Nueva instancia regional: Boric adhiere a “hoja de ruta” del Consenso de Brasilia y se aleja de la idea de reactivar Unasur

Ayer los presidentes de América del Sur aprobaron las bases que regirán el nuevo espacio regional, el que busca hacer frente a distintos desafíos para la zona.


Desde hace unos meses, de manera silenciosa, los gobiernos de los 12 países de América del Sur han estado en conversaciones para avanzar en una instancia regional, lo que se concretó formalmente ayer cuando los presidentes aprobaron la “hoja de ruta” que regirá el Consenso de Brasilia, grupo que busca hacer frente a los desafíos de la región.

El primer paso para este hito ocurrió el 30 mayo, cuando el Presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, convocó a sus pares a Brasilia para discutir “sobre las “perspectivas del lanzamiento de una nueva agenda de integración en la región”. En esa ocasión, los líderes definieron un denominado “Grupo de Contacto”, encabezado por los cancilleres de cada país, para la evaluación de las experiencias de los mecanismos sudamericanos de integración y la elaboración de una hoja de ruta.

Este grupo, según afirman en la Cancillería, se reunió en dos oportunidades: el 18 de julio, en el marco de la Cumbre CELAC-UE, y el 21 de septiembre, al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas. En esta última ocasión aprobaron el documento denominado “Hoja de ruta para la Integración de América del Sur”, instancia en la que también zanjaron sostener citas dos veces al año, que la presidencia pro tempore continuará en manos de Brasil hasta el 31 de diciembre y que, a partir del 1 de enero de 2024, Chile asumirá la presidencia.

Con la consolidación de este espacio, de acuerdo a fuentes diplomáticas, se aleja la idea -impulsada principalmente por Lula y apoyada por los presidentes Alberto Fernández (Argentina) y Gustavo Petro (Colombia)- de reactivar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), una instancia regional que impulsó en 2004 el exmandatario venezolano Hugo Chávez y se constituyó en 2008 cuando la mayoría de los presidentes de la región eran de izquierda, incluido Chile, que estaba siendo liderado por la entonces Presidenta Michelle Bachelet.

En 2018, cuando Sebastián Piñera llegó a su segunda administración, Chile suspendió su participación de Unasur junto a varios de sus pares que también eran de tendencia de derecha, como Iván Duque (Colombia) y Mauricio Macri (Argentina), entre otros. Y, en una apuesta personal para posicionar su liderazgo internacional, Piñera empujó con los mandatarios de la región de la época un nuevo grupo denominado como El Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur). Sin embargo, ese espacio recibió múltiples críticas por ser considerado un “club de presidentes de derecha” y con sesgo ideológico.

Boric, de hecho, cuando llegó al poder dejó sin efecto la participación de Chile en esa instancia y ha volcado sus esfuerzos por generar otra instancia regional.

Distanciamiento de Boric con Unasur

“Vemos con buenos ojos la carta de los expresidentes y todo espacio de integración multilateral”. Esas fueron las palabras del Presidente Gabriel Boric, en noviembre de 2022, en el marco de su visita a la Escuela Gabriela Mistral de Coyoacán, en Ciudad de México.

Las declaraciones del Mandatario respondían a la consulta sobre la posibilidad de reactivar Unasur, que por esos días excancilleres y exmandatarios chilenos pidieron reactivar.

Durante ese mes, en una misiva firmada por los exmandatarios Michelle Bachelet y Ricardo Lagos, entre otros, aseguraron que reactivar Unasur permitiría “alimentar un círculo virtuoso que fortalecería las instancias multilaterales y aportaría a un bien superior hoy día en peligro: la paz”. Así, Boric agregó -en esa ocasión- que “lo vamos no solamente evaluar sino que alentar desde la Cancillería chilena”.

Sin embargo, con el paso de los meses el Presidente se ha ido alejando de la idea de reactivar Unasur. En mayo de este año, cuando Lula convocó a sus 11 pares de América del Sur, según recogieron medios brasileños, fue para conversar sobre esta alternativa, lo que derivó finalmente en el Consenso de Brasilia. Sin embargo, en Cancillería transmiten que el motivo de la cita siempre fue esto último.

De hecho, el canciller Alberto van Klaveren, en el marco de esa gira, indicó que “esta no es una cumbre de Unasur propiamente tal, no fue convocada de esa manera y probablemente se hable de Unasur, pero el acento está más bien en la cooperación en áreas concretas”.

Lo cierto es que en el gobierno transmiten que Boric no tiene intenciones de participar de la reactivación de Unasur, por al menos tres razones. Primero, por el carácter ideológico que tiene la instancia debido a los cuestionamientos que existen porque quienes empujan la idea son mandatarios de izquierda. En segundo lugar, porque es menos flexible que, por ejemplo, el Consenso de Brasilia. Y, por último, por un tema pragmático y político: para reactivar Unasur tienen que pasar por el Congreso, donde el Ejecutivo no tiene mayoría y además estarían expuestos a las críticas de la derecha.

Durante el encuentro del 30 de mayo en Brasilia, de hecho, Boric propuso que la nueva instancia de integración fuera más flexible: sin sede, sin burocracia, con agenda acotada, con nuevas reglas para la toma de decisiones –que el consenso no equivalga a veto– y no duplicar esfuerzos de otros mecanismos de integración regional.

El Mandatario también planteó la creación de un espacio para hacer frente a los riesgos ante desastres naturales.

“La hoja de ruta”

Lo aprobado ayer por los presidentes propone, entre otras cosas, que la presidencia pro tempore dure seis meses y que la rotación seguirá el orden alfabético. También establece que en el plazo de un año se revisarán los procedimientos del documento a fin de evaluar si estos deben ser perfeccionados. También fija que la instancia no tendrá cumbres presidenciales con discursos, sino que se harán retiros anuales de los presidentes, a puertas cerradas.

Tampoco se consideran cuotas para los integrantes.

Como Chile tendrá la presidencia a partir del próximo año le tocará organizar el primer retiro de jefes de Estado de la nueva instancia.

“La aprobación de la ‘hoja de ruta’ significa un logro muy importante para la integración de América del Sur, cuyos países comparten innumerables desafíos para promover el bienestar y preservar la estabilidad de sus sociedades. En particular, para nuestro gobierno es muy significativo, ya que concuerda con el impulso que hemos dado a la idea de lograr construir una plataforma regional que permita acoger la diversidad de nuestros países y avanzar sobre aquellos desafíos compartidos y concretos”, indicó el canciller a La Tercera.

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