Anonymous y la ley del caos

La semana pasada, el grupo de ciberactivistas Anonymous hackeó el sitio del FBI y algunas web de la industria del entretenimiento, en protesta por la ley de antipirateo, Sopa. Para lograr estos ataques, los hackers se entrenaron en 4chan, un sitio creado hace nueve años por Christopher Poole, un neoyorquino que entonces era apenas un adolescente. La revista Vanity Fair conversó el año pasado con el muchacho que hizo Anonymous posible. Esta es la historia.




Por un largo, largo tiempo, al menos durante la era internet, los trolls (la mezcla bastarda entre los hackers y los abusadores de la web) han estado bajo control. El principal lugar que ellos tuvieron para reunirse ha sido 4chan.org, una suerte de boletín online con alto tráfico donde se puede discutir sobre política o intercambiar datos sobre lugares para hacer yoga, pero con una diferencia fundamental: 4chan no tiene archivos y sus contenidos no se pueden buscar. Es uno de los últimos lugares furtivos en internet.

Todo lo que se postea en 4chan desaparece al finalizar el día y no hay posibilidad de que se encuentre en Google. No hay requerimientos para registrarse con nombre verdadero, como en Facebook. Y casi todos postean con el mismo nombre: Anonymous.

El anonimato es parte de la cultura de 4chan, una compleja red de millones de trolls: en su mayoría hombres jóvenes encantados con la noción de que pueden actuar como un todo, en una especie de "mente colmena". 4chan es uno de los foros más activos del mundo, con 10 millones de visitantes únicos al mes y 705 millones de páginas vistas cada 30 días.

El sitio fue fundado en 2003 por un muchacho que tenía 15 años, que creció en Nueva York y Westchester, y que adoptó el nombre virtual de "Moot". El adolescente era fan de 2chan, un foro japonés sobre animé y porno, el que poco podía entender. Pero lo que realmente le interesaba era la forma cómo este sitio funcionaba. "Moot" decidió copiar su código, el esqueleto de 2chan, y traducirlo al inglés durante sus vacaciones de verano. No le dijo a nadie su nombre verdadero.

Se convirtió en su secreto: era la furtiva y anónima cabeza tras 4chan.

ROCKSTAR ONLINE

"Moot" finalmente entregó su nombre real: se llama Christopher Poole. Y lo hizo público porque asumió que un día, no muy lejano, algún ambicioso hacker de 13 años revelaría documentos suyos y su anonimato se acabaría de manera violenta. Actualmente, Poole vive en Nueva York, donde trabaja en Canvas, un proyecto financiado por Ken Lerer, uno de los fundadores del Huffington Post.

Noche reciente de invierno: Poole está sentado frente a un latte, en el East Village de Manhattan. Es un tipo apuesto y saludable, una especie de rockstar online sin el pelo largo y con ropa de niño bueno, con profundos ojos verdes que combinan con el color de su camisa. "Sé que la gente espera de mí que sea un gordo barbón que se está quedando pelado", declara. Es difícil no pensar que si más Anonymous se vieran como él mostrarían más sus caras.

"4chan es un sitio que es anónimo y efímero, lleno de cosas raras, tiene mucho que ofrecer. En el mundo perfecto de Mark Zuckerberg y Facebook, por ejemplo, probablemente no existiría. El es un firme creyente de que su dirección es la correcta para la sociedad", dice.

En la explicación de Poole, 4chan parece una blanca paloma. Pero después uno ingresa a este sitio y se da cuenta de que es un mundo bastante extraño. Cerca de un tercio del tráfico del sitio va a una carpeta llamada "/b/", también llamada "varios". /b/ es el foro esencial para los trolls, con un bizarro mix de temas como "técnicas de hackeo", porno y todo lo que se puede encontrar en las profundidades del frágil ego de un adolescente: dolor por el amor no correspondido, padres abusivos, racismo, sexismo y la inevitable sensación de aislamiento que proviene de sentir que no se pertenece a la sociedad.

A estas alturas, ya existe un gran expediente con eventos por los que 4chan ha sido culpado, o aclamado, dependiendo de la perspectiva. Los hackeos empezaron con cosas simples, como los "Lolcats", miles de fotos de gatos que pululan en internet con frases gatunas debajo de la imagen, o el "Rickroll", un truco donde uno clickea en un link que quiere ver y es redirigido a la página en YouTube del video de Rick Astley Never gonna give you up, haciendo que tenga más de 44 millones de visitas hasta ahora.

También hackearon una encuesta del fan club de Justin Bieber en donde se preguntaba a qué país les gustaría que fuera en la próxima parada de su tour. Los chicos de 4chan lo mandaron a Corea del Norte.

Las cosas se empezaron a poner más serias en el 2008. Los trolls soltaron un rumor de que Steve Jobs había tenido un ataque al corazón, lo que hizo bajar las acciones de Apple en 10 dólares. Ese mismo año, un miembro del foro /b/, estudiante de la Universidad de Tennessee, hackeó la cuenta Yahoo de Sarah Palin durante la campaña presidencial. Fue sentenciado a un año en prisión.

