Antonia Orellana, ministra de la Mujer: “Hoy tengo mucha más comprensión de la labor de Carabineros”

31/03/2023 FOTOGRAFIAS A LA MINISTRA DE LA MUJER, ANTONIA ORELLANA FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

Fue una de los líderes del Frente Amplio más crítica de la actuación de las policías durante el estallido social. Hoy, desde el gobierno, se suma al llamado del Presidente Boric a reflexionar sobre este tema. “Como sector tenemos que discutir más finamente respecto de seguridad. No se puede responder ante la inseguridad que sienten hoy las personas con ideas abstractas de injusticia social”, afirma, a la vez que admite que su rol le ha permitido tener otra aproximación a las policías.


A Antonia Orellana (32) no le gustan los velatorios y trata de evitarlos. Le recuerdan la muerte de su papá, quien falleció cuando ella aún era una niña. Pero el lunes -en su rol de ministra de la Mujer- sabía que tenía que acompañar al Presidente Gabriel Boric a entregar las condolencias del gobierno a los hijos de la sargento Rita Olivares, quien fue asesinada en un procedimiento policial y abrió un nuevo episodio en la crisis de seguridad que vive el país. “Ellos tenían la costumbre -decían- de despedirse siempre. Tenían siempre esa posibilidad contemplada”, recuerda sobre su diálogo con la familia de la carabinera.

El Presidente llamó a hacer una reflexión sobre las actuaciones del pasado del hoy oficialismo en torno a Carabineros. ¿Cómo lo recibe?

Cuando fuimos con el ministro Nicolás Grau a tomar desayuno con el Alto Mando de Carabineros tuvimos una conversación muy sincera. Ahí les conté que tenía reparos con muchas cosas que Carabineros había hecho, que había vivido malas situaciones, tanto como activista como manifestante e incluso como vecina, porque mi hijo tuvo broncopulmonía producto de las lacrimógenas usadas en nuestro barrio en el marco del estallido social, lo que ocurría a cuatro cuadras de donde había incidentes, un barrio residencial. Pero también les dije que entendía que ahora ocupaba otro rol y que teníamos que encontrar un camino de trabajo juntos. Y ese camino se ha cumplido.

¿En qué sentido?

Hemos apoyado la idea de reinstalar las salas de familia en las comisarias. También estamos viendo mejorar la seguridad de las carabineras. Por ejemplo, al interior de la institución hay diferencias en el uso de elementos de protección para ellas, porque al comprarse solo para hombres y no considerar sus características anatómicas disminuye la seguridad para las mujeres. Y una conversación que es medio tabú, pero la ratificación del Convenio 190 de la OIT termina con la exclusión odiosa que se les hizo en algún momento: carabineras, policías y mujeres de FF.AA. quedaron fuera de las normas de acoso sexual laboral.

Usted habla de un cambio de rol, que fuerza un giro, ¿hay también un cambio de mirada?

Hoy tengo mucha más comprensión de cómo opera la labor de Carabineros. Por ejemplo, como activista tenía críticas a que no se cumplieran las cautelares de protección. Hoy como ministra hemos estado impulsando como medida en la Ley Integral de mejor cumplimiento de las cautelares de protección, no sobrecargando a Carabineros, sino entregándoles su revisión a los tribunales y también incorporando la violencia intrafamiliar como delito de mayor connotación social para que Carabineros sí lo tenga como prioridad en sus patrullajes. Era algo que no sabía cuando reclamábamos desde la otra vereda.

Entonces comparte el llamado del Presidente...

Es algo que espero que los distintos sectores del oficialismo hagan. Esta es una discusión profunda sobre seguridad, entendiendo que no hay democracia sin seguridad, porque la seguridad habilita el ejercicio de otros derechos, pero la seguridad sin democracia es un régimen autoritario y eso lo tenemos muy claro. No hay que dar lugar al discurso que se pretende instalar en que hay una contraposición entre seguridad pública y derechos humanos.

¿Qué explicación tiene usted para las críticas que hizo en lo particular? Las hizo en un contexto distinto, en pleno estallido social, pero asegurando que había que acabar con la institución, que no tenía vuelta.

