Los centrales del futuro se encogieron

FOTO: AP

La dupla de Maripán y Díaz reprobó en Venezuela, en un duelo donde Chile otra vez debió lamentarse sobre la hora. El recambio de la última línea queda en entredicho.



La dupla de Gary Medel y Gonzalo Jara fue el soporte en el fondo durante muchos años de la Generación Dorada. Sin embargo, durante la era de Reinaldo Rueda la pareja de centrales de la Selección se desarmó, lo que además coincidió con la voluntad del entrenador de buscar opciones para el recambio en una zona donde la Roja ha padecido bastante. Para colmo, al Pitbull las lesiones lo marginaron de estas primeras cuatro fechas eliminatorias y ayer, frente a Venezuela, la zaga la integraron Guillermo Maripán y Paulo Díaz. Ninguno ayer estuvo cerca de dar garantías.

En Caracas, el zaguero del Monaco (donde solo ha jugado 33 minutos en 10 fechas) se vio muy lento, y permanentemente los delanteros los sobrepasaron. Su compañero tampoco lo hizo mejor. Se le vio bastante ingenuo e, incluso, con un grado de displicencia en la marca. De hecho, en el gol del triunfo de la Vinotinto y tras un gran centro, Salomón Rondón le ganó la posición para anotar. La jugada comenzó tras un balón perdido por Claudio Baeza cuando Chile estaba en posición de ataque.

Con bastante desgano y casi por obligación, en la conferencia después del encuentro el jugador de River Plate se limitó a reconocer las falencias mostradas en la tarde caraqueña. “Entramos dubitativos. No encontramos el juego que tuvimos contra Perú. Tuvimos el marcador en contra y no lo pudimos sacar de encima”, fue su escueto análisis, en el que sin mucha convicción expresó que mantiene las esperanzas de un repunte, tras emitir un largo suspiro. “Seguimos con las expectativas altas de querer ir al Mundial y queremos sacar lo máximo de puntos en los partidos que quedan”, señaló Díaz.

Incomprensiblemente, Francisco Sierralta, quien fue titular de correcto desempeño en la fecha doble anterior y que frente a Perú no estuvo por suspensión, no fue considerado como alternativa, a pesar del muy mal primer tiempo de Maripán.

La inseguridad mostrada ante el equipo de José Peseiro llevó a Chile a caer en el mismo problema de la fecha anterior: dejar ir los puntos en los últimos minutos. Si ante Uruguay, la Roja perdió en los descuentos y ante Colombia debió lamentar el empate cuando ya se terminaba todo, esta vez se quedó con las manos vacías a los 81′, recordando jornadas de frustración muy familiares en décadas pasadas.

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