Estudio UC revela que pobreza de adultos mayores se habría más que duplicado sin el Pilar Solidario

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El informe, que demandó casi un año de trabajo y tiene una extensión de 295 páginas, fue elaborado por encargo del Consejo Consultivo Previsional a través de la Subsecretaría de Previsión Social. Advierte que la pobreza por ingresos en la población de 65 años y más es de 5,9% y que llegaría a 14,1% sin los subsidios, mientras que la vulnerabilidad en ese grupo habría aumentado desde el 19,2% a un 28,3%.




La reforma previsional de 2007 cumplirá pronto su primera década. Un período en el que la economía local ha perdido fuerza y las finanzas públicas van en fuerte detrimento. Así y todo, el Estado chileno ha desembolsado unos US$ 11.600 millones para financiar el Sistema de Pensiones Solidario (SPS) que reciben los adultos mayores más pobres del país. ¿Valió la pena el esfuerzo? ¿Se cumplió el objetivo? ¿Realmente contribuyó al bienestar de esas personas? Al parecer sí y con fuerte impacto, ya que un reciente estudio encargado por el gobierno concluyó que si bien ese grupo de la población hoy tiene una tasa de pobreza por ingresos de 5,9%, sin los beneficios del Pilar Solidario llegaría a un 14,1%. Es decir, de un universo de 2,2 millones de adultos mayores, 130.885 personas viven en esa situación. Sin la red de subsidios, 313.000 personas vivirían en ese estado.

El informe, que demandó casi un año de trabajo y tiene una extensión de 295 páginas, fue elaborado por el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica, por encargo del Consejo Consultivo Previsional mediante la Subsecretaría de Previsión Social. En una segunda conclusión sobre el grado de vulnerabilidad en que viven los adultos mayores en el país, advierte que tras analizar su situación en las áreas de educación, salud, trabajo y seguridad social, vivienda y entorno, y redes y cohesión social, sin el Pilar Solidario la tasa de pobreza multidimensional habría aumentado desde 19,2% a 28,3% en ese grupo (ver infografía).

"El estudio nos muestra la relevancia del SPS en las distintas dimensiones analizadas. Tal como lo indicaron las indagaciones cualitativas, los montos involucrados tienen gran significancia en el presupuesto de los adultos mayores pertenecientes a la población objetivo de la política, aun cuando parecen no ser suficientes para enfrentar todas las carencias. La PBS alcanza para adquirir algo más de media canasta básica, mientras que el APS promedio cubriría el valor de un cuarto de canasta básica", subraya.

Y agrega: "Se puede concluir que céteris páribus, en ausencia del Pilar Solidario la pobreza medida por ingresos aumentaría a más del doble y el indicador de pobreza multidimensional crecería casi 50%".

El SPS se compone de la Pensión Básica Solidaria (PBS), monto único de jubilación de por vida para los adultos desde 65 años, del 60% más pobre del país, que no hayan tenido ahorros previsionales o, en caso de tenerlos, no alcancen al valor de la PBS, hoy de $ 102.897. Un segundo componente es el llamado Aporte Previsional Solidario (APS), complemento fiscal decreciente para las pensiones privadas de hasta $ 304.062. El bono para las mujeres por hijo nacido vivo y los subsidios a la cotización previsional de trabajadores jóvenes se suman a la lista.

Titulado "Evaluación del Pilar Solidario en el financiamiento de la canasta de consumo, los ingresos y la pobreza multidimensional de hombres y mujeres adultos mayores", el estudio define como población adulta mayor a quienes tienen 65 años y más, universo que abarca a 2.218.394 personas, el 58,1% mujeres.

* Cuánto ayuda a los ingresos

¿Qué reportó la investigación? Primero, que el 57,1% de los adultos mayores (55,1% hombres y 58,6% mujeres) sólo tiene como ingreso autónomo su pensión o jubilación, con un valor promedio de $ 130.927 y que en el restante 42,9% que sí lo tiene, el ingreso promedia $ 298.616. La reforma previsional aquí es determinante, arrojan los datos, pues el 33,9% recibe ingresos del Pilar Solidario (25,7% en hombres y 39,8% en mujeres) y para el 8,9% es su única fuente de recursos (5% en hombres y 12%, mujeres). Las prestaciones de cargo fiscal, de hecho, representan el 26,5% del ingreso monetario del grupo (16,5% en hombres y 34,3% en mujeres).

"Cuando se consideran los ingresos provenientes del Pilar Solidario, la tasa de pobreza por ingreso de los adultos mayores es de 5,9%, siendo 1,2% la tasa de pobreza extrema y 4,8% la tasa de pobreza no extrema. Al no considerarlos, la tasa cambia radicalmente, llegando a 14,1%, cifra superior a la tasa de pobreza por ingresos del total de la población (11,7%). Esto nos muestra la importancia de los ingresos del Pilar Solidario en sacar a las personas, y en especial a los adultos mayores, de la situación de pobreza", cita.

