La batalla de los 78 días: El dificultoso camino que hoy se abre en la oposición

El triunfo del Apruebo marca el inicio de diferentes “batallas” que pueden volver a dividir a la centroizquierda. Desde hoy hasta el 11 de enero, el sector tendrá que buscar consensos mínimos sobre los contenidos de una nueva Constitución, además de lograr una lista unitaria para conquistar los 2/3 de la convención constitucional. En paralelo, la negociación municipal y de gobernadores regionales podría seguir tensionando la unidad del bloque ante el desafío mayor, que es la presidencial de 2021.


El holgado triunfo que anoche tuvo el Apruebo no será garantía para la unidad de la oposición. Esa es la lectura que prima en la centroizquierda a sólo horas del histórico referéndum constitucional, en el que esa opción se impuso por más del 78% de los votos versus el 21% que obtuvo el Rechazo. En el sector son conscientes de que -más allá de los números- los desafíos que se abren en los próximos 78 días serán tan complejos como decisivos.

Desde el 25 de octubre hasta el 11 de enero (fecha en que se cierra el plazo de inscripción para las candidaturas de las elecciones municipales, de gobernadores regionales y de convencionales constituyentes), la centroizquierda tendrá que dejar de lado las divisiones y trabajar en conjunto para alcanzar un objetivo mayor: obtener los 2/3 de la convención constitucional.

Y para lograrlo, dicen en el sector, alcanzar la esquiva unidad es fundamental. En el caso contrario, correrán el riesgo de “entregar” la nueva Constitución a la centroderecha y desperdiciar la oportunidad histórica de plasmar sus propuestas en la nueva Carta Fundamental. Hito que, dicen, marcará los próximos 30 años, y también al próximo gobierno.

Las desconfianzas en el sector son profundas y en la oposición reconocen que superar las grietas que se han agudizado estos años no será una tarea fácil de lograr en tan poco tiempo. Por ello, entre las fuerzas opositoras temen que se repita la derrota que se autoinfligieron en las negociaciones de primarias municipales y de gobernadores, oportunidad en que terminaron divididos en dos pactos y, según dijeron, dándole un mayor margen de triunfo a la derecha para esos comicios. Algo que no es baladí, pues esos resultados históricamente han marcado el pronóstico de las presidenciales.

Además, los partidos de la Unidad Constituyente (DC, PS, PPD, PR, PRO y Ciudadanos), el Frente Amplio y el Partido Comunista, tendrán que buscar puntos comunes entre sus distantes visiones respecto de los contenidos que deberá consagrar la nueva Constitución. Esa materia, además, será clave para que el sector pueda pactar sus listas de candidatos para la convención constitucional, donde ya están divididos entre lograr una lista única o dos.

En el sector aún queda otro tema pendiente que ya ha provocado tensiones al interior de la oposición: la negociación municipal. Si bien no lograron pactar primarias para esos comicios, todavía existe la posibilidad de tener pactos por omisión o definir a algunos candidatos a través de encuestas.

¿Una o dos listas?

Uno de los dilemas que tendrá que enfrentar el sector en esta carrera de 78 días, será si ir en una, dos o más listas a la elección de convencionales constituyentes. Eso, dicen sus dirigentes, se convertirá en el factor decisivo para que la centroizquierda tenga posibilidades reales de conseguir los 2/3 del órgano constituyente.

El temor de no alcanzar ese objetivo ya está instalado. De hecho, desde la DC hasta el Frente Amplio, sostienen que, de fracasar esas conversaciones, el sector entrará con un mal pie a la discusión constitucional y al resto de las negociaciones electorales.

A pesar de estar conscientes de ese peligro, hasta ahora no todos los partidos han adoptado la definición política de ir en una lista unitaria. En la ex Nueva Mayoría, el PS y el PPD son partidarios de ese objetivo, mientras que en la DC y el PR sostienen que lo realista sería ir en dos nóminas. En el PC, en tanto, dicen que el sector no debe dividirse en más de dos.

