Cuarentena en imágenes: “Estoy mucho sola y no me queda más que valorar los silencios"

Invitamos a distintas fotógrafas y fotógrafos a retratar su nueva realidad cotidiana durante la cuarentena. Esta es la mirada de Antonella Torti.




“En marzo, cuando todo empezó, sentí mucha frustración. Fue muy abrupto de un día para otro dejar de ir a trabajar, quedarse encerrado, no juntarse con nadie, no salir, no viajar, vivir con temor, estar alerta. ¡Antes de esto teníamos tantas ganas de estar en nuestras casas!

La cuarentena ha sido súper cambiante. Es complicado describirla desde lo que pasa afuera, porque lo que sucede, está pasando adentro nuestro. Es algo tan íntimo.

Ha llegado el momento de transparentar: ¿Sabemos estar con nosotros mismos? ¿Nos aceptamos? Además, ahora tenemos que soportarnos sin máscaras, sin maquillarnos, sin arreglarnos.

Por acá la vida cotidiana sureña ha sido la misma de siempre; levantarse, entrar leña, prender el fuego, tomar desayuno mirando el mar. Ver como cae la lluvia, de ahí arcoiris, sol, lluvia, y temporal. Barrer todos los días la suciedad que deja el entrar leña a la casa. Después vienen las reuniones, abrir Zoom, leer los WhatsApp de la pega, tratar de que no se te pase algo entremedio. Leer un montón de libros.

Estoy mucho sola y no me queda más que valorar los silencios, mi lugar físico, mi pieza, la playa, el bosque. También mi familia, porque siempre han sido la principal motivación para realizarme y para estar estable.

Si bien vivo con alguién más, Felipe, él se va harto a la casa de su polola, que vive a menos de un kilómetro de aquí.¡Qué suerte! También toco guitarra, canto. Creo que siempre me las arreglé para estar sola.

El año pasado ya me había aislado cuando me fui al campo. Pero este año empezó con nuevas ansias: me cambié de casa, del campo a la ciudad. Quería estar en la calle y salir al bar. No pedía más, porque ya había estado mucho sola y en silencio. Pero la pandemia lo cambió todo.

Ahora echo de menos estar en mi lugar de trabajo, estar con los niños, extraño a mis sobrinos. Abrazarlos, besarlos, jugar con ellos. Extraño, a veces, la vida nocturna y juntarme a cocinar con mis amigos.

Hace unos días escuché a Gastón Soublette; hablaba de estos tiempos y utilizó una palabra que me hace mucho sentido: fractura. Es un momento de destape de olla mundial. La torre se cae y deja ver todo lo que realmente hay adentro.

Es difícil no pensar en la vida antes. Veía una foto mía de hace tres años, cuando navegaba por los canales chilotes en una lancha grande. Y pienso que así seré siempre, dentro de mis transformaciones y crecimientos. Pero que si me dan a elegir, obvio que prefiero estar en la lancha; tomando cerveza con la cámara entremedio de la chaqueta. Eso es lo quiero más quiero en estos momentos. Volver a esa calma".

Antonella Torti (@antonellatorti) está viviendo su confinamiento en Castro. Comparte la casa con Felipe y sus dos gatas de 10 años y de 2 meses.

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