El trato que convenció a Ponce de dejar control de SQM

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Luego del fracasado proceso de octubre, tanto Julio Ponce como Eduardo Bitran reflexionaron sobre el costo que implicaba no cerrar el arbitraje por el Salar de Atacama y flexibilizaron las posturas. Hoy se negocian los detalles que quedarán estipulados en el nuevo contrato, el que se firmará el próximo 17 de enero, en presencia de Héctor Humeres.




"Cerrado, cerrado"... fueron las palabras claves que Patricio Contesse Fica pronunció en las oficinas de la Corfo el lunes pasado, palabras que pondrán fin a la larga disputa que SQM tiene con el organismo estatal por el contrato de arrendamiento de las pertenencias mineras del Salar de Atacama.

A la reunión en calle Agustinas, solicitada bajo la ley de lobby, asistieron, además, Rafael Guilisasti, como representante de las sociedades cascadas; José María Eyzaguirre, abogado representante de Potash; Sebastián Oddo, abogado de las sociedades cascadas; Patricio de Solminihac, gerente general de SQM; Felipe Bulnes, abogado del organismo estatal, y Eduardo Bitran, vicepresidente ejecutivo de Corfo. En la cita, que fue pactada para las 10.30 de esa mañana, se informó que Julio Ponce había decidido dejar el control de la minera no metálica -hasta el año 2030- y así se despejó el principal requisito solicitado por Bitran para terminar con el arbitraje que el organismo estatal tiene con la compañía desde el año 2014.

La presencia de ejecutivos y representantes relevantes de los accionistas de SQM mostraba a la contraparte el ánimo que había en la minera no metálica para llegar a un acuerdo. De hecho, según relata un cercano al organismo estatal, esta nueva etapa de conversación se realizó con mucha más flexibilidad y en parámetros mucho más razonables que el fallido intento de octubre pasado. También, destaca la fuente, la determinación que mostró Contesse Fica a la hora de tomar decisiones cruciales para sellar el nuevo pacto. "Se notaba su total empoderamiento", dice.

Pero llegar a ese escenario no fue fácil. Las jornadas de trabajo durante las últimas tres semanas fueron intensas, donde las tareas fueron divididas. Por un lado, estaban las negociaciones de los abogados de Corfo, encabezados por los abogados de Vargas y Asociados, y la administración de la minera, a través de Patricio de Solminihac, y en una esfera mayor estuvieron las gestiones que llevaron adelante Sebastián Oddo y Felipe Bulnes, enfocados netamente al ordenamiento del nuevo gobierno corporativo de SQM.

Esa misma intensidad en el trabajo se vivió también el fin de semana previo a la cita en Corfo, donde luego de las votaciones presidenciales, los llamados telefónicos se mantuvieron hasta tarde la noche del domingo y tuvieron al propio De Solminihac enviando mails a los abogados de Corfo para definir los temas gruesos del pacto que el lunes dio a conocer al mercado Pampa.

Por eso el sigilo y el hermetismo han reinado en esta nueva puerta de conversación que se definirá el próximo miércoles 17 de enero, día en que las partes nuevamente se reunirán en el Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago, esta vez -se espera- para firmar la conciliación. Mientras eso sucede, se espera que Bitran regrese de sus vacaciones y que el consejo de la Corfo, presidido por el ministro de Economía, Jorge Rodríguez Grossi, se reúna esta semana para conocer en detalle el pacto que se está negociando con SQM. Al interior de la estatal están satisfechos por los esfuerzos que dieron pie a este acuerdo y se espera que el tema se resuelva prontamente. "Por supuesto, me encantaría que pudiéramos llegar a un buen acuerdo", indicó Rodríguez al ser consultado.

Hitos del cambio

La gran duda es qué hizo cambiar la posición que hasta ahora mantenía Ponce de no salir de la primera línea de SQM. Cercanos al proceso de negociación indican que en esta nueva fase no hubo un hito en particular que lo hiciera cambiar.

Sí destacan que luego del fracaso del proceso del 16 de octubre, ambas partes entraron en un estado de reflexión que sirvió para que tanto Bitran como el propio Ponce flexibilizaran sus posturas. "Acá no hay magia. A partir del fracaso anterior las partes se quedaron pensando cómo se iba a retomar y cuánta flexibilidad habría de lado y lado para cerrar el acuerdo", cuenta un actor cercano a la mesa de negociación.