PELEAS DE PERROS GRANDES

Existe una gran diferencia entre "rickrollear" y hackear las páginas  de Visa y Mastercard, acto llevado a cabo por los miembros de Anonymous en diciembre de 2010, luego de que ambas tarjetas de crédito negaran a sus clientes la opción de donar a Wikileaks.

Después de los juegos casi inocentes de sus inicios, los trolls de 4chan estaban listos para las ligas mayores. Y para peleas grandes. Con consecuencias.

En 2008, un video interno de nueve minutos de Tom Cruise, promoviendo la iglesia de la Cientología con gran fervor, se filtró a YouTube. En el video, Cruise, entre otras cosas, aseguraba que miembros de la iglesia debieran parar en accidentes de tránsito, "porque son los únicos que realmente pueden ayudar".  La Cientología tuvo éxito en sacar el video de circulación a través de amenazas legales. Cuando en 4chan se dieron cuenta, "alguien volvió a subir el video y el tema agarró incluso más fuerza", cuenta Poole. Todos se rieron a costa de Tom Cruise.

De hecho, no todos en 4chan querían que la entretención con Cruise y la Cientología parara. Un pequeño grupo se organizó aparte y se autobautizó como Anonymous, la palabra que todos compartían como nombre de usuario en 4chan. De repente, videos virales y web sites contra la Cientología aparecieron en todas partes. Decenas de miles de miembros de Anonymous empezaron a salir a las calles, al mundo real, con sus ya clásicas máscaras de Guy Fawkes.

La campaña de Anonymous contra la Cientología se convirtió en una batalla para proteger el acceso libre a la información, pero también para desenmascarar a la Cientología como una religión falsa. También fue exitosa en gatillar un impulso ideológico que yacía, moribundo, en muchos trolls. Y otras campañas se echaron a andar.

A estas alturas, Poole se decidió a cambiar las reglas de 4chan, prohibiendo la publicación de información personal y los llamados a invadir otros sitios. Con eso, 4chan dejó de ser tan importante para los trolls, quienes empezaron a recurrir a Facebook y Twitter con el fin de reclutar personal para sus ciberataques.

Hacia el final de 2010, las autoridades empezaron a neutralizar a Anonymous, pero todavía, para ellos, no ha sido suficiente. Un adolescente de 16 años fue arrestado por participar en uno de estos ciberataques.

El FBI allanó el servidor de una compañía en Dallas, supuestamente involucrada en los hackeos a diferentes sitios defensores de los derechos de autor, como la Federación Internacional de Derechos Fonográficos o la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos.

Anonymous todavía tiene fuerza. Defendieron la causa de Wikileaks, porque, según ellos, "Julian Assange es el troll internacional más exitoso de todos los tiempos". Así, ejecutaron ataques a la web del partido de oposición más importante de Irlanda e incluso el sitio oficial del gobierno de Zimbabwe, después de que la esposa del Presidente Robert Mugabe demandara a un diario por publicar un reporte de Wikileaks que decía que ella estaba involucrada en el comercio de diamantes ilegales.

Anonymous también sintió la obligación de apoyar las revoluciones en Oriente Medio, apuntando a los sitios de la Bolsa de Comercio de Túnez y del primer ministro del mismo país. Ahí dejaron el siguiente mensaje: "Usaremos este breve momento de atención que hemos capturado para mandar un mensaje claro: como un puñado de arena, mientras más aprietan a sus ciudadanos, más se les escapará la arena de sus manos". Fue ahí cuando todo llegó a un alto.

El 27 de enero del 2011, las autoridades entraron a las casas de cinco jóvenes en Inglaterra, mientras el FBI ejecutaba 40 allanamientos. En Estados Unidos les dijeron a cada miembro de Anonymous que si eran declarados culpables de ataques a corporaciones y sitios web, podrían recibir una sentencia de hasta 10 años.

El teléfono de Greg Housh, un ingeniero en computación con lazos con Anonymous, empezó a recibir llamadas del New York Times. Esto fue lo que Housh les dijo sobre las redadas: "Estas tácticas podrían funcionar con criminales del viejo mundo, pero estos arrestos no van a asustar a nadie. El FBI, el gobierno, el "hombre", como sea que quieras llamarle, no saben lo que están haciendo. El hecho es que hoy la mitad de la gente que fue arrestada ya está navegando, porque ellos saben que no han roto ninguna ley. Después de todo, esa es la razón por la cual están actuando: para defender Wikileaks, que tampoco ha quebrado ninguna ley".

De regreso al latte en el East Village de Manhattan, Christopher Poole explica su misión con 4chan y la manera en que interfiere con la de Mark Zuckerberg y Facebook, el sitio más popular del mundo en estos momentos. Poole toma café de su taza y sonríe desde el otro lado de la mesa. "La visión de Mark es que tu deberías sentirte cómodo compartiendo tu vida real en internet. Facebook piensa que el anonimato representa una falta de autenticidad, casi un acto de cobardía. Aunque Mark me cae bien como persona, estoy en desacuerdo con eso", dice.

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