Cuarentena en imágenes: “Al principio tuve miedo, pero de a poco me fui acostumbrando”

Invitamos a distintas fotógrafas y fotógrafos a retratar su nueva realidad cotidiana durante la cuarentena. Esta es la mirada de Francisca Sumar.




“Al principio tuve miedo. Un miedo real a la muerte, a no saber qué va a pasar y a la monotonía. Pero de a poco me fui acostumbrando y estas ideas se han ido alejando. O quizás, solo me acostumbré. No lo sé.

Por otro lado, desde los primeros días de confinamiento me pude dar cuenta que ningún día es igual a otro. Y que aunque pareciera que hacemos lo mismo, los días están llenos de pequeñas variaciones. El hecho de vivir con tres niños puede ser a veces muy intenso, pero al mismo tiempo es menos monótono.

Veo que ha pasado el tiempo y seguimos acá, vivos. Nos hemos adaptado a nuestro pequeño mundo. Pero siempre vuelven la preguntas insoportables ¿Qué va a pasar? ¿Cuánto tiempo más vamos a estar así? Eso me genera ansiedad. Trato de meditar todos los días, porque me da calma y me ayuda a no preguntarme tanto que va a pasar, porque la verdad es que no hay una respuesta. No la hay.

Más allá de estas dudas constantes, nuestra cuarentena ha sido tranquila. Nos levantamos con calma, tomamos largos desayunos, sin apuro. Todas las mañanas ayudo a mis hijos con sus tareas. Esto me ha costado, porque tengo que tener mucha paciencia, pero he ido aprendiendo.

Vivimos por largo rato en el desorden. Peluches por todas partes, zapatos, papeles, juguetes y materiales reciclados que van siendo cada día más numerosos. Muchas veces paso por encima de las cosas sin recogerlas.

Todos los días almorzamos y comemos en familia, tratamos de conversar durante esas horas. A mí me gusta contarles historias del pasado. Y las relato de manera bien fantasiosa y divertida. Como nuestros hijos son chicos, les encantan y se entretienen.

Por las noches casi siempre leemos, otras veces vemos alguna película. No vemos televisión y yo ya dejé de escuchar la radio. En general tenemos días buenos, pero a veces otros terribles que quiero que se acaben rápido. Cada día en la mañana es como un borrón y cuenta nueva. Si ayer fue un día malo, hoy podemos partir de cero. Todos lo entendemos así.

Pero extraño la libertad, la naturaleza y poder ver y estar con todas las personas que quiero. Por un lado no me parece tan extraño este distanciamiento impuesto, porque en otros momentos de mi vida he vivido la separación y he echado mucho de menos. Viví nueve años fuera de Chile y esto me recuerda cuando me he ido a vivir a otro país, lejos.

Valoro estar sana y que mi familia también lo esté. Sé que soy muy afortunada y estoy agradecida de estar bien y de no estar sola en estos momentos. Creo que la cuarentena en soledad debe ser muy dura”.

Francisca Sumar vive con su familia, su marido y tres hijos: unos mellizos de 8 años y una niña de 6. También tiene un perro que siempre está con ella.

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