Cuarentena en imágenes: "No saber qué pasará mañana me da cierto alivio"

"Estaba de visita en la playa cuando explotó la crisis por coronavirus. Durante esos días nos juntamos con toda mi familia en Rungue para hacerle una bienvenida a uno de mis hermanos que vive fuera de Chile y que no habíamos visto hace mucho tiempo.

Escuchamos las noticias el domingo y nos enteramos de que habían cancelado las clases de mis niños y también mi trabajo en el colegio, donde soy profesora de inglés. Fue por eso que decidí no volver y quedarme acá hasta que fuera necesario.

A medida de que avanzan los días, los sentimientos van variando. La incertidumbre es constante, pero, aunque suene paradójico, cada vez me gusta más.

No saber qué pasará mañana me da cierto alivio. Significa que sólo importa el presente, el ahora y lo inmediato.

Que todo el ritmo cambie de un día para otro ha modificado nuestra forma de vivir. Pensamos de otra forma, sentimos cosas nuevas y solucionamos las cosas desde un lugar común nuevo.

El día a día con los niños se hace más pesado porque la idea es que no se peguen a la pantalla y tampoco saturarlos con los quehaceres del colegio. Pero también me preocupa que se muevan y que hagan cosas con sentido. Que aprendan a detenerse y vean el valor en ello.

El núcleo familiar ha sido un solo cuerpo. Organizarnos desde quién sale por las compras y cómo nos mantenemos dentro de casa ha sido el mayor desafío. Pero, a su vez, ha sido una gran oportunidad para compartir. He podido conocer más a mi familia y a mí misma. Siento que a mis hijos también les ha enseñado a comprender más y tolerar a los demás.

Mi mirada siempre ha estado en los detalles, espacios y objetos e imaginarme la historia de ellos. Cómo conviven, de dónde vienen. Y ahora más que nunca noto que cobran vida constantemente, al usarlos, contemplarlos. Deteniéndome ante ellos.

Desde el estallido social que veníamos entrando en un modo reflexivo como país. Es por esto que tengo la ilusión de que se genere una actitud positiva en cadena, con gestos como bajarse el sueldo, bajar el arriendo. Pienso que ante el problema económico que se nos viene si todos tenemos voluntad de hacer las cosas bien, podríamos avanzar hacia un lugar más justo.

Hemos pasado por momentos tan exigentes en todos los sentidos, que después de esto no vamos a volver a ser los mismos. ¡No podemos volver a ser los mismos!".

Francisca Valdés Iluffi (@franvaldesi) tiene 44 años y vive con su hija (11) y su hijo de (9). Su vida se divide entre Santiago y Rungue, donde tiene a su familia y su pareja.

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