Viajar sin carga

Paula 1205. Sábado 30 de julio de 2016

Por qué viajar sin carga ( y cómo lograrlo) según Martín Caparrós

Por su ritmo de vida nómada –que le demanda subirse a un avión cada 4 o 5 días–, el escritor argentino Martín Caparrós, aprendió a hacer lo que pocos saben: viajar sin peso. "Nunca llevé mucho equipaje, pero creo que mis mecanismos para conseguirlo son una de las pocas cosas que he ido mejorando con los años", asegura desde Madrid, donde reside por estos días. "Al principio el problema era de peso; después, a medida que fui tomando más y más aviones, de tiempo: las esperas para despachar y recuperar el equipaje son insoportables. Por lo cual fui afinando poco a poco el equipo que necesito para viajar: dos pantalones negros, seis camisetas negras, dos pares de alpargatas –adivinen el color–, un pulóver –¿negro?–, una campera, ropa interior, un nécessaire de baño, mis auriculares noise cancelling –que te cambian el vuelo–, mis máquinas.

Más que eso es vicio –y no es que esté en contra de los vicios, pero sí del de pasear el precio de tu ansiedad por el mundo. Dije mis máquinas: por supuesto, me ayudó la técnica. Antes, mi principal problema eran los libros; ahora el Kindle lo ha solucionado. Y, por supuesto, mi computadora –menos de un kilo–, que suelo considerar mi hogar. Llevo una cámara de fotos, solo para trabajar –no tomo fotos de recuerdos, desde chico decidí que prefería acordarme–, pero el lugar que ocupa mi Sony Nex-5 es ínfimo. Así que no viajo para llevar o traer nada: solo a mí y lo que vi. El riesgo es muy menor: si me falta algo, seguramente puedo comprarlo por menos de 20 dólares en cualquier lugar. Y, a cambio, la sensación de liviandad –casi, de libertad– es impagable".

Sin exceso de equipaje

Aunque todavía no es norma en todos los aeropuertos, lo cierto es que las aerolíneas apuntan a ser cada vez más exigentes a la hora de controlar el peso del equipaje. En París, por ejemplo, los viajeros ya no pueden escaparse de subir a la balanza la maleta de cabina y bolso de mano que, juntas, no pueden superar los 12 kilos. De lo contrario, hay que facturarlas como equipaje o exponerse a multas que pueden transformar el placer del viaje en una pesadilla: pagar por cada kilo extra 100 euros. Para no jugar con el destino, vale la pena llevar una balanza portátil. $ 23.990 en Saxoline.

House sitters: cuidadores de casas ( y mascotas)

Todo se resume en un trato de confianza: una persona busca a alguien que cuide su casa y mascotas –porque se va de vacaciones–, pero sin pagar. Entonces, busca a un viajero responsable y ávido por conocer dicho lugar y, a cambio de cuidado, le ofrece alojamiento gratis. Así nació la tendencia de los house sitters (en alusión a los baby sitters), que si bien todavía se da tímidamente en Latinoamérica, se ha transformado en una forma de viaje recurrente en países como Inglaterra, Alemania o Canadá y Nueva Zelanda. Para lograr el acuerdo los interesados deben crear un perfil en determinados sitios web, seleccionar el lugar a viajar, esperar a que los dueños de casa los contacten y, tras algunas entrevistas vía mail o Skype, decidan a confiarles su casa.

KIWIHOUSESITTERS.COM: es la página de cuidado de casas y mascotas más activa de Nueva Zelanda.

TRUSTEDHOUSESITTERS.COM: ofrece más de 400 perfiles de potenciales cuidadores y entre 100 y 150 ofertas de lugares disponibles para cuidar en todo el mundo.

Leer para viajar

El escritor, cronista y periodista "portátil" Juan Pablo Meneses –autor, entre otros libros, de Una vuelta al tercer mundo, un compendio de sus crónicas viajeras y de Hotel España, distinguido por el Consorcio Camino del Cid como uno de los mejores libros de literatura de viajes publicados en España en 2010– recomienda dos libros y un sitio web para despertar las ganas de partir.

