, poniendo seriamente en cuestión nuestros intereses permanentes.

Así las cosas, dan ganas de desempolvar del baúl de las muy antiguas consignas una que se podría retomar para decir: Mr. Pompeo, go home.

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