¿Redefinimos el juego o caminamos lento?



SEÑOR DIRECTOR:

Comenzamos el segundo año de implementación de la Ley de Profesionalización del fútbol femenino. El 2023 lo celebramos con un aumento de contratos del mil por ciento.

Sin embargo, sabemos que la profesionalización no termina en los contratos. Se requiere un ecosistema y liga que esté a la altura de esta nueva etapa.

El año pasado, las jugadoras nos manifestamos contra el retraso de las bases que guían los campeonatos, así como por la duración del torneo, el cual afecta directamente nuestra estabilidad laboral. Este escenario no se puede repetir. Han transcurrido 15 meses desde la promulgación de la ley, y aún resulta desafiante alcanzar una planificación idónea para el desarrollo del fútbol femenino.

Lo opuesto pasa con nuestros colegas. Hace un mes las bases del campeonato nacional masculino fueron discutidas y hace por lo menos 10 días fue publicado el fixture completo de ese campeonato.

Desde diciembre de 2023, hemos tenido un transparente intercambio con la ANFP para promover cambios y acelerar el proceso de votación de las bases de los torneos, a fin de tener certezas. Esperamos que la próxima semana haya humo blanco y tengamos bases justas que no limiten la libertad de trabajo, con una extensión mínima de 9 meses, con pretemporada mínima obligatoria, mejores estándares de salud y protección sanitaria, visibilización, acceso a estadios, protección contra el acoso y abuso, entre otras propuestas expuestas.

Es difícil imaginarse el impacto de este tipo de normativas en el día a día del fútbol. Pero cuando vemos a Fernanda Pinilla y Bárbara Sánchez -solo por nombrar algunas-, ambas entre las mejores jugadoras del torneo, que por primera vez pudieron dedicarse exclusivamente a jugar en Chile, queda claro cómo la inversión y protección de las jugadoras se traduce en rendimiento.

Camila García

Directora Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino

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