-El mejor trabajo del mundo, de Carolina Reymúndez: esta argentina escribe de viajes en los principales medios del continente y es, posiblemente, la mejor periodista de viajes del idioma. En este libro cuenta lo que no se ve en la vida de una cronista de viajes. Es un libro difícil de encontrar en Chile, pero hay ejemplares en la librería Lolita (República de Cuba 1724, Providencia).

-Altaïr Magazine: a cargo del periodista español Pere Ortín, este sitio fue la gran reconversión tras el fin de la revista Altaïr en papel (Altaïr, por cierto, es también la librería viajera más famosa de Barcelona). En la versión online se pueden leer crónicas de viaje como en ningún medio de papel en español. www.altairmagazine.com

-A partir de Manhattan, de Enrique Lihn: es el gran libro de crónicas de viaje publicado en Chile. Son los poemas que escribió cuando se gastó la plata de la beca Guggenheim viajando. Es un libro inspirador, que siempre tengo a la mano. Se puede encontrar en librerías de segunda mano

1.000 libros en Kindle

Como es un dispositivo barato (partió costando 400 dólares, pero hoy es posible encontrarlo desde 50 dólares), que pesa solo 206 gramos y puede alojar hasta 1.100 libros, el Kindle se ha transformado en la tablet indispensable para los viajeros lectores. Porque, aunque otras tablet como el iPad también tienen aplicaciones pensadas con este fin, lo cierto es que el Kindle no solo tiene un tamaño que llama a leer (es el más parecido de todos a un libro), sino que, como no incluye aplicaciones de juegos, películas ni redes sociales, es un ahuyenta distractivos. Además, es amable con el bolsillo: el 80% de los libros para leer en él cuestan solo 9,99 dólares.

Viajeros para seguir en Instagram

Una foto reciente de @uncornered_market en el delta de Okavango, Botswana, al sur de África.

@UNCORNERED_MARKET: hace 15 años el matrimonio formado por Daniel Noll y Audrey Scott dejó su casa en San Francisco para instalarse en República Checa. Cinco años después, renunciaron a su trabajo en Praga y se lanzaron a viajar. Han recorrido más de 90 países y se han vuelto en colaboradores frecuentes de medios como la BBC, National Geographic y The Guardian.

@EVERYTHINGEVERYWHERE : en 2007 el reconocido fotógrafo Gary Arndt –quien en 2014 ganó el premio a Fotógrafo de Viajes que entrega la Sociedad Americana de Escritores de Viaje (SATW)– vendió su casa con la idea de viajar un año, pero nunca regresó: desde entonces ha recorrido más de 170 países repartidos en todos los continentes.

Elegir una maleta

Ultra lujo : si bien hoy deben buena parte de su popularidad a que estrellas del cine se pasean con ellas por los aeropuertos, lo cierto es que la fama de la marca de maletas alemanas Rimowa se debe a sus aportes al desarrollo de equipajes: en 1937 fue Richard Morszeck, hijo del fundador, quien lanzó el primer baúl para viajes de metal liviano y con ello las maletas se convirtieron en símbolo de estatus. En 2000, Dieter, nieto del fundador, lanzó la maleta de policarbonato, un material ultra ligero y resistente, que si sufre una abolladura, dicen, recupera su forma original en poco tiempo. Entre los modelos disponibles en la tienda de Santiago está la Rimowa Salsa Air, elegida este año por la revista Travel & Leisure como una de los 10 mejores maletas para llevar en cabina. Eso sí, son accesibles para pocos: el modelo más barato cuesta desde $ 400.000. Nueva Costanera 3900, local 1032, fono 22486 2039.

Maleta Rimowa

A gusto: Marcelo González, jefe del local de Samsonite de Alonso de Córdova, ha logrado conocer el gusto detallado de cada uno de sus clientes. Por eso, asegura que hay modelos preferidos según edad y carácter: "Las mujeres suelen llevar la Cosmolite, un modelo grande y ultra liviano, con 4 ruedas que se mueven en 360°, porque suelen llevarse pocas cosas de viaje, para regresar cargadas de compras. Los políticos llegan buscando la Silhouette Sphere, que permite llevar hasta 5 trajes. Y una que tiene cada vez más adeptos es la maleta mochila Paradiver". Alonso de Córdova 2365, fono 2963 4360.