Polvos de colores y electrónica: el Holi Festival of Colours fija su primera edición en Chile

Tras reunir a cerca de 255 mil personas en sus ediciones europeas, el certamen llega a Santiago.




La conversión podría ser un símbolo de la globalización tardía. Desde hace siglos, las comunidades hindúes han celebrado el festival Holi para abrir la puerta a la primavera, apoyados en el mito ancestral de un demonio ebrio de poder y su hermana, que terminó quemada en una hoguera. El bien sobre el mal. Para celebrarlo, existe la costumbre de lanzar polvos de colores al aire, hacer guerras de agua, rodear todo de una bacanal carnavalesca, donde las clases se subvierten. De a poco, la festividad se expandió fuera de las fronteras de India. Y el año 2012, en Berlín, la celebración del Holi impactó con otro festín: el de las grandes audiencias de festivales electrónicos.

Reconvertido, reenvasado, reinterpretado: el festival Holi estiró su nombre a Holi Festival of Colours y recorre Europa desde 2012, el año en que su primera edición se organizó en Alemania. Desde la reunión matriz se había comentado la intención de llevarlo hacia Sudamérica y Africa, y este año, al menos por estas latitudes, eso se concreta: la primera edición en Chile ya sacó cita y será el día 29 de noviembre, extendiéndose desde las 14.00 hasta las 22.00, en una locación al aire libre de Santiago y "en contacto con la naturaleza", según describe la organización, que será definida en las próximas horas.

Se trata de una fiesta electrónica, pero con varios pies forzados desde su versión central. Con su entrada, los asistentes recibirán una bolsa con polvos de pintura (no son tóxicos, aclara la organización), aunque dentro del recinto también se podrán comprar. Cuando se cumpla una hora de fiesta, y así por cada hora del día, un MC (en sus siglas en inglés, "maestro de ceremonias") llamado Plexus Solas aparecerá a avivar al público con una cuenta regresiva. Llegando a cero, los asistentes tiran los polvos al aire.

Audiovisión

Los géneros congregados son varios (dubstep, house, deep house, trap, entre otros), incluyendo también bandas en vivo. La primera segura -que se presenta en todas las ediciones- se llama Bombay Boogie Soundsystem. Dentro de los próximos días se anunciará la lista definitiva de invitados.

El festival es organizado por Street Machine, productora que tiene otras fechas tomadas ya en el calendario electrónico local, como los festivales Creamfields (7 de noviembre, en Espacio Riesco) y Mysteryland (desde el 19 al 21 de diciembre, en Hacienda Picarquín). Robert Morrison, gerente general de la compañía local, viajó hasta la edición londinense de este año y cuenta por qué trae la marca al país: "Lo que tratamos de hacer es identificar tendencias entre los espectáculos que funcionan en el mundo. El Holi Festival, en particular, es algo muy lúdico, de carácter diurno, simple y fácil de disfrutar".

Durante el año pasado, siete países fueron anfitriones para las ediciones internacionales de Holi Festival, que metió a cerca de 255 mil personas en 24 paradas, distribuidas entre Barcelona, Amsterdam, Londres, Viena y otras ciudades. Eso, recién en el segundo año que el festival comenzó su itinerancia global. Parte de los fondos que gana el festival, aseguran en la producción, se destina a financiar proyectos sociales en India.

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