Aprovecho de aclarar que el tuit que más me recuerdan en redes sociales es falso. Pero en particular, respecto de la refundación de Carabineros... Yo en ese momento no veía ánimo de la propia institución por replantearse cuestiones, eso es algo que hoy día sí veo. Veo un reclamo de los carabineros que están en el día a día en los procedimientos. Nosotros como Ministerio de la Mujer capacitamos a muchos carabineros y a veces nos comentan que -por ejemplo- no tienen horas de prácticas de tiro o que les toca ir a procedimientos de violencia intrafamiliar, pero no saben inmovilizar a una persona, y eso se ve en los videos que luego se viralizan en que se ven sobrepasados. Y ese es un problema del que se tiene que hacer cargo la institución. Veo ánimo de tener una conversación seria.

El senador José Miguel Insulza, además de figuras de la derecha han planteado que el gobierno debe ir más allá y reconocer abiertamente que se equivocaron.

No hay nada que degrade más a Carabineros que un sector político se quiera apropiar de la institución y utilizarla de peón para azuzar (críticas) en contra del gobierno. Carabineros de Chile es una institución pública que les pertenece a todos los chilenos y no a la derecha. Sí creo que como sector tenemos que discutir más finamente respecto de seguridad, porque se ve que no se puede responder ante la inseguridad que sienten hoy las personas con ideas abstractas de injusticia social.

¿No cree que sean necesarias las disculpas?

Es que tenemos que distinguir y no simplificar el debate. Si con pedir disculpas se refieren a que no hayamos hecho eco de consecutivos informes de organismos internacionales que hablaban de una grave de crisis de derechos humanos en nuestro país... Estábamos cumpliendo nuestro rol como proyecto transformador al defender los DD.HH.

Pero también hubo de lo otro, ¿no?

Pero hay que especificar qué es lo otro.

Lo que decía el Presidente, que hay que reflexionar sobre las conductas pasadas en un discurso que redujo a Carabineros a una institución represiva, que violaba derechos humanos, cuando había un contexto más complejo...

Yo en particular no soy la llamada a explicar las declaraciones del Presidente, no me corresponde.

¿Y las suyas?

El Presidente ha sido bien claro en el sentido de este llamado a la reflexión y yo lo comparto.

Cuando dice que la derecha ha utilizado a Carabineros, ¿no les cabe ahí una responsabilidad a ustedes? ¿No le dejaron libre el espacio a ese sector en el tema de la seguridad?

No es bueno psicologizar el debate, pero es evidente que hay una cuestión que es compleja y, a propósito de los 50 años del Golpe de Estado, con lo ocurrido en esos años. Es difícil decir vamos a hacer como si nada y vamos a entablar una nueva relación porque esto es estratégico. Pero también creo que hay una nueva generación de personas en la institución que no tienen compromisos en ese pasado y que por eso es posible hoy hablar más de futuro.

¿Sigue pensando que Carabineros requiere una refundación?

Carabineros requiere una modernización urgente tanto en su capacidad operativa como en su eficicacia, en su formación y en que logre reconectarse como una institución que respeta los DD.HH. Y ese es el camino que ha emprendido el gobierno también al nombrar a José Roa. Se le puede poner el verbo que se quiera, pero los objetivos deben ser esos. Y muestra cómo se puede llegar a un acuerdo desde distintos puntos de partida.

¿Comparte que el tono del Presidente esta semana pudo generar confusión como lo planteó el secretario general del PC, Lautaro Carmona?

No veo que haya una crítica del secretario general del PC. Lo interpreto como una necesidad de que se vaya incorporando cada vez más en el debate que no existe contradicción entre seguridad pública y derechos humanos. Esa es la mirada compartida en el oficialismo. Veo un llamado más de afinar el discurso.

Esta semana se viralizó un video de una carabinera que cuestionaba este grito que es masivo en marchas feministas: “Puta, maraca, pero nunca paca”. No sé si alguna vez gritó esa consigna...

No, no creo en usar las expresiones puta ni maraca como insulto.

¿Y qué reflexión se hace desde el feminismo de que estos sectores resientan esa exclusión?

Quiero recordar que no soy la vocera de las reflexiones del movimiento feminista que es autónomo del gobierno. En particular, Carabineros no debería sentirse convocado por ningún movimiento, porque es una institución no deliberante.

