Los talleres de robótica se toman las aulas de más de cien colegios




"Mi familia se puso alegre y me decían que debía aprovechar mucho esta oportunidad, porque difícilmente se podría repetir". Benjamín Valladares es alumno de segundo medio del colegio Nocedal y en abril del año pasado tomó, por primera vez, un avión para cruzar la frontera. Desde la población Pablo de Rokha, en La Pintana, fue nada menos que a Atlanta, Estados Unidos, donde representó, junto a otros ocho alumnos, a Chile en la competencia de robótica mundial First Lego League.

Para estos adolescentes, en su mayoría oriundos de poblaciones de La Pintana y de familias humildes, el practicar esta disciplina significó un puente para conocer otro país y adquirir múltiples habilidades.

Según un estudio elaborado por Lego, que entrevistó a entrenadores, padres y niños que se habían presentado en el concurso, entre las competencias que desarrollan los menores están la gestión, planificación, investigación, liderazgo y trabajo en equipo.

RÁPIDO CRECIMIENTO
Tal vez sea por eso que la actividad se ha expandido con éxito entre las escuelas. Hoy existen más de cien establecimientos que participan anualmente en concursos de la disciplina y que la han incorporado como un taller extraprogramático o dentro del horario escolar. Entre ellos, figuran el Nocedal de La Pintana, el Instituto Nacional y los colegios Cumbres y San Ignacio.

"Hay niños muy inquietos en el aula que resultan muy útiles en el taller. Esto, porque en el trabajo en equipo ellos se concentran y toda su energía la vuelcan a la actividad. La generación actual quiere todo rápido y en esta especialidad lo logran, porque a corto plazo ven el resultado", dice el profesor Ricardo Labarca.

El éxito se ha notado en los torneos. La U. Andrés Bello realiza desde hace cuatro años un interescolar: a la primera cita llegaron 55 colegios, este año la cifra aumentó a más de cien. Similar convocatoria han tenido las empresas Lego y First en su torneo First Lego League, que se realiza desde 2007 y que culmina con un viaje a representar a Chile en el extranjero: en 2007, participaron 64 establecimientos; para este año el número aumentó en un 50%.

LÍDERES Y SOLIDARIOS
Como autodidactas, proactivos y muy capaces describe a sus alumnos el profesor del taller de robótica del Instituto Nacional, John Pereira.

Es que si bien uno de los objetivos es competir, más importante son el trabajo en equipo, la tolerancia, el respeto, la perseverancia y la creatividad. "Aquí no interesa un niño genio que arme el robot solo, sino que trabaje con sus compañeros", dice Pablo Torres, profesor del colegio San Ignacio El Bosque.

Por ejemplo, cuando los alumnos compiten y algo falla, ellos deben ser capaces de resolver la situación en forma rápida, sin alterarse o pelearse entre ellos. "Están obligados a ponerse de acuerdo en cómo actuar. Y eso es especialmente importante en la adolescencia, cuando les cuesta más colocarse en el lugar del otro", agrega Torres.

De hecho, el compañerismo es un aspecto trascendental a evaluar en la competencia de First Lego League. Kirstin Engemann, gerente de la entidad en Chile, explica que si un estudiante le grita a otro de su mismo grupo, mientras está participando, se le restan puntos al equipo. La idea no es sólo mostrar los mejores inventos, sino cómo se llegó a ellos.

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