Por Vladyslav Bohorad, Encargado de Negocios de Ucrania en Chile.
Ucrania y su pueblo están luchando por su independencia en la guerra provocada por Rusia. Defienden el estado de derecho, los valores y libertades democráticas, y el derecho de las naciones a elegir libremente su futuro. La victoria de Ucrania significaría restaurar nuestra soberanía e integridad territorial dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas.
Continúan los intensos bombardeos y enfrentamientos en las regiones de Donetsk, Luhansk, Kharkiv, Kherson y Zaporizhzhia. La situación en Donbas sigue siendo la más crítica: las tropas rusas destruyen ciudades enteras. La costa de Ucrania del Mar Negro y el Mar de Azov permanece bloqueada.
Las declaraciones de Rusia de que sus ataques están dirigidos solo a objetivos militares son falsas. Tropas rusas continúan destruyendo con ataques indiscriminados con misiles y artillería pesada. En las regiones de Donetsk y Lugansk, recurren regularmente a las tácticas de tierra arrasada. Decenas de miles de civiles perdieron la vida. Muchos más resultaron heridos.
Sobre 18.000 instalaciones de infraestructura civil fueron destruidas y dañadas, incluidas carreteras, puentes, instituciones educativas y médicas, redes de agua y electricidad, sitios culturales y religiosos (las cifras no incluyen los territorios ocupados a los que no tenemos acceso). Vastas áreas están minadas.
La peor situación humanitaria se mantiene en las localidades a lo largo de la línea del frente y en las ocupadas por Rusia. La ciudad de Mariúpol fue destruida casi en su totalidad, con decenas de miles de bajas y deportaciones forzosas por parte de los ocupantes rusos. Saqueos, torturas, asesinatos y secuestros son continuos y extendidos en las zonas ocupadas.
Más de 12 millones de ucranianos huyeron de sus hogares. Más de 5 millones, en su mayoría mujeres y niños, emigraron al extranjero. Casi 7 millones se convirtieron en desplazados internos. Para apoyarlos, el Gobierno de Ucrania lanzó los programas de asistencia para alojamiento, nuevos trabajos y apoyo financiero para su reubicación. Apreciaríamos cualquier contribución internacional para aliviar el alojamiento, salud y alimentación de los desplazados internos: el Gobierno de Ucrania no puede cubrir todas sus necesidades por sí solo. Cerca de 0,5 millones fueron deportados por Rusia a su territorio o a las partes ocupadas de Donbas. Casi 300 000 ucranianos fueron rescatados a través de los corredores humanitarios.
La preocupación compartida de Ucrania y del mundo es la exportación de los cereales y del trigo ucraniano. 400 millones de personas dependen de Ucrania en los términos de la seguridad alimentaria. Especialmente, se trata de las regiones vulnerables de Asia y África. Hasta recientemente un décimo del consumo de pan en el mundo se preparaba con el trigo ucraniano.
La guerra de Rusia se ha convertido en una gran disrupción para las cadenas de alimentos globales. Por el momento, hay 20 millones toneladas de trigo varadas en los puertos de Ucrania debido al bloque del ejército ruso.
Además, los mercados globales sufren el déficit del aceite de maravilla ya que Ucrania es el productor número uno.
Sin importar las crudas condiciones de la guerra, los agricultores ucranianos hacen todo lo posible para seguir con la producción, sorprendiendo al mundo con las fotos de la siembra bajo los bombardeos o alrededor de los misiles y cohetes no explotados.
El gobierno de Ucrania está trabajando en la formación de una coalición global para salvar a la mercancía ucraniana y proteger al mundo de la hambruna. Rusia no puede tomar como rehenes a millones de los ciudadanos de distintos países y continentes, poniendo en riesgo a los más vulnerables. La soberanía de Ucrania debe ser restaurada, sus puertos deben ser desbloqueados, el mundo no debe tolerar que su pueblo siga sufriendo por la agresión rusa.
Ucrania necesita apoyo de la comunidad internacional.
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