El detalle es elocuente: sin las prestaciones fiscales, la tasa de pobreza no extrema, que fue cifrada en 4,8%, crece a 7,9%. Pero en el caso de quienes viven en pobreza extrema, pasa de 1,2% a 6,2%. El Pilar Solidario, acota el estudio, en su mayoría beneficia a los tres primeros quintiles de ingreso y, según su composición, la PBS se entrega con mayor frecuencia a adultos mayores no jefes de hogar, mientras la mayoría de quienes sí lo son reciben APS. "Tanto en hombres como en mujeres se observa la misma tendencia, aumenta más en términos relativos la pobreza extrema que la no extrema, y sigue siendo menor la pobreza por ingresos en las mujeres", dice.

* Distribución por quintiles

Los datos de la Superintendencia de Pensiones (SP) arrojan un promedio mensual de 1,4 millón de beneficiarios del SPS, lo que implica un desembolso fiscal de unos US$ 156 millones promedio cada 30 días.

Para analizar los ingresos se consideró la Encuesta Casen 2015 y la VI Ronda de la Encuesta de Protección Social vinculada con registros administrativos. Según los expertos tras el estudio, el 23,8% de la población de 65 años y más está en el primer quintil de ingresos, el 1,2% en el segundo, el 21% en el tercero, un 19,1% en el cuarto y el 14,9% en el quinto.

El informe recogió diferencias importantes por segmentos socioeconómicos, con alta dependencia en los sectores de menores recursos. Así es como se constató que en el primer quintil de ingresos, el 65,3% de los adultos mayores se beneficia del Pilar Solidario, que representa en promedio un 56,7% de sus ingresos monetarios. En el quintil más pobre, el 59,8% recibe PBS y el 5,5% un APS. En el segundo quintil, el 30,6% recibe PBS y el 7,3% un APS. En el quintil de mayores ingresos, el 8,2% recibe subsidios, la mayoría PBS.

La dependencia total del Pilar Solidario es transversal: para el 17,4% de los mayores del primer quintil es la única fuente de recursos, en el segundo lo es para el 9,6%, en el tercero para el 6,9%, en el cuarto para el 4,8% y en el quinto, para el 2,4%.

"Respecto de la incidencia de la pobreza, en general, la pobreza medida por ingresos es menor en la población de adultos mayores que en el resto de la población. La tasa de pobreza en la población de adultos mayores es de 5,9%, poco menos de la mitad que la del resto de la población, que alcanza un 12,5%. Dentro de la población de adultos mayores, a mayor edad, menor es la tasa de pobreza. Un 23,8% se encuentra en el primer quintil de ingreso autónomo y un 14,9% en el quintil de mayores ingresos. Al comparar con el resto de la población, se observa una leve tendencia a que los adultos mayores se concentran más en el primer quintil que el resto", señala el texto.

* Consumo y tipos de hogar

El análisis de la canasta de consumo y cuánto influye o no para su adquisición el Pilar Solidario también se evaluó. Basados en la VII Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se hace una aproximación a distintos niveles de gasto en los hogares según su composición por la presencia y rol de adultos mayores (si es jefe de hogar o no). Otro foco fue ver cómo varía la canasta de consumo cuando hay adultos mayores en el hogar o cambios en los ingresos.

Siguiendo la clasificación de la EPF, el informe señala que el 71,2% de los hogares califica como un hogar tipo 1 (todos los miembros tienen menos de 65 años), 6% vive en un hogar tipo 2 (personas de 65 años y más, pero donde el jefe de hogar no es adulto mayor), un 13,6% reside en un hogar tipo 3 (con adultos mayores, incluido el jefe de hogar, pero también menores de 65 años) y el 9,3% en un hogar tipo 4 (sólo adultos mayores). Este último es el hogar de referencia para el análisis.

* Para acceder a la canasta

Tras cruzar datos por quintil de ingresos y tipo de hogar basados en información del INE, actualizada a febrero de 2017, los autores cifraron en $ 43.723 mensuales por persona el valor de la Canasta Básica de Alimentos para un hogar del primer quintil de ingresos de tipo 4 y un costo implícito en bienes no alimentarios de $ 142.783. A partir de esas cifras, explican, el costo mensual de la canasta de consumo del adulto mayor asciende a $ 186.506 y en ese escenario la PBS promedio representa un 56% del monto de la canasta y el APS un 35%.

El mismo ejercicio se hizo para el total de hogares, cifrando la Canasta Básica de Alimentos del hogar tipo 4 en $ 75.012 mensual por persona, mientras el costo implícito en bienes no alimentarios se situó en $ 521.430, con lo que el costo mensual de la canasta de consumo se valorizó en $ 596.442. Se determinó que la PBS promedio representa el 17% del monto y el APS un 11%.

El monto de la canasta, enfatizan los autores, refleja un costo que aporta un mayor nivel de bienestar al adulto mayor, ya que permite más gastos en alimentación, vivienda, salud y transporte. "Podría entenderse como la canasta potencial a la que sería recomendable aspirar en este segmento", recomiendan.

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