Cuarentena en imágenes: “Somos capaces de adaptarnos a casi cualquier situación a la que nos veamos enfrentados"




“La primera cuarentena total de mi comuna me hizo sentir una pena muy profunda. La incertidumbre me desequilibró emocionalmente. Un día, después de muchos sin ver a nadie, me encontré con una amiga en el supermercado. Nos miramos y nos pusimos a llorar detrás de las mascarillas por no poder abrazarnos. Y sin decirnos nada, nos despedimos.

En esta segunda vuelta, siento que tengo más herramientas emocionales que en la primera. Estamos todos más entregados a la situación. Los niños ya casi no preguntan cuándo volverán al colegio o hasta cuándo va a durar todo esto.

Aun así, el colegio en la casa ha sido un desafío. Sobre todo con mi hija más chica, porque sus tareas son algo que realmente me supera. ¡Más encima es todo en francés! Pero por suerte, los niños más grandes me ayudan con ella. Esto ha sido clave, ya que todos colaboran en la medida que pueden.

Este encierro me ha obligado a conectarme con mi lado más doméstico, del cual no era tan amiga. Me encanta que esté todo ordenado, pero me carga ordenar. Y así me la paso, en puras contradicciones todo el día. Algunas más profundas y otras totalmente banales e irrelevantes.

Hay días buenos que lo pasamos bien con los niños. Nos reímos harto, pero un rato después ya nos queremos tirar los platos por la cabeza. Por otro lado, mi marido ha seguido trabajando fuera de la casa de lunes a viernes. Eso hace que los fines de semana parezcan fin de semana y los espero con ansias.

Los niños definitivamente se han tomado el confinamiento mejor que yo. Los veo bien y eso me tranquiliza. Quizás una de las muchas lecciones que vamos a sacar de esta pandemia va a ser precisamente eso, darnos cuenta que no necesitamos tanto como creíamos.

Sin embargo, me impresiona cuando oigo a la gente decir que están felices encerrados. A mi me cuesta mucho, extraño no ver a mis amigos, a mi familia y no poder trabajar.

Me parece muy interesante como toda esta situación nos está haciendo cada vez más conscientes de nuestra propia biología y fortaleza humana. Ya que si bien por un lado nuestra condición de animales sociales se ve completamente rendida frente a un virus y el aislamiento, por otro lado somos testigos de que somos capaces de adaptarnos a casi cualquier situación a la que nos veamos enfrentados.

En lo personal, estoy muy agradecida de tener la suerte de estar todos juntos en esta casa, con todas las comodidades habidas y por haber. Pero me duele mucho pensar en las miles y miles de familias que lo están pasando realmente mal".

Andrea Brunson (43) es directora de la galería de arte itinerante Espacio Andrea Brunson (@espacioandreabrunson) y pasa la cuarentena con su marido y sus tres hijos de 14, 12 y 7 años.

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