Diego Matte, director del CEAC de la Universidad de Chile: “El recorte de presupuesto para el próximo año significa la destrucción de la Sinfónica de Chile”

Diego Matte, director del Centro de Extensión de la Universidad de Chile, organismo que comenzó una campaña para pedir que se reconsidere la disminución de un 25 por ciento de su presupuesto para el 2021.

La cabeza del Centro de Extensión sostiene que la disminución del 25 por ciento de los recursos contemplados en el presupuesto 2021 del Ministerio de Educación es "una vergüenza". Además, dice que los dineros disminuyeron en beneficio de los fondos que se entregarían al Ministerio de las Culturas.


La semana pasada el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (Mincap) anunció un aumento de su presupuesto en la ley que se enviará a trámite en el Congreso. Paralelamente, en la glosa “Actividades de Interés Nacional” que el Ministerio de Educación contempla para la Universidad de Chile en su proyecto de ley de presupuesto 2021, los dineros del Centro de Extensión (CEAC), de dicha casa de estudios disminuían en cerca de un 25 por ciento.

Tal baja es, de acuerdo al director del CEAC, Diego Matte, “una vergüenza” y un hecho inédito en la historia del país En sus palabras, significaría en la práctica el fin de instituciones como la Orquesta Sinfónica de Chile, el Ballet Nacional Chileno y la Camerata Vocal, dependientes del organismo. Al menos, el fin tal como las conocemos hasta hoy.

El año pasado el Centro de Extensión recibió $ 2.858 millones y este año el proyecto de ley sólo considera $ 2.179 millones, que en concreto son 679 millones de pesos menos. Desde la propia Universidad de Chile hay una postura al respecto, toda vez que el presupuesto general de la institución disminuiría en el presupuesto 2021.

Consultado por La Tercera PM, el rector Ennio Vivaldi sostuvo: “El recorte afecta lo más profundo de nuestra misión como universidad: no se trata de que nos quiten algo a nosotros, sino que a todo el país. Si se acepta una reducción de un 25% a los cuerpos estables del país, significa que consideramos que lo espiritual y la cultura no son relevantes para Chile”.

Luego agregó: “Llamamos a las autoridades a enmendar el presupuesto. No creemos que la población quiera o crea que a los grandes desafíos que enfrentamos, debemos responder con menos cultura, menos ciencia o menos universidades”.

El fin de semana pasado, el Centro de Extensión de la U. de Chile (CEAC) comenzó una campaña para lograr que se revierta la medida y su director Diego Matte se refiere al complicado escenario.

¿Por qué el presupuesto de ustedes no viene directamente de Cultura?

Por razones históricas nuestro presupuesto siempre ha venido del Ministerio de Educación. Cuando se creó la Orquesta Sinfónica de Chile, en 1941, no existía el Ministerio de las Culturas.

¿Cuál es el detalle de la disminución?

En la glosa del presupuesto para el próximo año se produce una baja de alrededor de un 25 por ciento, que son cerca de 700 millones de pesos destinados a la Orquesta Sinfónica de Chile, al Ballet Nacional de Chile y a la Camerata Vocal. Desde el Ministerio de las Culturas me dijeron que eso no tiene nada que ver con ellos, pero ése no es el punto. Yo me hago la pregunta: ¿Para qué existe entonces el Ministerio de las Culturas? Obviamente se redirigieron fondos destinados a algunas instituciones para entregarlos a otras disciplinas. Es algo bien triste porque la Orquesta Sinfónica de Chile es la agrupación sinfónica más antigua del país.

¿Qué gastos le llamaron la atención en Cultura?

Por ejemplo, los fondos de artes escénicas suben en un 344 por ciento, de 800 a 4 mil millones de pesos. El fondo audiovisual también aumentó mucho. También crecen los gastos en personal en el Ministerio de las Culturas, sobre todo en la Subsecretaría de las Cultura y las Artes. Es decir crece la burocracia, pero las instituciones culturales son destruidas. Todo con el fin de obtener un aplauso fácil para la ministra y para su ministerio a través de los fondos concursables. No es el mismo caso, el aumento que se da al Consejo de Monumentos Nacionales, que sí ha estado castigado durante muchos años y se entiende. Pero ahí tampoco estamos hablando que le den un 300 por ciento más.

La Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, en la foto, es junto al Ballet Nacional Chileno (BANCH) y la Camerata Vocal, parte de los cuerpos estables del CEAC de la Universidad de Chile.

¿Debería haber un pronunciamiento desde el Ministerio de las Culturas a pesar de que ustedes no dependen directamente de ellos?

Me parece que alguien que es ministra de las Culturas debería estar informada de que se está tomando una decisión de estas características en el país. No estamos hablando de un recorte marginal, sino que en mi opinión de una baja de presupuesto que destruirá y desarmará una institución con 80 años de historia como es la Sinfónica de Chile y a otra de 75 años como es el Ballet Nacional de Chile (Banch). Ambas fueron creadas en momentos históricos aún más difíciles para el país que el actual y se han mantenido por décadas. En este contexto me parece que la ministra Consuelo Valdés debe ser también un actor y asegurar que la institucionalidad cultural siga en pie y se proyecte. Y repito, no puede ser que se aumenten los fondos en un área en desmedro de pilares culturales del país como lo es la Sinfónica.

¿Cree que se redestinaron recursos monetarios que irían a la Universidad de Chile y su Centro de Extensión (CEAC) hacia el Ministerio de las Culturas?

Sí, por supuesto. El dinero es fungible. Me parece obvio que los dineros de muchas instituciones (entre ellas la nuestra que depende del Ministerio de Educación y de las propias instituciones colaboradoras, que dependen de Cultura), disminuyeron para a mayor gasto en personal en la Subsecretaría de las Culturas y el incremento de algunos fondos del Ministerio de las Culturas, como el de Artes Escénicas y el Audiovisual. Crecen en forma gigantesca. Por lo demás, muchas de las actividades que pueden ser beneficiadas con esos dineros se llevan a cabo en instituciones como el GAM, Balmaceda, el Teatro Municipal o nosotros mismos. Esto me parece que es destruir un sistema base para alimentar el día a día y los fondos concursables. No hay una mirada integral del desarrollo cultural de un país.

¿Han tenido acercamiento a las autoridades?

Estamos en la fase inicial de aquello, pero hasta el momento no hemos tenido ninguna respuesta de parte del Ministerio de Educación. Sólo he escuchado esa afirmación burocrática de que los recursos nuestros pertenecen a la glosa del Ministerio de Educación. Tampoco me parece serio que nadie se haya puesto en contacto con nosotros antes de que se enviara a trámite el proyecto de ley o que no nos hayan advertido de alguna manera que podía venir un recorte de estas características. Nadie se ha interiorizado de nuestra realidad y de nuestras necesidades. Tengo que recordar que llevamos más de un año con el Teatro de la U. de Chile cerrado, primero por el estallido y luego por la pandemia. Que se concrete una disminución de presupuesto de este tipo es como darnos en el suelo, es hacer leña del árbol caído. No hay ninguna empatía ni con la Orquesta Sinfónica de Chile, ni con el Ballet Nacional de Chile ni con la Camerata Vocal.

¿Cómo afecta concretamente una eventual reducción de un 25 por ciento de presupuesto, por ejemplo, a la Sinfónica de Chile?

De partida tengo que decir que nuestros músicos son los que tienen los sueldos más bajos de todo el país. Y en lo concreto, que se le disminuya el salario a un jefe de fila de instrumentos significa que también bajan los sueldos del resto de los músicos. Ellos son profesores en la Fundación de Orquestas Juveniles (FOJI) o en otras instituciones y gran parte de esa labor la hacen porque tienen la estabilidad económica que les proporciona la orquesta. Con esto quiero decir, que se resiente toda la cultura nacional. Esto no consiste en que se reduzcan algunos músicos y después se vuelvan a contratar. Es capital humano y artístico que se pierde: la gente se va fuera del país, busca otra ocupaciones. Por ejemplo, hay algunos cargos en la orquesta que se demoran años en llenar por la simple razón de que cuesta mucho encontrar a un músico que cumpla todos aquellos requisitos. No es fácil, sobre todo porque además aspiramos a un nivel de excelencia. Hay cargos que son simplemente irreemplazables.

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