“La prueba de fuego de la oposición será contar con una lista única para la convención constitucional, o bien dos listas máximo como plan B”, sostiene el presidente del PPD, Heraldo Muñoz, mientras que su par del PS, Álvaro Elizalde, afirma que “el Partido Socialista es partidario de una lista unitaria de todas las fuerzas progresistas para la elección de la convención constitucional”.

En tanto, el timonel radical, Carlos Maldonado, señala que “una sola lista difícilmente daría cabida a todos los partidos, movimientos sociales y mundo independiente de centroizquierda. Creo que dos listas permitirían una buena combinación de unidad y diversidad”.

En el Frente Amplio, el tema ya ha tensionado a la coalición y solo el Partido Liberal ha tomado la postura de empujar una lista unitaria. En RD, por un lado, ya han abordado el tema y consideran que se debe evitar la “dispersión” de fuerzas en la centroizquierda, mientras que en el resto de las colectividades del bloque aún no se enfrentan a esa discusión, pero estarían promoviendo separarse en dos nóminas.

En esos sectores sostienen que una lista unitaria sería “inviable” y que no todas las fuerzas de la oposición “cabrían” en ese esfuerzo. En ese sentido, entre quienes se oponen a la idea de una sola nómina de los 12 partidos y dos movimientos políticos que componen la Unidad Constituyente, el Frente Amplio, el PC y el FRVS, aseguran que no sería factible tener una iniciativa conjunta por el alto número de candidatos y la diversidad de proyectos.

Esa negociación estará cruzada por otra no menor: la de los comicios municipales a elegirse en la misma fecha. Ahí, los distintos pactos van a competir por las gobernaciones regionales y, por lo tanto, en el sector no descartan que cualquier tensión en esas tratativas terminen afectando la unidad para la constituyente.

Distantes contenidos y el dilema del reglamento

Desde principios de año, la centroizquierda han estado trabajando -por separado- distintos documentos sobre los contenidos que pretenden plasmar en una nueva Constitución. Con los resultados en mano, en el sector sostienen que deberán poner sobre la mesa todos esos textos y buscar puntos en común entre las disímiles visiones de país que coexisten al interior de la oposición.

La centroizquierda ya ha dejado en evidencia durante el mandato del Presidente Sebastián Piñera que no comparten los mismos principios en temas cruciales, como el tributario y previsional.

Esa discusión, reconocen las mismas fuentes, podría volver a tensionar a la centroizquierda. Durante todo este tiempo no ha existido una instancia de coordinación común y solo se han hecho esfuerzos aislados para avanzar en esta tarea. Por ejemplo, en el verano, las colectividades de la Convergencia Progresista -PPD, PS y PR- sostuvieron algunas conversaciones para iniciar un trabajo conjunto, pero con la llegada de la pandemia todo se desactivó.

Ahora, una semana antes del plebiscito, el FA -en un esfuerzo por calmar sus problemas internos y hacer un gesto al resto del sector- propuso un “plan constitucional”, con el fin de iniciar diálogos con el resto de las colectividades sobre estos contenidos. Hasta ahora, el bloque se ha reunido solo con la DC, pero esperan hacerlo con todas las fuerzas.

El FA fijó sus “mínimos” para poder llegar a acuerdos, los que serán claves para que el sector logre alcanzar un pacto y competir en conjunto para la elección de los miembros de la convención constitucional. Plasmaron sus idearios en un documento, en el que plantearon, entre otras cosas, que se debe avanzar hacia un “Estado Social y Democrático de Derecho” y “sentar las bases de un nuevo modelo de desarrollo” en materia económica.

