Beñat se persigue

Beñat

El técnico de la UC asegura que están unidos y apunta que, cuando están en el primer lugar, ocurren cosas raras que intentan desestabilizar al equipo.



Beñat San José se protege. Evita asumir los cuestionamientos que provienen desde el mismo camarín de Universidad Católica.

En el vestuario le critican la actitud pasiva que tuvo en el entretiempo ante Palestino y revelan que fueron ellos mismos -los jugadores- quienes asumieron la iniciativa para afrontar con una disposición más ofensiva el segundo tiempo en La Cisterna, mientras el discurso del DT era más bien pasivo y evaluaba de buena forma el cometido en la etapa inicial.

El técnico sacó la voz ayer en San Carlos de Apoquindo. En lugar de profundizar sobre el malestar de sus dirigidos, optó por desviar la atención. "No hay problemas, todos unidos", respondió cuando fue requerido por la situación en la conferencia que ofreció en el recinto precordillerano, como todos los jueves. "Debemos estar alejados de eso. Nos debemos ocupar en cómo vamos a direccionarnos para lo que queremos, que es la mejora del equipo, poder sumar de tres en tres y llegar al objetivo", agregó.

Luego apeló a teorías conspirativas. "En los entrenamientos nunca se ha visto un problema. Sabemos que cuando estamos primeros suelen pasar cosas raras. Parece que nos quieren desestabilizar, pero seguimos muy unidos", enfatizó, en un nuevo intento por demostrar normalidad en la relación con sus dirigidos.

José María Buljubasich, gerente deportivo cruzado, también se refirió a la interna de la UC. "Me sorprende la interpretación que se hace. Uno está todo los días ahí y ve la relación que hay entre el plantel y el cuerpo técnico. Siento que hay un plantel que le responde plenamente a un cuerpo técnico con experiencia y que lo tiene puntero. Estamos tranquilos. La verdad es que estamos acostumbrados a que salgan algunas cosas, pero cada quien sabrá por qué las dice", sostuvo el ex arquero.

En sentido contrario, San José entrega órdenes que apuntan a proteger la intimidad y, sobre todo, a evitar posibles filtraciones.

El martes, por ejemplo, en el complejo Raimundo Tupper, donde habitualmente entrena el primer equipo, fue posible observar la instalación de mallas kiwi verdes. El objetivo del hispano era que no se pudiera observar el entrenamiento ni menos la fórmula con la que pretende recibir mañana a Everton. En todo caso, el DT desliga la instalación de las mallas de la contingencia y asegura que este paso estaba planificado hace un buen rato.

El duelo con los viñamarinos surge, además, como una buena ocasión para convencer a los fanáticos (y también a los jugadores) que le critican el conservadurismo de su propuesta y para intentar despegarse de Universidad de Concepción, que le iguala en puntaje, y, por cierto, del resto de sus perseguidores.

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