El que no llora no mama

POBREZA
Foto: Agenciauno


Mejores pensiones, ingreso mínimo más alto, rebajas al agua, luz y gas, no más Tag, medicamentos a menor costo, perdonar la deuda del CAE, seguro de enfermedades catastróficas, plan de apoyo para las medianas y pequeñas empresas, mejorar la salud, educación gratuita y de calidad para todos, menores contribuciones y transporte gratuito para los adultos mayores, subir las remuneraciones de los empleados públicos, bajar la jornada laboral a 40 horas, aumentar en 5 días anuales las vacaciones, flexibilidad laboral, nacionalizar el cobre, litio y agua, nueva Constitución y la lista sigue al infinito.

Así de heterogéneas son las demandas y el presupuesto fiscal simplemente no alcanza. Aun cuando el país se endeude de forma importante, nuestra economía no da. Priorizar es imperativo. El gobierno y la oposición han puesto el acento en los adultos mayores y la clase media, que han logrado posicionar de mejor forma sus demandas. Eso está muy bien, pero no debemos olvidarnos de los grupos más vulnerables que siempre terminan postergados.

El gobierno anunció un endeudamiento de 9.000 millones de dólares para la agenda social, pero ¿cuánto le llegará a los más pobres? En Chile, un millón y medio de personas vive bajo la línea de la pobreza. ¿Quiénes son? En gran parte son niños y jóvenes. Mientras más de 600.000 menores de 18 años viven bajo la línea de la pobreza, menos de 100.000 adultos mayores se encuentran en esta situación. ¿Qué les estamos ofreciendo a estos niños? Poco o más bien nada. Los hogares que viven bajo la línea de la pobreza son en su mayoría uniparentales, con jefatura femenina y con más de dos niños en promedio por hogar. La mayoría de estas mujeres no tiene un trabajo formal y, por ende, el ingreso mínimo garantizado no les llega.

¿Cómo sacar de la pobreza a estas familias? Dar acceso al mercado laboral es la mejor alternativa, pero cuando se tiene hijos pequeños el acceso a la sala cuna y la flexibilidad laboral son primordiales. De ahí la necesidad de sacar adelante el proyecto de ley que asegura a todos los hijos de las madres trabajadoras acceso a una sala cuna y de flexibilizar la jornada laboral para las madres y jóvenes. Pero eso no es suficiente, en el corto y mediano plazo se requiere priorizar el subsidio habitacional a estas familias y ayudarlas con transferencias directas del Estado, especialmente cuando tienen hijos pequeños.

En segundo lugar, tenemos 100.000 niños y jóvenes que hoy están excluidos del sistema escolar (no todos ellos viven bajo la línea de la pobreza) y el Estado todavía no les ofrece una alternativa educativa que satisfaga sus necesidades.

Finalmente, cerca de medio millón de jóvenes no estudia ni trabaja; la gran mayoría de estos son mujeres. ¿Qué hay para ellos en la agenda social?

Las demandas de estos niños y jóvenes no se oyen: son relativamente pocos y no votan; de ahí que siempre hayan sido postergados. Pero abramos lo ojos y miremos quiénes están hoy quemando Chile: en su gran mayoría son niños y jóvenes, que a falta de oportunidades han caído en la delincuencia, el narco o simplemente en el nihilismo.

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