Columna de Rocío Cantuarias: El borrador de la ceguera delictual

Persecución policial derivó en una balacera en el centro de Santiago, en el sector de calle Catedral con Manuel Rodríguez. Habría al menos una persona lesionada y dos detenidos.
FOTO: DIEGO MARTIN/AGENCIAUNO


Boric visita a Palma Salamanca en Francia, increpa a carabineros y militares en medio de las protestas y no condena las evasiones ni los incendios al Metro durante el estallido antisocial. La violencia es entonces un método válido de acción política. No solo para él, sino también para el texto de la Convención que representa la concepción de seguridad de las fuerzas políticas y sociales que lo escribieron y que están detrás del actual gobierno.

El desprecio revolucionario a instituciones cuya misión es resguardar el orden público y proteger el Estado de derecho es evidente en este borrador.

Estimo que el progreso de un país es más que avances en la seguridad y el bienestar material, pero es el “desde” y en esta materia, el borrador claramente retrocede. Así, los ejes en seguridad y orden público son, en primer lugar, la eliminación de normas de protección a los ciudadanos: quitarle el carácter militar a Carabineros, ignorar el orden público en el borrador, abrir la puerta para crear policías plurinacionales, regionales o comunales y eliminar el estado de emergencia ante graves alteraciones al orden público. En segundo término, guiño a delincuentes: no se perderán derechos políticos por ser condenados a más de tres años de presidio, pudiendo ser candidatos a cargos de elección popular. También podrán votar. Hoy no se puede, mañana sí. Se establece expresamente que el Estado debe promover el ejercicio activo de los derechos derivados de la ciudadanía, en especial a favor de personas privadas de libertad. Poesía pura. Pero implica que el Estado debe promover los derechos de los delincuentes.

Menos poesía contiene la norma que establece compensación (pago), a cargo del Estado, a las personas que hayan sido privadas de libertad preventivamente si finalmente no son condenadas. Se convertirá en un desincentivo a decretar esta medida cautelar. El juez la ordena siempre por razones fundadas en protección de la sociedad, de la víctima u otra hipótesis, mientras se investigan delitos, como última medida, no para molestar a posibles inocentes. Por cierto, ninguna compensación a las víctimas, el guiño es para los delincuentes.

¿Son acaso estos ejes lo que necesita la ciudadanía? Se nos antoja artificial el modo en que la cuestión se plantea en el borrador, pero que va muy en la línea ideológica de quienes redactaron este texto (y del Presidente).

La lírica de los derechos de los delincuentes en un texto constitucional pasa por la errada ilusión que así se convertirán en buenas personas. Despreciar instituciones como Carabineros de Chile y las Fuerzas Armadas bajo el eslogan de la represión a la que supuestamente se dedican, restando herramientas al Estado, sería para ellos la solución de los “conflictos sociales” y por tanto el control de la delincuencia, el terrorismo y el desorden público. Guiño a delincuentes con absoluta ceguera ideológica.

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