Libro rescata la obra de Guillermo Deisler, uno de los pioneros de la poesía visual chilena

Mariana Deisler, hija del artista fallecido en 1995, lidera la investigación sobre su archivo.




Guillermo Deisler (1940-1995) lo tenía claro: el acto de rebeldía mayor del que podía jactarse un artista era la revolución del lenguaje. Transformar los paradigmas de la expresión artística fue su principal motor; por eso, desde el inicio sus creaciones apuntaron a diferenciarse del arte tradicional para hacer vanguardia. Partió en Santiago, en 1963, con Ediciones Mimbre, donde publicó cerca de 50 títulos, lanzando las primeras obras de poetas como Waldo Rojas, Rolando Cárdenas y Guillermo Ross-Murray, reivindicando el trabajo artesanal, la participación colaborativa y oponiéndose a la estética tradicional y comercial.

Eran los orígenes de la poesía visual en Chile: a los textos de los poetas se les unían los grabados originales de Deisler, que rompían esquemas. No sólo lo hizo en Santiago. Al mismo tiempo, el artista participó en el grupo Tebaida de Antofagasta, apoyando con sus grabados las obras de escritores nortinos.

Tras el Golpe de 1973, Ediciones Mimbre llegó a su fin y Deisler fue detenido. Luego se exilió en Francia, Bulgaria y finalmente en Alemania. Antes, marcaría un hito con Poesía visiva en el mundo (1972), una antología que reunía su obra junto a la de otros creadores, y que tenía como punto en común una búsqueda comprometida del arte y no el "mero juego de palabras".

"El era una persona muy comprometida, pero no hacía un arte panfletario. Su revolución era a través del lenguaje. Sentía que ese era el papel del artista, adelantarse a los fenómenos y poner el arte en movimiento: era un hacedor de proyectos", dice la periodista e hija del artista, Mariana Deisler, quien lidera el rescate de la obra de su padre, junto a las investigadoras Paulina Varas y Francisca García.

Se trata de Archivo Guillermo Deisler: textos e imágenes en acción, libro que compila su obra y que será presentado mañana, a las 19.30 horas, en el GAM, junto a una acción de arte postal de Eugenio Dittborn. El premio nacional de Arte fue amigo del grabador, con quien compartió la práctica del arte correo. A partir de 1987, Deisler usa la red de correo aéreo para hacer circular sus obras y compartirlas con otros artistas.

Al mismo tiempo, a partir de mañana se pondrá en línea el sitio web www.guillermodeisler.cl, que tiene como propósito difundir aún más la obra del grabador. Nunca ha estado olvidada: el artista es conocido afuera y por estos días su obra se exhibe en el Museo Vostell de Malpartida de Cáceres, en España, en una muestra organizada por el Instituto Cervantes, y el año pasado se mostró en la Fundación Cartier de París.

Aunque no es ampliamente conocido en el país, su obra ha sido adquirida por la Biblioteca Nacional de París, el MoMA de Nueva York, el Centro Pompidou y la Biblioteca de Sajonia, Dresden, entre otras instituciones. "Siempre tuvo conciencia de la importancia de su archivo y se preocupó de guardarlo y mantenerlo. Incluso antes del exilio, dejó cerca de 20 cajas en la casa de su madre, que estuvieron guardadas hasta nuestro regreso definitivo en 2010. Eran un tesoro", dice Mariana Deisler.

Uno de sus proyectos más prestigiosos fue la revista internacional de poesía visual Uni/vers (;), para la que convocó por correo postal a artistas de todo el mundo a enviar sus obras en un formato específico, que Deisler unía artesanalmente: hacía 100 copias, unas quedaban para los propios colaboradores y el resto las vendía a coleccionistas e instituciones. "Le gustaba el arte colaborativo, hacer comunidad. Por el exilio, enfrentó muchas barreras idiomáticas, y la necesidad de expresarse la refleja más allá del idioma, usando el lenguaje común del arte. Su obra tiene que ver con ser extranjero. Su mensaje es que el artista que tiene algo que expresar va a encontrar los medios para hacerlo", señala su hija.

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