Lo difícil y peligroso que es aterrizar en Portugal producto del viento

El aeropuerto de Madeira cuenta con una fama no muy grata para las personas que visitan el lugar, ya que los aterrizajes se convierten, en su gran mayoría, en desafíos importantes para los pilotos y segundos de tensión para los pasajeros. Fuente: Twitter/@TapasDeCiencia


El viento es una variable fundamental para que los aviones puedan emprender, mantener y finalizar un vuelo. Sin embargo, lo vital de las corrientes también se pueden transformar en un elemento ante el cual todos los pilotos deben mostrar un enorme respeto y precaución, ya que cuando el viento es fuerte e inesperado puede llegar generar una pérdida de estabilización, a tal punto que una aeronave podría perder el control y precipitarse.

Para considerar los peligros del viento, lo primero que se debe determinar es la intensidad y dirección. Por ejemplo, el avión de este registro logró aterrizar con corrientes sobre los 60 kilómetros por hora, lo cual significa que los efectos serán muy distintos dependiendo del ángulo con que el avión lo enfrente y logre estabilizar.

Como norma general, para todos los despegues y aterrizajes los aviones deben tener el "viento en la cara". De este modo se maximiza el efecto sustentador y es necesaria una menor velocidad terrestre para poder volar con seguridad.

Por otro lado, los vientos cruzados y de cola significan un gran riesgo, ya que la aeronave se desplazará de costado y finalmente el contacto con tierra será inadecuado y peligroso.

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