727 días sin verse Bravo y Vidal: la reconstrucción de un desencuentro que fracturó a la Roja

Claudio Bravo y Arturo Vidal | Copa América 2015
Foto: Agencia Uno.

Reinaldo Rueda junta al agua y el aceite en Europa. El técnico colombiano pretende terminar con las divisiones en la Roja para iniciar las Eliminatorias con la cuenta en cero. Pretende dejar atrás un largo distanciamiento, que incluyó mensajes cruzados, abiertos y encriptados. Y que produjo trincheras en la Roja.


10 de octubre de 2017. Sao Paulo. Chile acaba de caer frente a Brasil y se despide de la opción de clasificar al Mundial de Rusia. En el camarín de la Roja hay desolación. A kilómetros de distancia, en Chile, las sensaciones fluctúan entre la decepción, la pena y la molestia. Cada uno las canaliza de distinta forma. Carla Pardo, la mujer de Claudio Bravo, elige las redes sociales. En ese soporte alude a la indisciplina de algunos integrantes de la Roja durante el proceso como causal del fracaso. La alusión conduce a Arturo Vidal. El mensaje es leído en un dispositivo móvil en el interior del vestuario. El golero debe dar explicaciones. Pide aclarar todo en Santiago. Minutos y metros más allá, sin embargo, respalda los dichos de su mujer. Ese día se firma la declaración de guerra. El camarín de la Selección se rompe para siempre.

Este lunes, en Alicante, 727 días después del conflicto que dividió a la Generación Dorada, sus protagonistas volverán a verse las caras. Será la primera sesión de entrenamientos que compartan después del cisma que separó al grupo más exitoso que ha vestido la Roja en el último tiempo. El cara a cara que quiere forzar Rueda en función de la necesidad de tener a ambos, de los pocos futbolistas chilenos en el más alto nivel competitivo, compenetrados en el objetivo más trascendente que tiene en el mediano plazo: buscar la clasificación al Mundial de Qatar 2022.

Si quedan cuentas pendientes, para el colombiano se acabó el tiempo de saldarlas. Después, el enfoque estará puesto exclusivamente en los partidos preparatorios frente a Colombia y Guinea. La penúltima ocasión que tiene para empezar a dar con el equipo que afrontará el inicio de las Eliminatorias. La próxima fecha FIFA, la última del año, será en noviembre.

Sin margen a acercamientos

Bravo y Vidal no volvieron a hablarse después de esa noche en Brasil. Ni hubo entre ellos ninguna señal de cercanía. Tampoco las hubo entre el golero y quienes se mostraron más próximos al Rey. Para eso también contribuyó decisivamente la renuncia del arquero en el inicio de la era de Reinaldo Rueda en la Selección. Esa vez, en todo caso, más que aludir a la distancia con sus compañeros, Bravo enfocó sus reticencias en la carencia de un especialista en la preparación de los arqueros acorde con la alta competencia.

Otra señal potente de la herida que quedó abierta se produjo en agosto de 2018, después de que Bravo sufriera la rotura del tendón de Aquiles izquierdo, la lesión más grave de su carrera. Esa vez, pese a que la dolencia se transformó inmediatamente en una materia de preocupación generalizada,  el portero ni siquiera recibió muestras de respaldo de sus compañeros de tantas batallas y victorias a través del espacio que suelen utilizar con tanta frecuencia: las redes sociales. Tampoco hubo algún llamado que graficara preocupación. Bravo se quejó de que, en ese lapso, ni siquiera hubo inquietud de parte del cuerpo técnico de la Selección. Y remarcó las diferencias que habían existido en relación a otros casos. Uno de ellos era Vidal, a quien se le enviaron especialistas para certificar su evolución cuando fue intervenido de una rodilla.

Como si faltaran elementos para graficar la lejanía, Bravo realizó parte de su recuperación en Barcelona, los actuales dominios del mediocampista formado en Colo Colo. Ni siquiera la cercanía geográfica sirvió para que pudieran juntarse a limar asperezas.

En el intertanto, durante el desarrollo de la Copa América, Medel fijó las condiciones en las que se tiene que producir el mentado 'cara a cara'. "Se tiene que hablar dentro del camarín, de frente, como hombres", dijo. Y luego se hizo cargo del lío no resuelto. "El problema está. Es evidente. Hay un tema con Claudio", declaró en la antesala del amistoso frente a Haití, previo al certamen continental que se disputó en Brasil.