En el resto de las colectividades se han conformado “equipos constitucionales”. Por ejemplo, en el PPD, al igual que el FA, han propuesto que Chile tenga un “Estado Social y Democrático de Derecho” y que se equilibren los poderes del Estado bajo un sistema semipresidencial o parlamentario. En el falangismo también han propuesto un Estado de esa naturaleza, en el que se haga efectivo el “principio de solidaridad”. El PS, por su parte, ha canalizado el trabajo de contenidos a través del Instituto Igualdad, donde se encuentran trabajando figuras como el constitucionalista Francisco Zúñiga.

En el PC ha trascendido que se estaría trabajando en un catálogo que iría en la misma línea de un documento que compartió el diputado del partido Hugo Gutiérrez. Se plantearía el cambio a un “Estado de Soberanía Popular y Justicia Social”, la creación del Poder Electoral y la eliminación del Congreso para pasar a tener una “Asamblea legislativa plurinacional y paritaria”. Esa propuesta, dicen en el resto de la centroizquierda, haría complejo llegar a acercamientos.

Otro punto clave es la redacción del reglamento que el sector busca generar como insumo para la convención constituyente. Si bien la reforma constitucional fruto del acuerdo del 15 de noviembre establece que serán los convencionales los que deben definir un mecanismo de funcionamiento, la posibilidad de que ese debate se eternice y termine dilatando la discusión de fondo -como ha ocurrido en otros países- es una preocupación en la centroizquierda. Por lo mismo, varios de sus partidos han comenzado a estudiar y delinear los ejes que debiera tener ese reglamento.

La DC ya tiene a su comisión constitucional trabajando en ello, al igual que RD. En otras colectividades como el PR han advertido dudas de que sea una buena idea el que ellos se adelanten en la redacción de un texto que corresponde al mandato y “atribuciones” del órgano constitucional. “Puede ser un arma de doble filo”, comenta un dirigente. Pese a eso, otros apuntan a que es necesario tener una propuesta dado que la derecha ya tiene un trabajo avanzado en esta materia.

Municipales y el camino presidencial

Pactos por omisión o definición de candidatos a alcaldes a través de encuestas. Esas son algunas de las opciones que se evalúan en la oposición para terminar una conversación que quedó pendiente tras las fallidas negociaciones para las primarias.

Tras ese impasse, en el sector se optó por cerrar la puerta a la posibilidad de tener acuerdos en gobernadores, elección en la que van a competir en tres pactos distintos, pero se decidió posponer la conversación respecto a alcaldes.

Ahora, tras el plebiscito, la oposición tendrá que abordar en serio esta materia. En algunos sectores el tema ya ha estado avanzando lentamente. Al interior de la Unidad Constituyente -coordinación que se formó como resultado de las negociaciones por primarias- ya se está empezando a dibujar un diseño para esas elecciones, trabajo que quedó a cargo de los secretarios generales de las colectividades.

En el Frente Amplio han transmitido que están dispuestos a realizar pactos por omisión en algunas comunas. Sobre esto, además, en el bloque sostienen que ya se han iniciado una serie de conversaciones entre todos los sectores para trasmitir “la voluntad” de acercar posiciones.

Así, en la oposición sostienen que esta negociación -y los otros desafíos- marcarán un precedente para la última batalla de 2021: la elección presidencial. Pero también, dicen, todas estas conversaciones se podrían ver tensionadas por esos comicios dado el alto número de posibles cartas a La Moneda que ya suenan en los distintos partidos y también las que puedan levantarse en el camino.

El gran dilema, afirman en la oposición, va a ser cuán amplia será la primaria presidencial. Si el Frente Amplio y el PC optan por competir por fuera o se someten a ese mecanismo para llegar a la primera vuelta con un candidato único del sector. Y más allá de la definición de esos bloques, algunos sectores, como la DC, ya han manifestado resistencia a que el alcalde Daniel Jadue (PC) -la carta mejor posicionada de la centroizquierda en los sondeos- pueda formar parte de esa contienda. Asimismo, aún no hay claridad de si la eventual abanderada del FA, Beatriz Sánchez -quien comunicará su decisión durante estas semanas-, podría ir directo a primera vuelta.

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