"Han entrado camionetas llenas de antimotines y paramilitares": Obispos advierten de nuevos operativos en Granada

Nicaragua
Vista de una barricada con una pancarta donde se lee "ORTEGA VENDE PATRIA", en el barrio indígena "Monimbó" en la ciudad de Masaya (Nicaragua) hoy, miércoles 20 de junio de 2018, durante el día numero 64 de protestas en contra del gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua.

El obispo nicaragüense Jorge Solórzano advirtió a las personas a mantenerse "resguardados en sus hogares" en medio de un conflicto del que han resultado 200 muertos.


Las fuerzas combinadas del Gobierno de Nicaragua invadieron hoy la ciudad colonial de Granada y se temen nuevos ataques, informó el obispo Jorge Solórzano, en el segundo operativo de este tipo tras el registrado este mismo jueves en la ciudad de Masaya.

"Denuncio que han entrado camionetas llenas de antimotines y paramilitares a nuestra ciudad de Granada", dijo Solórzano, en redes sociales.

La invasión llegó pocas horas después de un ataque armado del Gobierno a la ciudad vecina de Masaya, hasta donde se trasladaron el cardenal Leopoldo Brenes, el obispo Silvio Báez y el nuncio Stanislaw Waldemar Sommertag, para evitar lo que denominaron "una nueva masacre".

Contrario a Masaya, que acaparó toda la atención, Granada, a 50 kilómetros al sureste de Managua, lucía desolada la mañana de este jueves mientras las fuerzas del Gobierno, armadas con fusiles de guerra y encapuchados, se desplazaban por toda las calles de una de las ciudades consideradas más bellas de Centroamérica.

"A nuestros fieles les pido permanecer resguardados en sus hogares para evitar confrontación y derramamiento de sangre", advirtió Solórzano.

Granada fue una de las primeras ciudades atacadas por el Gobierno tras el estallido social del 18 de abril en contra del presidente Daniel Ortega, cuya represión ha dejado unos 200 muertos.

Las discrepancias entre el Gobierno y personas contratadas para agredir a la población resultó en la quema de varios edificios públicos, entre ellos la alcaldía, en mayo pasado, según denunció el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

Nicaragua lleva más de dos meses sumergida en la crisis sociopolítica más sangrienta desde los años de 1980, con Ortega también como presidente.

Las protestas contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en un reclamo que pide la renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción en su contra.

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