Un mensaje “falso” y el “hackeo” de Zepeda a cuenta de Facebook: el segundo día del caso Narumi

Nicolás Zepeda y Narumi Kurosaki.

Este martes se realizó en Francia la segunda audiencia del juicio de apelación por la muerte de la joven japonesa en 2016 y donde el chileno fue declarado culpable y condenado a 28 años de cárcel.


En el Tribunal de Vesoul, en Francia, se desarrolló este martes el segundo día del juicio de apelación contra el chileno Nicolás Zepeda, donde se busca esclarecer la muerte de la joven japonesa Narumi Kurosaki, tras los hechos ocurridos en 2016.

Durante la jornada de lunes, Zepeda, esta vez hablando en francés, volvió a negar ser el autor de la muerte de su expareja. Posteriormente, los padres del acusado declararon ante el estrado, donde defendieron a su hijo.

Esta mañana, mediante videoconferencia desde Japón, cuatro amigos de Narumi prestaron testimonio, entregando su visión de la personalidad de la joven. “Era una persona muy activa y dinámica. Por eso digo que este no es alguien que pensaría en suicidarse. Su desaparición fue absurda e incomprensible”, dijo Shintaro Obata, según publica el medio galo L’Est Républicain. “Tenía la facilidad de mezclarse con gente no japonesa”, agregó.

En la audiencia se planteó que Zepeda accedió a la cuenta de Facebook de Narumi con la finalidad de eliminar a sus amigos hombres. Kaori Nishida, quien describió a Zepeda como “excesivamente atento”, dijo sobre este punto: “Narumi me dijo que Zepeda estaba accediendo a sus cuentas de Facebook. Le estaba diciendo que debería dejar de tener relaciones con sus amigos varones“.

Esta idea también fue reportada por Miharu Kimura, quien confirmó que Zepeda borró los contactos masculinos de Narumi.

¿De dónde vinieron los gritos?

Otro punto abordado durante la presente jornada fueron los gritos percibidos la madrugada del 5 de diciembre de 2016 en la residencia estudiantil donde pernoctaba Narumi junto a varios otros estudiantes en Besanzón.

En el primer juicio, el 4 de abril de 2022, Rachel Roberts-Hope afirmó oír “espantosos gritos de mujer”. Roberts-Hope dormía a tres habitaciones de la que ocupaba Kurosaki en la residencia Rousseau.

Sin embargo, esa idea se habría puesto en tela de juicio. En la audiencia declaró Shintaro Obata, estudiante que tenía su habitación justamente al lado de la de Narumi. Obata tenía la pieza 107 y Narumi la 106. El joven dijo que escuchó los gritos a eso de las 3 de la mañana, pero no pudo asegurar que vinieran de la pieza contigua.

No puedo ni confirmar ni negar que estos gritos vinieron de la habitación de al lado. En cualquier caso, el grito fue lo suficientemente fuerte como para despertarme”, afirmó.

Y agregó: “Recuerdo un grito que ocurrió a altas horas de la noche. Era una voz femenina. Tuve la impresión de que esos gritos venían de un lugar lejano y me dije que era alguien haciendo ruido”.

El fiscal resolvió esta duda apelando al tiempo transcurrido del hecho. “Siete años después, entiendo que tus recuerdos ya no son claros. Por lo tanto, me basaré en sus declaraciones de entonces”.

Mensaje fantasma

Luego fue el turno de Nicole Poirie, profesora del Centro de Lingüística Aplicada (CLA) donde Narumi realizaba cursos. La profesional destacó el nivel de francés que tenía la joven japonesa. Es por ello que le llamó la atención un mensaje que recibió, supuestamente de la joven, en momentos en que estaba desaparecida.

“Sus respuestas no reflejaban en absoluto su forma de comunicarse. Estos mensajes eran incoherentes, más cortos, menos cálidos”, afirmó.

Dicho mensaje fue: Merci de t’en soucier (Gracias por preocuparte). Para Poirie, Narumi no pudo ser la autora. “Ella nunca habría usado esta forma de expresarse. Lo siento, pero es mi trabajo, enseño francés”.

La profesora señaló que dichos mensajes pudieron ser hechos con “traductores automáticos”.

Amiga defiende a Zepeda

Por último, fue el turno de Alexandra Guidi, ingeniera comercial franco-chilena de 32 años y amiga de Zepeda, quien con sus palabras defendió al chileno.

La mujer, quien ya había enfrentado a los medios, definió a Zepeda como “simpático, tranquilo, muy sociable, solidario y lleno de humor”.

“Hablé mucho con Nicolás, preocupado por la desaparición de Narumi, pero también por la salud de sus padres. Me habló de un compañero de prisión que viene de Somalia, que tiene una historia horrible y al que ayudó. Ese es realmente Nicolás”.

“Estoy orgullosa de la inocencia de Nicolás”, remató.

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