El incómodo “Ramiro”: todos los episodios de desencuentro entre el ex FPMR y Gendarmería

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Mauricio Hernández Norambuena fue extraditado desde Brasil en agosto de 2019.

La entidad penitenciaria pedirá al Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago que el exfrentista Mauricio Hernández Norambuena sea sancionado sin días de visitas por dar una entrevista a La Red, sin autorización del alcaide de la Cárcel de Ata Seguridad, según establecen las reglas internas. En octubre pasado, ocurrió una situación similar y el tribunal desestimó la sanción requerida por Gendarmería: el juez apuntó a que el interno sólo estaba haciendo uso de su libertad de opinión.


La entrevista de anoche en Mentiras Verdaderas de La Red sorprendió a Gendarmería. El exjefe operativo del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), Mauricio Hernández Norambuena, preso en la Cárcel de Alta Seguridad desde agosto de 2019 -cuando fue extraditado desde Brasil-, no contaba con autorización del alcaide de ese recinto para aparecer en un programa de televisión, como exigen a cada recluso las normas internas de la institución penitenciaria.

“Ramiro”, condenado a 26 años de cárcel por el crimen del senador UDI Jaime Guzmán y el secuestro del empresario Cristián Edwards, usó el celular que debía destinar sólo a hacer llamadas en horario de visitas, cuyos nombres están enrolados, para ser entrevistado por el programa que es conducido por el periodista Eduardo Fuentes.

A raíz de esta situación, la entidad penitenciaria pedirá al Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago que sea sancionado con días sin recibir visitas y abrió un sumario administrativo para investigar lo que pasó.

Pero esta no es la primera vez que Hernández Norambuena tiene problemas con Gendarmería. El ex FPMR se ha convertido en un dolor de cabeza para la institución, que en reiteradas oportunidades ha debido recurrir a regímenes de aislamiento, como lo permite la ley en casos de reos rebeldes. En total, registra seis episodios de conflictos internos, aparte del ocurrido ayer. Supuestos amedrentamientos directos a personal de servicio y la detección de publicaciones de redes de apoyo que se traducen en amenazas a un funcionario de Gendarmería son parte de los hechos que se han denunciado.

Uno de los más recientes fue el 20 de enero pasado. Ese día la entidad penitenciara presentó una denuncia ante la Fiscalía Centro Norte en contra de Hernández por amenazas a uno de los funcionarios de custodia directa. Según relató el sargento, cerca de las 11.00, durante el horario de esparcimiento en los patios de la Sección de Máxima Seguridad, Norambuena le dijo “si tocan al interno (Leonardo) Velásquez Norambuena, yo me meto, y si me tocan a mí, arreglamos en la calle con ustedes y sus familias, haciendo el ademán de dispararnos de forma intimidante”.

El denunciante dijo esa vez que temía “por mi integridad y núcleo familiar, ya que se dio una situación muy similar tiempo atrás con el sargento Alarcón, en donde él fue ‘funado’ y amenazado por redes sociales y además se supo a nivel nacional e institucional, de manera que al sargento antes mencionado le hicieron seguimiento personas desconocidas con la intencionalidad de averiguar más sobre su vida íntima y personal”.

Sin embargo, la versión del denominado “comandante Ramiro” fue distinta. “Me dirigía hacia el patio, custodiado por el personal de servicios especiales; al llegar al patio, observo y escucho que uno de los funcionarios que me desplazaban le manifiesta al interno Leonardo Velásquez Norambuena, cito textual, ‘qué mirái tanto’, respondiendo el funcionario de manera agresiva en contra del interno (...); posteriormente soy ingresado al patio que me correspondía (...). Nunca he amenazado ni agredido ni he insultado a ningún funcionario de Gendarmería”, dijo Hernández de acuerdo a la denuncia.

Esa vez, se informó la aplicación de sanción de una medida disciplinaria al Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago. No obstante, el tribunal decretó suspender la medida hasta que se resuelva una querella judicial que presentó Gendarmería poco antes, a fines de 2020.

Esta se refiere a una presunta agresión de parte de Hernández a uno de los funcionarios de custodia directa, registrada por la autoridad penitenciaria el 2 de noviembre de 2020. En el escrito presentado por Gendarmería se relata que ese día, cerca de las 14.45, un gendarme le dijo al jefe de la Sección de Máxima Seguridad, mayor Alejandro Meza, que el exfrentista lo empezó a insultar mientras estaba junto a su abogado, y sin provocación previa. “Sapo, no tiene por qué estar ahí”, señaló el gendarme que le dijo Hernández. Luego, “Ramiro” habría obstruido la visibilidad, “instalando sillas en medio del pasillo, lugar donde se encontraba junto a sus abogados”, y al moverse por el pasillo “alzó las manos para colocarlas en su cabeza y al realizar ese movimiento agredió con su codo al funcionario en el mentón”, indica la querella.

