Cuarentena en imágenes: “Nunca antes había sentido de una manera tan extrema lo que es pasar por estados de ánimo tan opuestos"

Invitamos a distintas fotógrafas y fotógrafos a retratar su nueva realidad cotidiana durante la cuarentena. Esta es la mirada de Antonia Perelló.




“La cuarentena ha hecho de mi vida una montaña rusa de emociones y eso es lo que quiero dar cuenta. Mostrar la cotidianidad de un personaje virtual en el confinamiento en base a una metáfora de un cuerpo de cristal, frágil y transparente.

Tengo días buenos y malos, pero también tengo días muy buenos y días muy malos. Creo que nunca antes había sentido de una manera tan extrema lo que es pasar por estados de ánimo tan opuestos en períodos de tiempo tan cortos. En los días buenos me gusta vestirme con mi ropa favorita, maquillarme y arreglarme, para simplemente no ir a ningún lado.

Aprovecho la luz del día para sacarme fotos a mí misma o a las cosas que hago. Me gusta repetir mis canciones favoritas a todo volumen y a veces bailar sola frente al espejo. Volver a escuchar las bandas que me gustaban cuando tenía 15 y cantarlas a todo pulmón.

Me gusta entrar a la pieza de mi hermana para molestarla sólo porque estoy aburrida. Además de practicar mi único deporte: jugar a perseguir a mi gata para entretenerla. Definitivamente yo termino más cansada que ella.

Los días malos son profundamente monótonos. Si no tengo ganas de hacer nada, no me exijo. Hay semanas en que no me levanto de la cama y no abro las cortinas de mi pieza. Así estuve tres días sin comer, porque no tenía ganas de moverme. Y con la falta de energías viene el sueño. Hay días en que puedo dormir 16 horas de corrido.

En esos días tengo los sueños más lúcidos. Y como estoy más horas dormida que despierta, creo que termino viviendo más en mis sueños que en la realidad.

Pero aunque suene muy entretenido, soñar tanto muchas veces me juega en contra, porque en su mayoría han sido pesadillas. Las más densas me gatillan un nivel de angustia inaguantable. Me he despertado llorando y apretando la mandíbula tan fuerte que termino con dolor de cabeza.

Es por esto que lo que más valoro es el poder sentirme segura. En mi casa mi familia ha sido bastante responsable respecto a todas las medidas de seguridad, por lo que nunca he entrado en un mayor miedo de contagiarnos. Pero lo que más me brinda esta sensación de estabilidad es el poder seguir teniendo ayuda psicológica, aunque sea a la distancia.

Tengo sesiones online con ella una vez por semana y me han ayudado mucho para lidiar con este período. Se siente bien tener la instancia de conversar sobre lo que siento en estos días de encierro y saber que no tengo que sobrellevarlo sola.

Lo que más extraño es estar con mis amigos. Extraño abrazarlos, bailar y hasta juntarnos a dormir siestas. Extraño tomarme un café y fumarme un cigarro con mi mejor amiga que vive al lado mío. Me cuesta creer que estamos tan cerca, pero aún así no podamos vernos.

En mi grupo de amigos todos somos muy sensibles, y el no poder apoyarnos, hacernos cariño o abrazarnos en momentos difíciles me hace extrañarlos aún más”.

Antonia Perelló (@isabella_psd) está viviendo el confinamiento en un departamento en Santiago con su papá, su mamá, su hermana y su abuela, de 83 años. Sus imágenes son composiciones digitales y el modelado 3D los hace el artista Rafael García.

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