Las razones detrás de la violencia en Afganistán

AfganistánWEB

En una semana el país vivió una serie de atentados que dejó 150 muertos. La mala relación de EE.UU. y Pakistán explicaría esta situación.


Sin siquiera haber terminado el luto por el atentado del fin de semana, la capital de Afganistán volvió a ser protagonista ayer de otro ataque. Esta vez fue contra las instalaciones de un batallón del Ejército afgano situado cerca de la Academia Militar Marshal Fahim en el área de Oargha, en el oeste de Kabul. En este incidente murieron al menos 11 soldados y 16 quedaron heridos.

El atentado ocurre apenas dos días después de que un suicida hiciera estallar una ambulancia repleta de explosivos en el centro de la capital, matando al menos a 103 personas y dejando heridos a 235. El ataque, que fue reivindicado por los talibanes, es uno de los peores en la historia del país, pero no fue el único de esa semana. El lunes pasado, 22 personas murieron cuando insurgentes talibanes ingresaron al lujoso hotel Intercontinental y dispararon contra los huéspedes. En el asalto perpetrado por seis talibanes fallecieron al menos 14 extranjeros, de los cuales cuatro eran estadounidenses. Dos días después, el 24 de enero, un asalto contra una oficina de la organización humanitaria Save the Children, en el este del país, causó 11 muertos.

Ante este panorama, el Presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, prometió ayer "extensas y prontas" represalias contra los insurgentes después de la reciente oleada de ataques, que en conjunto se saldó con casi 150 fallecidos. En 2017 y en lo que va de 2018, ya se cuentan casi 2.000 muertos civiles y más de 4.000 heridos. Así, el terrorismo yihadista mata a seis civiles al día en Afganistán.

¿A qué se debe esta ola de ataques? Esa era la pregunta que rondaba en los centros de estudios en el mundo. Según un artículo del diario The Washington Post, "la continua violencia destaca la frustrante realidad de Afganistán: pese a más de 16 años de lucha que llevan adelante la coalición liderada por Estados Unidos y las fuerzas de seguridad afganas contra los talibanes y otros grupos insurgentes, éstos nuevamente se están volviendo más fuertes".

El periódico señala que desde que los talibanes fueron derrocados en 2001, las fuerzas estadounidenses y afganas han luchado para desmantelar las redes de los insurgentes. Sin embargo, ahora este grupo controla un tercio de Afganistán, más territorio que en cualquier momento de la intervención norteamericana.

A ello se suma la debilidad del gobierno afgano, en donde reina la rivalidad entre las distintas facciones.

Por esto muchos analistas consideran que no es extraño que tanto los talibanes como el Estado Islámico hayan ido ganando terreno.

Así, en agosto del año pasado, el Presidente Donald Trump aumentó el número de tropas en el país, de 8.500 a 14.000. Sin embargo, el mandatario descartó ayer la posibilidad de dialogar con los talibanes. "Puede que haya un momento (para el diálogo), pero va a ser dentro de mucho tiempo", sostuvo.

Los analistas coinciden en que los deteriorados vínculos entre Estados Unidos y Pakistán se relacionan con el estallido de la violencia. De hecho, Washington tiene retenidos US$ 255 millones en ayuda militar para Islamabad. "Funcionarios en Kabul están preocupados de que la línea dura de Trump podría, al menos en el corto plazo, empeorar la situación", señaló un artículo del diario The New York Times.

"Durante años, Washington ha probado mezclar el encanto, junto con las amenazas y el dinero para que Pakistán participe (de la situación en Afganistán). Nada de esto ha funcionado muy bien. Finalmente, no habrá un acuerdo político en Afganistán sin la cooperación de Pakistán. Así, mientras grupos como los talibanes y la Red Haqqani usen ciudades paquistaníes como Quetta o Peshawar como sus centros logísticos, los ataques dentro de Afganistán continuarán", indicó CNN en un análisis.

En la misma línea, el periodista británico-paquistaní Mohammed Hanif escribió en el diario The New York Times que "el Ejército de Pakistán cree que Estados Unidos no puede ganar la guerra en Afganistán sin su ayuda. El establishment de seguridad está comprometido a la fantasía de control de Afganistán mediante terceros".

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.