Pero la integran mujeres...

Pero eso es distinto a adscribir a un movimiento. Ahora, respecto de las mujeres de la institución es evidente que el 2019 hubo una fractura bien grande. Por nuestro lado, lo estamos trabajando en buscar proteger más a las carabineras, entregarles mayor protección en tanto funcionarias en una institución que sigue -como toda institución jerárquica- teniendo mucho por avanzar en cuanto a la prevención de la violencia. Varias veces nos ha tocado tomar conocimiento de vulneraciones de las garantías de sus derechos a lactancia u otras y en esos casos hemos intercedido a su favor. Y ese es el camino que tenemos, en particular, para que se sientan más acompañadas. Ahora, las acciones que pueda tomar o no el movimiento feminista es determinación de ellas.

Usted es feminista...

Soy feminista, pero soy ministra de la Mujer y ese es mi cargo. Creo que ya respondí cuál es el aporte que podemos hacer desde el Ministerio de la Mujer para que carabineras como la que hizo ese video se sientan menos desprotegidas. Sabemos que es una tarea necesaria, porque muchas veces son esas mismas carabineras las que hacen la primera acogida, las que aplican la pauta unificada de riesgo, las que van a los procedimientos. Por lo tanto, necesitamos tener una relación virtuosa y a eso nos hemos dedicado.

¿Admite que el gobierno tiene un problema de credibilidad respecto de la seguridad? Esta misma semana hubo votos en contra de su partido y el PC en la agenda que se debatió en el Congreso.

El gobierno está alineado en cuanto a seguridad. Sobre la Ley Nain-Retamal, compartimos el objetivo de proteger más, sobre todo en un contexto de alza en el poder de fuego, a las policías. Pero discrepamos en el instrumento legislativo que se ha estado ocupando.

¿Asume un problema de credibilidad?

Cuando uno mira los atributos en los que suma el gobierno en las distintas encuestas, el manejo de la seguridad no es uno de los fuertes en los atributos del gobierno y es algo en lo que, por cierto, tenemos que mejorar. Pero es difícil que cualquier gobierno tenga credibilidad en un escenario en que se constata que hubo un aumento fuerte en el poder de fuego y en tipos de criminalidad a los que el país no estaba acostumbrado.

Vientres subrogados

Hubo críticas a la postura que llevó en representación del Estado de Chile a la CSW respecto de los vientres subrogados. ¿Cómo las toma?

La posición que llevamos como Estado de Chile fue advertir, desde la perspectiva de los derechos de las mujeres, que la desregulación, y eso no es mi opinión personal está bien fundado tanto en informes regionales latinoamericanos de la Comisión Europea, es problemática. Esa fue la posición que llevamos: llamar a debatir la regulación y llamar a debatirla internacionalmente, porque como comprueban muchos casos, esto es un fenómeno que es transnacional, es decir, en que el surgimiento de normativas en un lugar genera el desplazamiento de problema hacia otros.

¿No cree que tienen un punto quienes señalan que esto debió debatirse primero de manera interna?

Creo que llamar a debatir en el órgano internacional instruido para la condición social y jurídica de la mujer es precisamente incentivar el debate público y está dentro, además, de las atribuciones que tenemos como Ministerio, que es observar allí donde estamos viendo peligro para las mujeres en sus derechos. Eso fue precisamente lo que hicimos: llamar a debatir, llamar a regular. Evidentemente esto es un tema que es muy delicado. Independiente de la opinión que tengamos del fenómeno, ya ocurre y creo que lo importante es que podamos observar las distintas perspectivas que tiene eso. Esto tiene una perspectiva desde lo regulatorio, desde el derecho civil de afiliación, que es bastante controvertida; tiene una perspectiva, por cierto, desde los derechos de la infancia, en la que tampoco es un debate zanjado; tiene una perspectiva desde quienes ocupan estos mecanismos; y también, y eso es lo que a nosotras nos interesa relevar, tiene una perspectiva desde los derechos de las mujeres. Por eso no ocupamos el término “vientres de alquiler”, porque las mujeres no somos vientres, somos personas.

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