La propagación del Covid-19: de infectado a brote

El uso de mascarillas es obligatorio en espacios públicos.

Basta solo un contagiado, incluso estando en la fase asintomática, para propagar la enfermedad en su entorno. Y dependiendo de una serie de factores -como el nivel de interacción con otras personas, la proximidad física que mantengan, el uso de mascarillas y si esta ocurre en espacios abiertos o cerrados-, este caso primario o índice puede derivar en varias decenas de enfermos. No es extraño; de hecho, así se comporta la enfermedad en el país, con numerosos brotes comunitarios. Estos son algunos.


Según los datos del Ministerio de Salud, el 17 de diciembre había 11.199 casos activos de Covid-19 en el país. Y de ellos, el 76,5% correspondían a brotes, es decir, grupos de contagios vinculados a un caso índice.

Y el análisis de estos brotes muestra que el 85,5% era de tipo familiar o comunitario, mientras que un margen muy menor estaba asociado a contagios en instituciones o empresas.

¿A qué se debe? Los expertos lo explican así: las personas conciben un menor riesgo frente a sus familiares o contactos cercanos, y relajan las medidas de autocuidado, especialmente, en instancias sociales. De ahí lo que puede suceder con el Covid-19 en panoramas que -hasta antes de la pandemia- eran inofensivos: juntas familiares, almuerzos sociales, cumpleaños o fiestas.

Pero los análisis que realiza el Departamento de Epidemiología del Minsal, a través del Plan Nacional de Investigación de Brotes, muestran el alcance real que pueden tener las reuniones: un solo caso puede derivar en decenas de contagiados, especialmente si se dan las condiciones propicias: juntas prolongadas en espacios cerrados, sin mascarilla e incumpliendo el distanciamiento. Pero la infección no termina ahí: cada una de esas personas irá a sus casas, portando invisible la enfermedad y ampliando más aún el brote.

“Donde uno esté debe tener presente que se puede estar exponiendo al virus o poniendo en riesgo a un ser querido. Por eso es importante mantener las medidas de seguridad: usar la mascarilla o tener dos metros de distancia con otras personas, al menos, si va a removerla para comer. También es importante privilegiar reunirse en espacios abiertos y por un tiempo breve. Son medidas claves para evitar contagios”, dice la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza.


Región de Atacama: Brote a partir de una junta familiar

Tipo de evento: un almuerzo

En noviembre pasado, un almuerzo familiar que se realizó en Atacama tuvo graves efectos: un total de 15 personas contagiadas con coronavirus y una de ellas, que sufrió un cuadro más grave de la enfermedad, debió ser hospitalizada. A partir de la investigación epidemiológica que realizó la autoridad sanitaria, las conductas de riesgo detectadas fueron el incumplimiento de la distancia social y la falta de mascarillas.

La seremi de la zona registró otro caso similar, ocurrido el mismo mes: a partir de un cumpleaños se contagiaron 21 personas.


Región de Coquimbo: Celebraciones y festejos

Tipo de evento: fiesta de cumpleaños

En noviembre, una fiesta de cumpleaños celebrada en Coquimbo derivó en 10 casos de coronavirus registrados en dos comuntas distintas. En total, 15 personas estuvieron expuestas al contagio. Y un mes después, se registró la misma situación: otro cumpleaños terminó con 11 personas contagiadas y un total de 30 expuestas a la infección. La investigación epidemiológica realizada encontró que las celebraciones se realizaron en lugares cerrados, sin distanciamiento social y que los convocados no usaron sus mascarillas.


Región Metropolitana: Festejos sociales y familiares

Tipo de fiesta: despedida de cuartos medios y matrimonio

Un total de 32 casos de coronavirus y 70 contactos estrechos -familiares y externos- derivaron de una fiesta que se realizó este mes en las afueras de la RM. Dos personas, además, debieron ser hospitalizadas. Eso se suma a una despedida de cuartos medios, donde luego se confirmó que uno de los presentes estaba infectado: otras seis dieron positivo y 121 debieron hacer cuarentena, en un brote que sigue activo. “Las reuniones sociales implican un mayor riesgo cuando no hay ventilación natural, se extienden por horas y si se deja de mantener la distancia física”, dice el académico de la Usach Claudio Castillo.


Región de Aysén: La apertura de un local nocturno

Tipo de evento: fiestas ilegales

En septiembre, el funcionamiento clandestino de un club nocturno ubicado en el centro de Coyhaique dejó un grave saldo: 51 personas contagiadas, de las cuales tres necesitaron ser hospitalizadas y una de ellas falleció.

El recinto abrió en forma ilegal durante varias noches y provocó una cadena de contagios, a partir de trabajadores que tenían el virus en estado activo y sintomático.

Así, con la seguidilla de casos que se fueron reportando, se inició la investigación epidemiológica que permitió trazarlos. Asimismo, la dueña del local entregó una lista con los asistentes, que ayudó ubicar a parte de ellos, así como a sus contactos estrechos. También, las autoridades locales recurrieron a llamados públicos para que los afectados se pusieran en aislamiento en sus hogares o ingresaran a residencias sanitarias, para contener la propagación del virus.


Región del Biobío: Clúster tras una actividad de amigos

Tipo de evento: Cena de camaradería

A comienzos de la pandemia se realizó en Concepción una masiva cena de amigos. Entre ellos había un contagiado que aún no lo sabía. ¿El resultado? 17 casos confirmados de coronavirus. Pero la infección, que tiene como característica su alta contagiosidad, no afectó solo a los presentes, pues seis de las personas que cursaron la enfermedad como parte de este brote no habían asistieron al evento, pero sí eran familiares de los convocados.

Los factores de riesgo son recurrentes: masividad, no uso de mascarilla e incumplimiento de la distancia social.

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