Cómo cambió la cara de Edimburgo a 20 años del estreno de "Trainspotting"

En 1996 se lanzó la película que retrataba los excesos de alcohol y el consumo de heroína en el barrio Leith de la ciudad. Ahora, la zona es conocida por sus excelentes restaurantes y por su diversidad.




En 1993 el escritor escocés Irvine Welsh publicó su novela Trainspotting (nombre que recibe el pasatiempo de observar el paso de los trenes), que retrataba la vida de un grupo de amigos y sus excesos con el alcohol y la heroína en el barrio de Leith, en Edimburgo, durante la década de 1980. Tres años más tarde la historia fue llevada al cine bajo el mismo nombre por el director británico Danny Boyle, transformándose en un éxito mundial, además de un referente cultural y generacional.

En ella era posible ver la pobreza y degradación del barrio ubicado al norte de la capital escocesa. Sin embargo, 20 años después del estreno de la película el lugar ya no es el mismo. Su transformación ha dado un giro en 180 grados y ahora es una zona bullante, además de una de las más pobladas de la ciudad. Pero eso no es todo, porque cuenta con los restaurantes con más estrellas Michelin del país, y la avenida Leith Walk es una de las más diversas de la región, siendo posible encontrarse con artistas, profesionales e intelectuales.

La secuela de la cinta de Boyle, que cuenta con el elenco original,  llegará a las salas el próximo año y su trailer ya está disponible en YouTube.

Leith es un barrio ubicado en el norte de Edimburgo y, al igual que otros, durante los años ochenta tenía muchas viviendas sociales, que contrastaban con la deslumbrante belleza arquitectónica y elegancia que muestra el centro de la ciudad. Por ese tiempo, el consumo de drogas en la ciudad se encontraba en su nivel más alto, al punto que era conocida como la capital de las drogas y el Sida de Europa. Según el diario escocés The Scotsman entre 1981 y 1989 del total de 739 casos que se reportaron de personas con VIH, 519 eran drogadictos intravenosos. Por ese tiempo la policía no registraba las muertes por consumo de drogas como una categoría específica, sino que eran anotadas como muertes sospechosas o inesperadas. Incluso más, uno de cada tres robos en las casas eran realizados por drogadictos.

Tanto el libro como la película capturaron el acento de la clase trabajadora de la ciudad. Al punto que el primero fue escrito fonéticamente para darle un mayor realismo. "Lo que Welsh hizo en Trainspotting fue darle vida al dialecto auténtico de la clase trabajadora de Edimburgo, que mucha gente fuera de su ambiente natural probablemente ni siquiera sabía que existía, incluso dentro de la misma ciudad. El libro también capturó perfectamente lo que ocurría en el Edimburgo real en los 80", dijo al diario The Guardian, Simon Pia, periodista escocés, nacido y criado en la ciudad.

Diversos artículos de prensa de la época dan cuenta de que tanto el libro como la película no fueron bien recibidos en algunas partes de la capital escocesa al momento de su estreno. "Trainspotting capturó un momento y lugar en la historia de esta ciudad. Aquellos que conocían los lugares, que habían vivido y trabajado en Leith, Pilton y Muirhouse, sabían que eso era tan real como el castillo o el palacio de Holyrood", añadió Pia.

A fines de los 90 y comienzos de 2000 era ya posible ver un cambio en Leith. Aparecieron nuevos complejos habitacionales en donde antes funcionaban fábricas, lo que trajo a una afluente población joven. Este proceso de transformación  estuvo acompañado de la demolición de muchas viviendas sociales -donde vivían los protagonistas de Trainspotting- lo que para algunos analistas significó la fragmentación de la comunidad, porque muchas familias fueron reubicadas en otros sectores y, además, muchos negocios se quedaron sin clientes.

En un blog el académico de Política Social de la Universidad de Stirling, Peter Matthews, señaló que era evidente para la mayoría de la gente que vive en Leith, que el barrio ha cambiado y que la mayoría de estas transformaciones podrían ser catalogadas por el proceso conocido como aburguesamiento. Por ejemplo, los nuevos complejos cerca del muelle fueron claramente construidos para profesionales que tenían un sueldo necesario para pasar de ser arrendatarios a ser propietarios de un inmueble.

Otro factor que ayudó a este fenómeno, es el aumento de precios inmobiliarios en todo Reino Unido, algo que afectó especialmente a Edimburgo, lo que hizo que muchas de las propiedades tradicionales, más cercanas del centro por ejemplo hayan sido inasequibles para muchas personas.

En todo caso, Matthews advierte que Leith sigue siendo uno de los barrios más pobres de Escocia, por lo que es una comunidad mezclada. "Las comunidades diversas han sido un ideal político por siglos, retrocediendo al sueño de la posguerra del político laborista Aneurin Bevan, de que el médico viva al lado del carnicero y del minero", añade.

Es, sin embargo, esta característica lo que ha atrae diariamente a muchas personas, tanto turistas como de la misma ciudad, que buscan visitar sus galerías de arte o bien ver un espectáculo musical en uno de sus tantos locales.

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