Thomas Vermaelen: Un nuevo gato por liebre en Barcelona

El último fichaje culé, fue operado ayer y deberá estar cuatro meses fuera. El defensor belga alarga la lista de contrataciones fallidas del equipo azulgrana.




El dinero que se mueve en el fútbol, hace rato, superó los límites. De hecho, durante cada período, son miles los millones de dólares involucrados en el traspaso de futbolistas de un club a otro.

En el último mercado, por ejemplo, el gasto sumado de las cinco principales ligas de Europa en refuerzos (Inglaterra, España, Italia, Alemania y Francia), bordeó los 2 mil millones de euros. Cifra que, de todas maneras, es menor a la de temporadas anteriores: en 2013-2014, por citar un caso, el monto de transferencias de las principales competencias del Viejo Continente superó los 4 mil millones de euros.

Sin embargo, la inversión no siempre es justificada dentro de la cancha. El último caso es el del belga Thomas Vermaelen. El zaguero de 29 años, mundialista con su país en Brasil, llegó a Barcelona en el último mercado de fichajes proveniente del Arsenal inglés, a cambio de US $ 24 millones.

El defensor central arribó lesionado del Mundial al cuadro azulgrana. En teoría sólo por dos semanas, pero así sigue. Sus problemas físicos se fueron agudizando y, por ende, retrasando su estreno con la camiseta azulgrana. Aún no ha debutado. Dicha espera se prolongará todavía más ya que, ayer, el futbolista fue operado en Finlandia del músculo semitendinoso de la pierna derecha y estará entre cuatro y cinco meses en recuperación.

Vermaelen llegó a Catalunya como un central ágil, veloz, habilidoso con los pies y fuerte en el juego aéreo; además de criterioso en la salida y ordenado tácticamente. La solución del Barça a una búsqueda de tres años sin éxito por un central. Sin embargo, su futuro está lejos de ser auspicioso. Ya que, tras su intervención, se proyecta que pueda debutar, si Luis Enrique así lo decide, recién en los últimos partidos de la temporada.

Pese a la decepción que ha causado el caso Vermaelen, su situación no es novedosa. De hecho, Barcelona tiene una lista no despreciable de jugadores que fueron adquiridos por altas sumas, pero que terminaron relegados al banco, o derechamente al destierro, por lesiones o bajo rendimiento.

Uno de los casos más emblemáticos es el del zaguero francés Christanval. El galo llegó al Barça en 2001 a cambio de US $ 20 millones, cifra muy elevada para la época. Sin embargo, los problemas físicos no lo dejaron en paz, jugó pocos partidos y, finalmente, fue despedido.

Situación similar vivió Patrick Anderson. El sueco llegó también en 2001, proveniente de Bayern Münich a cambio de US $ 8 millones y, en tres años, con incontables lesiones de por medio, jugó apenas 19 partidos.

Otro fiasco fue el del ucraniano Dmitro Chigrinskiy. Llegó en 2009 desde Shakthar Donetsk por US $ 31 millones, no rindió y volvió a su club al año siguiente por US $ 19 millones. Negocio redondo. No aciertan con centrales.

"Cuando Vermaelen se recupere, seguro, rendirá de inmediato", asegura Andoni Zubizarreta, director deportivo culé. No suele acertar. "No tenemos ninguna duda de la respuesta física de Vermaelen", dijo en la presentación del jugador.

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