Gendarmería informó al Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago que lo sancionaría con 15 días sin visitas, pero el tribunal ordenó suspender la medida disciplinaria hasta que se resuelva la acción judicial presentada por la institución.

Derecho a expresarse

Otro de los episodios que enfrentó a Hernández con la autoridad penitenciaria contó con la venia del juez del Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, Patricio Álvarez, quien dio la razón al exsubversivo y dejó sin efecto la medida disciplinaria.

Ocurrió en octubre de 2020, cuando Gendarmería lo quería sancionar con la privación de visitas por siete días luego de que descubrieran que el interno había grabado un video que se estaba difundiendo por redes sociales y en el que hacía un llamado a reivindicar la lucha organizada. Pese al intento de castigo, el magistrado sostuvo que dicho comportamiento correspondía a su derecho a libertad de opinión y anuló la sanción.

“Que en los antecedentes expuestos no se advierte que se configure la falta descrita (...) en la medida en que el interno no ha incurrido en desobediencia a las órdenes recibidas de autoridades o funcionarios en el ejercicio de sus atribuciones, en la medida en que la autoridad penitenciaria autorizó excepcionalmente a los internos (...) utilizar celular para comunicarse con sus familiares (...), estableciendo un reglamento las condiciones para su uso, sin que de aquellas se desprendan limitaciones especiales respecto del contenido de las comunicaciones mantenidas por esa vía, las cuales quedan amparadas por las garantías de la inviolabilidad de las comunicaciones privadas y de libertad de opinión”, dijo el juez en su resolución. Agregó que no aparece que el interno haya tenido injerencia en la difusión del mensaje, “por lo que la responsabilidad les compete a los medios de comunicación correspondientes”.

Además, Gendarmería registra otros tres episodios. Uno del 9 de agosto de 2020 por supuestamente faltar el respeto a un funcionario de custodia directa, por la que se informó una sanción de siete días sin visita al Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, pero el tribunal nuevamente la dejó sin efecto. Y el 21 de mayo del mismo año se le sancionó tras una denuncia por denigrar e insultar a funcionario con seis días de suspensión de visita. Anteriormente, en diciembre de 2019, antes de la pandemia, cuando el uso de teléfonos móviles estaba totalmente prohibido, Gendarmería expulsó al custodio directo de Hernández Norambuena, luego de encontrarle un celular, dos cargadores y tres cajas de Viagra.

Querella por torturas

El 3 de marzo pasado, Hernández Norambuena presentó una querella en contra de Gendarmería por torturas. En el documento, “Ramiro” explicó que el 19 de agosto de 2019 fue trasladado desde Brasil a Chile por un proceso de extradición en donde el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil accedió a la solicitud de parte del Estado de Chile. Ahí denunció que durante su estadía en el penal chileno ha habido una “política sistemática de Gendarmería de atentar en contra de mi persona”, con un “régimen de aislamiento (segregación total) y hostigamiento permanente de parte de mis custodios directos”.

Asimismo, denunció que ha sido sometido a un “régimen excepcional e inhumano de aislamiento” desde su regreso a Chile y que ha sufrido una restricción a su derecho a la intimidad y la libre expresión, además de una restricción ilegal y arbitraria de su derecho a visitas. La querella fue declarada admisible por el tribunal el 4 de marzo pasado y es hoy parte de una investigación que lleva adelante la Fiscalía Centro Norte.

En el libelo se detalla también la necesidad que tiene de socializar y que fue identificada por una cautela de garantías presentada ante la justicia y que, a su juicio, Gendarmería incumple. “Trasladó solo a un único interno a mi piso, quien, a conocimiento de la institución, desempeñaba labores de “mozo”, pasando la mayor parte de la jornada fuera de su celda y pasillo, siendo prácticamente imposible entablar comunicación y socializar con el sujeto en cuestión”, se lee en la querella. Asimismo, Hernández Norambuena expone que “sobre la orden de no mantener la luz artificial encendida las 24 horas del día, Gendarmería de Chile hizo caso omiso al tribunal, manteniendo aquel perjudicial estado para mi persona, ocasionándome problemas de sueño e insomnio. Situación que permanece inmutable”.

Las arremetidas judiciales de hoy son parte de un nuevo equipo de profesionales, liderado por Washington Lizama, que está representando a “Ramiro” desde hace casi un año, cuando el mítico abogado de los exmiembros del FPMR, Alberto Espinosa, dejó de patrocinar su defensa.

Del capítulo de anoche y la molestia que hay en Gendarmería y el gobierno por la infracción de reglas al interior del penal, además de las querellas cruzadas que hoy se tramitan en la justicia, se prevén nuevos episodios de desencuentros en una estadía en la cárcel que para Hernández Norambuena aún se augura extensa.

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