Por un lado, indica la fuente, Corfo cambió porque inicialmente estaba solicitando que el presidente de la minera perdiera el voto dirimente en términos absolutos, pero en la negociación se pactó una lista con los temas que eran más sensibles para la estatal, como las donaciones, operaciones entre partes relacionadas y en acciones judiciales en contra del Estado y la Corfo. También, indican, la estatal flexibilizó su postura en la duración del período del presidente independiente, el que se mantendrá por cuatro años, es decir, hasta el año 2022. Otro elemento relevante es que este nuevo director debe ser visado también por la estatal, como sucedió con Alberto Salas, nombre de consenso para presidir la nueva etapa de SQM.

Por el otro lado indican que el propio Ponce reconoció que no era necesario que mantuviera el control de la minera, tesis que se fue comprobando luego del weiber creado en abril entre Ponce, los japoneses de Kowa y los canadienses de PCS, pacto que permite gobernar a la firma con decisiones de consenso y que consideren la mayoría de sus directores. "Este hecho confirmó que su presencia ya no era necesaria y finalmente gatilló que Ponce hiciera concesiones sobre el control", indica un cercano a la compañía.

Pero también hubo otros hitos que se dieron para que Ponce aceptara perfeccionar el gobierno corporativo de SQM y sacar de la cabeza de la firma a su hermano Eugenio Ponce y a cualquier pariente suyo hasta el segundo grado de consanguinidad inclusive. Esto implicará que tampoco podrán tener cargos gerenciales en la compañía, hasta el 31 de diciembre de 2030, cuando termina el contrato de arrendamiento que mantienen con Corfo en el Salar de Atacama.

Uno relevante fue la visita del CEO de Potash a Chile, Jochen Tilk, quien se reunió con Bitran el pasado 7 de diciembre. También la visita que le hizo al vicepresidente de Corfo el representante de Rio Tinto, Michael Harris, a fines de noviembre, a más de un mes del fallido proceso que conciliación por el arbitraje que lidera Héctor Humeres.

Fin al freno de mano

El valor económico que tiene el acuerdo que pueda alcanzar SQM con este nuevo pacto fue también un elemento que se analizó y pesó a la hora de reabrir el proceso de conciliación entre la compañía y el organismo del Estado.

La ampliación de la cuota hasta alcanzar las 180 mil toneladas de carbonato de litio equivalente traerá beneficios no sólo a la minera no metálica, sino que también al Estado, pues se estima que el Fisco recibirá más de US$ 9.000 millones en ingresos por impuestos y regalías hasta el año 2030. "Si no se llega a un acuerdo, esto quedaría con un freno de mano. Ahora ese freno de mano se suelta y se demuestra que Chile será un actor mundial importante en materia de litio", señala un conocedor de la negociación.

También influyó, señalan en la industria, el alto costo que ha tenido que enfrentar la minera con la búsqueda de otras localidades en el mundo para seguir produciendo litio, como es el caso de Australia y Argentina.

Es que también en el nuevo contrato se transparentará la explotación de los otros minerales que procesa SQM, como el yodo y el potasio. Esto, porque en el nuevo documento que se está diseñando actualmente se mejorará la renta que recibe Corfo por la explotación de ese mineral. Y, además, el Estado prohibirá que la minera explote y venda la salmuera en su estado bruto y la procese en otros países.

Junto con esto, se logrará otro gran anhelo de Bitran, que es convertir a Chile en un país clave para la electromovilidad (ver nota página 16) y también que, al igual que Albemarle, SQM ofrezca un 25% de su cuota a productores especializados de litio que se quieran instalar en Chile, porcentaje que se ofrecería a precio preferente, es decir, el valor más bajo de paridad de mercado de exportación de los últimos seis meses.

Otro punto del acuerdo es la gradualidad en que SQM aumentará su cuota de producción, meta que está asociada a la realización de inversiones tanto en infraestructura como en innovación para procesar la mayor cantidad de mineral.

En contraparte, a la minera también se le darán garantías vinculadas con el nuevo proceso de licitación que se realice más allá de 2030. Esto es que si SQM no gana esa subasta, Corfo puede ejercer un poder de compra sobre las inversiones que la minera no metálica no alcance a recuperar, que en este caso sería el valor en plata de los recursos que desembolsaron, más lo que no se alcanzó a recuperar en el período, indicaría la propuesta.

Todos estos puntos que se están discutiendo en los 30 días que se dieron las partes para sellar el nuevo contrato, el que se dará a conocer a mediados de enero.

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