¿Línea de crédito en jaque? En qué pie quedó Bachelet tras el fallido intento de aunar al oficialismo en una lista

La apuesta de los socialistas por posicionar a la expresidenta como candidata al Consejo Constitucional en un solo pacto se vio frustrado por la determinación del PPD de competir separado de Apruebo Dignidad. El episodio se sumó a otros en que el PS intentó “mover la aguja” por medio de la exmandataria, pero sin éxito, lo que ha despertado cuestionamientos a su liderazgo político.


El anuncio socialista -mientras el Partido por la Democracia (PPD) también cerraba su diseño electoral al Consejo Constitucional- fue con “bombos y platillos”: en el comité central PS, del pasado 28 de enero, la presidenta de la colectividad, Paulina Vodanovic, anunciaba que la expresidenta Michelle Bachelet había manifestado su deseo de encabezar un pacto electoral entre las fuerzas del gobierno y que, además, sería candidata al órgano encargado de redactar una nueva Constitución.

Eso sí, la condición que estableció la expresidenta para ser candidata era que debía ser en una lista única del oficialismo, desde el Partido Comunista (PC), sumando a la Democracia Cristiana (DC). En caso contrario, no aceptaría disputar un cupo al consejo.

La historia es conocida: el PPD no cejó en su afán por diferenciarse y estableció su lista junto al Partido Radical (PR), la DC, disputando el “centro político” que se volcó al Rechazo en el plebiscito. Los socialistas y el Partido Liberal (PL) terminaron plegándose a “Unidad para Chile”, la lista de Apruebo Dignidad. El quiebre electoral del Socialismo Democrático dejó a Bachelet -una vez más- fuera del cuadro político.

Y es que no es primera vez que la exmandataria pone su “capital político” a disposición del sector y termina no siendo escuchada. Ya lo había hecho en 2020, cuando firmó una carta de apoyo a la aventura presidencial de su exvocera de gobierno Paula Narváez. Sin embargo, el “dedazo” inicial no movió la aguja: en agosto de 2021 la precandidata perdió frente a Yasna Provoste (DC) en las primarias de la extinta Unidad Constituyente.

Pero quizás la apuesta más “jugada” de Bachelet fue para el plebiscito de salida, cuando apenas dejaba su cargo en Naciones Unidas. La exmandataria apoyó abiertamente la opción Apruebo, y escribió una carta donde reafirmó su postura.

De hecho, fue la única de los expresidentes que manifestó su postura defendiendo el Apruebo: mientras Sebastián Piñera y Eduardo Frei estuvieron por el Rechazo, Ricardo Lagos Escobar no se comprometió con ninguna alternativa.

“Como Presidenta pude comprobar el enorme muro que representa la Constitución nacida en dictadura para hacer cambios que beneficien a las grandes mayorías”, señaló Bachelet en ese escrito. Y, como ficha final de la campaña televisiva, apareció en la franja del sector, pese a que -en un inicio- en su entorno habían descartado un gesto de esa magnitud y se mantuvo en reserva hasta una publicación de La Tercera PM, días antes de la emisión.

El gesto, eso sí, no fue gravitante en la aplastante derrota que sufrió la nueva Constitución.

El costo para la expresidenta

Luego del comité central socialista en que se anunció la precandidatura de Bachelet, en entrevista con La Tercera Domingo, Vodanovic fue consultada sobre los riesgos que implicaba para la exmandataria asumir el desafío. Ella respondió que “es la militante más destacada que tenemos. No es fácil para mí como presidenta pedirle (asumir la candidatura), porque yo sé que implica un sacrificio enorme para ella. Lo conversamos mucho y finalmente ella entendió que la tarea de la unidad es tan importante. Se pone a disposición de esta lista de unidad”.

Dentro de la misma directiva admiten que no hubo recriminaciones en contra de Vodanovic por impulsar la candidatura de Bachelet. “Era una decisión colectiva de la mesa hacer los esfuerzos de que ella fuera candidata. Paulina (Vodanovic) solo era la vocera de la gestión en su rol de presidenta del PS”, dice en privado uno de los integrantes de la mesa.

Más allá del PS, en el oficialismo, sobre todo en el PPD, fue comentario que la exmandataria nuevamente tuviera una “apuesta fallida”. Sobre todo, agregan las mismas fuentes, en contraste con la postura que adoptó en ese momento el exjefe de Estado Ricardo Lagos, quien se la jugó para que el partido liderado por Natalia Piergentili apostara por un pacto aparte de Apruebo Dignidad.

Allegados a la exmandataria, en todo caso, revelan que en realidad ella “nunca estuvo muy convencida” de asumir el desafío y que más bien, luego de dejar el cargo de alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, quería descansar. Por eso mismo, en las últimas semanas ha estado de vacaciones en el sur de Chile y sus contactos con la directiva PS, dicen, no han sido particularmente fluidos. En parte, porque ha tenido problemas de conectividad.

En esta línea, las mismas fuentes explican que si ella aceptó la propuesta de ser candidata (y, eventualmente, haber liderado esa campaña), lo hizo “por la causa”, pues estaba convencida de que el Presidente Gabriel Boric “necesitaba una lista única para afirmar la coalición”. De hecho, pese a que la estrategia no resultó, en el PPD aún resienten el surgimiento de su nombre como carta electoral, pues aumentó aún más las presiones que tenían encima sobre su decisión de competir en una lista separada de Apruebo Dignidad.

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