La violencia se vuelve a tomar las favelas de Río

Favela

A tres meses de los JJ.OO., los enfrentamientos entre policías y narcos han recrudecido. Los homicidios han subido un 18,2% respecto del año pasado.




La violencia y la delincuencia vuelven a estremecer a Río de Janeiro, tres meses después de que la segunda mayor ciudad de Brasil fuera sede de los Juegos Olímpicos 2016. Una recesión económica, un alto desempleo y las ajustadas finanzas públicas han envalentonado a los grupos criminales en áreas como Ciudad de Dios, una de las más conocidas favelas de la "Cidade Maravilhosa".

En las últimas semanas los enfrentamientos entre narcotraficantes y policías en las favelas Ciudad de Dios y La Maré, dos de los complejos más populosos de Río, dejaron -en apenas tres días- al menos 15 muertos. La escalada de violencia en Ciudad de Dios -la barriada inmortalizada por Fernando Meirelles en la película homónima de 2002- y otras comunidades vecinas se produjo luego de que el 18 de noviembre cayera un helicóptero con cuatro policías a bordo, que fallecieron en el acto. El siniestro se produjo a poco más de seis kilómetros del Parque Olímpico, el complejo deportivo que en agosto concentró la mayor parte de las competencias de los JJ.OO. Hasta el momento no existen indicios de que los narcos hayan derribado la aeronave, que está siendo sometida a pericias.

Tras el operativo policial realizado en Ciudad de Dios a raíz de la caída del helicóptero, siete personas fueron halladas sin vida en medio de matorrales en la favela. El coordinador de la ONG brasileña Río de Paz, Antonio Carlos Costa, denunció "ejecuciones extrajudiciales".

Durante la semana unos 400 policías ingresaron a Ciudad de Dios, y detuvieron a 19 presuntos traficantes. El operativo obligó al cierre por varios días de las 12 escuelas y tres guarderías públicas que atienden a unos 6.100 escolares de la favela y de barrios vecinos.

Pero el principal blanco de la operación era Edvanderson Gonçalves Leite, "Deco", acusado de liderar el narcotráfico en esta favela de 50.000 habitantes. Según la Policía, "Deco" obtuvo libertad condicional en julio y desde entonces se ha registrado un aumento de la criminalidad e incursiones de pistoleros en barrios vecinos. Finalmente el traficante de 51 años fue detenido el 2 de diciembre en La Maré.

La ofensiva de los narcotraficantes ha aumentado en medio de la grave situación económica que vive Río y que ha debilitado los recursos destinados a la seguridad pública. En plena crisis, José Mariano Beltrame, quien durante 10 años fue secretario de Seguridad Pública del estado y artífice de la política de pacificación de las favelas, renunció en octubre. Días después dimitió el jefe de la Policía Civil de Río de Janeiro, Fernando Veloso, ante la "falta de recursos" del órgano y la "dificultad de las misiones confiadas".

En 2008, las fuerzas de seguridad ocuparon varias favelas en poder de los narcos desde hacía 30 años y desplegaron las Unidades de Policía Pacificadoras (UPP) en 264 de esas barriadas, en las que viven más de 1,5 millón de personas.

Pero en los últimos años el crimen organizado ha luchado por recuperar el terreno perdido. "El objetivo, especialmente del Comando Vermelho, era -y sigue siendo- retomar territorios estratégicos para el tráfico de drogas y el reclutamiento de nuevos miembros, como el Complexo do Alemão (su antiguo bastión), dijo a La Tercera Antonio Sampaio, experto en seguridad urbana del International Institute for Strategic Studies (IISS) de Londres.

Así, aunque la ola delictiva en Río sigue siendo menor que en sus peores momentos de las décadas de 1980 y 1990, se observa un aumento de la violencia en el último año. Según cifras del Instituto de Seguridad Pública de Río de Janeiro, entre enero y octubre de este año hubo un aumento de 18,2% en los homicidios dolosos respecto a igual período de 2015. En tanto, los homicidios provocados por la resistencia a la intervención policial crecieron un 26,7%: pasaron de 569 en 2015 a 721 en lo que va de este año.

Por su parte, los robos callejeros -en el período de enero a octubre de 2016- presentaron un aumento de 47,8%, al pasar de 70.582, en 2015, a 104.302, este año.

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