Rueda quiere terminar con las divisiones. Es su última oportunidad para hacerlo antes del inicio del camino hacia Qatar 2022. Las necesidades futbolísticas de un plantel que no puede prescindir de dos de las pocas figuras que tiene en el nivel más alto del balompié mundial lo llevan a correr el riesgo, quizás menor que el que implica sacrificar la competitividad de un equipo que no encuentra piezas para un recambio de alto vuelo. Desde que los convoca, asume que en Alicante, la primera parada de la gira por Europa en el marco de la próxima fecha FIFA, se producirá el choque entre el arquero del Manchester City y el volante del Barcelona. También con los que se le han plegado, como Gary Medel, quien ahora detenta la jineta de capitán. Con el respaldo del Rey. Antes del quiebre, esa condición le perteneció exclusivamente al vilucano.

Dos años y una participación en la Copa América que solo sobre el final reencantó a los aficionados, aunque no alcanzó para defender el bicampeonato continental, parecen suficientes para sentarse a conversar y reconstruir una relación que antes parecía infranqueable. Que incluso había dado pie a un colectivo que los aglutinaba, La Banda Pitillo, y que hasta se tradujo en jugosos beneficios económicos. Lo que no está claro es si ese período habrá disminuido la rabia de Vidal hacia Bravo después de las acusaciones de indisciplina que provinieron desde el entorno más cercano al golero. Ni menos la forma en que la canalizará cuando se vuelvan a juntar.

La ruptura recompuso los bloques en la convivencia interna de la Selección. Por eso, cuando volvió, Bravo estuvo virtualmente solo y encontró apenas una muestra de respeto en Charles Aránguiz, quien se negó a portar la jineta de capitán ante la presencia del histórico guardameta en el equipo, aunque sin tomar postura respecto del conflicto. Vidal y Medel, en cambio, fueron reclutando nuevos soldados. Erick Pulgar, José Pedro Fuenzalida y Edson Puch, se han mostrado más próximos a los mediocampistas cuando han sido considerados. De hecho, el gesto de Aránguiz no responde precisamente a una señal de aglutinamiento con el portero. Su afinidad más próxima es con los ex integrantes de la U. En ese grupo se incluye Marcelo Díaz. El ex azul es otro de los vetados por la facción del vestuario más cercana a Vidal.

Juego de trincheras

Bravo, por cierto, se muestra dispuesto a enfrentar el conflicto, en parte, porque no le queda otra, aunque con poco ánimo de retroceder. Considerado por Rueda en el paso por Estados Unidos y Honduras, donde la Roja enfrentó a Argentina y al combinado centroamericano, se encargó de establecer que su liderazgo sigue intacto, más allá de que ya no luzca el brazalete. Incluso con un pedido adicional, que, esta vez. no fue satisfecho por Rueda: la convocatoria de Marcelo Díaz. "Seguir levantando polémicas no es lo más sano. Para clasificar al Mundial, necesitamos de todo el mundo. Te olvidaste de un jugador que es Díaz, que es muy valioso e importante", manifestó después del partido frente a los catrachos. La mención del mediocampista de Racing parece más calculada que casual. Incluso desde la perspectiva de buscar aliados.

Vidal, en tanto, ha moderado su comportamiento en las redes sociales, su principal trinchera en el desarrollo de esta guerra, quizás previendo el retorno de Bravo. Hoy, por ejemplo, publicó su felicidad por estar en la citación de la Roja. "Feliz de ser convocado una vez más con mi amada selección", posteó en su cuenta en Instagram. Los emoticones de banderas chilenas, balones de fútbol, un par de coronas en alusión a su apellido y un brazo que enfatiza el bíceps en señal de fuerza desplazaron a los mensajes que habían sido una tónica desde el divorcio con Bravo. Diatribas que recurrentemente contenían la palabra 'sapo' y el icono del anfibio,  un código que se usa informalmente para señalar a quienes delatan a otros. Hasta el grupo de WhatsApp de los seleccionados cambió de nombre durante ese período: pasó a llamarse La Roja sin Sapos. Naturalmente, con la precaución de no mencionar a nadie. En ese lapso, el mediocampista culé también ha recurrido a canciones que apuntan en el mismo sentido, para traslucir su molestia.

En julio, después de la Copa América, perdió la paciencia cuando, en el marco de una actividad con el Rodelindo Román, el club de San Joaquín del que es benefactor, le consultaron por declaraciones de Bravo respecto del rendimiento de la Roja en el torneo y de Gary Medel respecto de como solucionar el conflicto con el guardameta. "No he escuchado nada y no voy a hablar más de los que no están en la Selección. Me voy a dedicar a disfrutar mis vacaciones y después el profe Rueda verá a quién llama", sentenció, mientras apuraba el paso.

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