Tributación inevitable

Ministerio de Hacienda
Fachada Ministerio de Hacienda Foto: Andres Perez


La sociedad chilena expresó su insatisfacción con el actual estado de cosas. Además, lamentablemente, se ha generado una violencia y destrucción, que genera costos fiscales muy importantes que deben ser acotados con el pleno restablecimiento del orden público. El fisco deberá gastar en la reconstrucción de la infraestructura destruida y enfrentar una recaudación fiscal mermada por el menor nivel de actividad, lo que amplía el déficit.

El sistema político ha reaccionado con acuerdos para realizar reformas profundas, incluyendo a las políticas sociales. La sociedad demanda más bienes públicos y la provisión de estos bienes es costosa. ¿Cuánto más gasto significarán? El Ministerio de Hacienda apuesta por un 1% del PIB en gasto adicional permanente, mientras que un grupo de economistas de oposición, que incluye figuras de reconocido prestigio, propone un 5% del PIB adicional de gasto permanente y tributación asociada. Creo que la decisión final estará entre esos dos límites.

Es adecuado financiar con endeudamiento público el costo de la explosión social reciente. Pero muy distinto es intentar financiar con endeudamiento gastos permanentes. Ello iría deteriorando la posición financiera del país e incrementando la tasa de interés, tanto de la deuda pública como de la privada. El endeudamiento público siempre creciente coparía espacios que eventualmente puedan ser necesarios para enfrentar nuevos choques futuros, inesperados pero inevitables. Si esos espacios no estuvieran disponibles, la política fiscal se quedaría sin capacidad de respuesta ante nuevos choques, y el resultado sería una crisis o sucesión de ellas. Ejemplos existen muchos, solo es cuestión de mirar para el lado. Estamos lejos de niveles de endeudamiento problemático todavía, pero seguir avanzando por el mal camino dificulta las soluciones. Aun desde antes de los eventos de 2019, la posición fiscal se ha venido deteriorado sostenidamente. El endeudamiento del fisco alcanzaba a 10% del PIB en 2011 y llegó a casi 24% del PIB en 2018, más de un punto del PIB de deterioro al año antes de 2019, lo que muestra un déficit estructural inicial.

Se requiere una reforma tributaria que genere al menos el 1% del PIB adicional que ya considera el gobierno en sus programas sociales, más cualquier exceso sobre este valor a que llegue el gasto adicional como resultado de la negociación política. A ello se suma el déficit fiscal estructural inicial que se manifestó a lo largo de la década y que es necesario cerrar, lo que posiblemente signifique otro punto del PIB, aunque en principio parte de ello podría venir de la reducción de programas de gasto mal evaluados. Además de los recursos fiscales adicionales requeridos, la reforma tributaria se justifica por razones de eficiencia y equidad. Un sistema tributario complejo no cumple con principios elementales de equidad horizontal, es confuso y no transparente, y es ineficiente, lo que afecta negativamente el potencial de crecimiento.

Por último, el postergar una discusión seria de una reforma tributaria puede generar la equivocada percepción de que es fácil generar mayor recaudación. Una ingenua interpretación consiste en creer que siempre habrá un grupo de "Moyas" extremadamente ricos y sonsos, dispuestos a hacerse cargo de la cuenta tributaria. Pero ésta no considera que los capitales pueden moverse hacia países de menor tributación, erosionando la base tributaria y también la inversión. Para que la base tributaria aumente sostenidamente, el crecimiento económico y la inversión son indispensables.

Necesitamos una reforma tributaria que complemente el incremento de gastos sociales mejorando la recaudación, eficiencia y equidad del sistema tributario.

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