Alejandro Köhler, consejero PS: “Hasta ahora no hay hechos relevantes que me indiquen una clausura por parte de la oposición a cualquier tipo de acuerdo”

El delegado de la bancada de consejeros socialistas, Alejandro Köhler. Foto: Mario Téllez / La Tercera

El delegado de la bancada de consejeros oficialistas se define como un optimista y tiene la esperanza de que, a pesar de las diferencias, sí será posible llegar a puntos en común con la derecha. "Ninguna Constitución democrática, en ninguna parte del mundo, se puede construir a partir de una sola mirada", afirma el exalcalde de Panguipulli.


Al momento de iniciar esta entrevista, el delegado de la bancada de consejeros socialistas, Alejandro Köhler (67), hace una advertencia. Avisa que tiene discapacidad auditiva y que no escucha por el oído derecho. Ese hecho es parte de su biografía y, hasta el día de hoy, lo hace emocionarse.

A lo largo de la conversación explicará por qué. El exconcejal de Panguipulli cuenta que cuando tenía 17 años, el 5 de octubre de 1973, fue detenido por los agentes de la dictadura en la 1ª Comisaría de Valdivia. “Ahí comenzó el infierno”, recuerda emocionado hasta las lágrimas desde el segundo piso de la Cámara en Santiago. Estuvo seis días amarrado, fue torturado y luego pasó tres meses encerrado en las celdas de castigo de la cárcel de Valdivia. Por culpa de los apremios recibidos, dejó de escuchar en su oído derecho. Luego se vio obligado a vivir en el exilio junto a su familia.

Pese a todo lo que le tocó vivir, Köhler dice que los años le han enseñado a vivir sin odio y que, por lo mismo, es un convencido de que con diálogo es posible buscar puntos de encuentro entre la izquierda y la derecha.

¿Cómo es para usted, con su historia, ser consejero y compartir con personas como el consejero Luis Silva, que “admira” al general Pinochet y lo considera “un estadista?

Luis Silva es un joven que no vivió ese período y yo creo que por razones ideológicas tal vez hizo esa exaltación al dictador. Espero que eso no se repita, porque efectivamente en personas como nosotros, que no somos pocas, es una provocación. No me gustaría escuchar algo así en el pleno del Consejo, porque me vería obligado a responder. Yo no puedo justificar las declaraciones de Luis Silva, es imposible, pero aún así creo que más allá de este episodio y de los que eventualmente se produzcan, necesitamos buscar mínimos comunes. Quiero advertir que en Chile existe un consenso de que Pinochet fue un dictador macabro, yo no necesito extenderme en eso, porque mi propia vida lo representa.

¿O sea confía en que los republicanos cumplirán su palabra de buscar acuerdos ?

Hasta ahora no hay hechos relevantes, a excepción de las cuatro presidencias de las comisiones, que me indiquen una clausura por parte de la oposición a cualquier tipo de acuerdo. No hay que olvidar que la Comisión Experta no solo nos entregó un anteproyecto que es un buen punto de partida, sino que también nos dio un testimonio de un clima de colaboración. Yo deseo que tanto en contenidos como conducta y clima político esa experiencia pueda permear nuestro trabajo en el Consejo.

¿No cree que será inevitable que republicanos y Chile Vamos impongan su mayoría?

Yo soy optimista por naturaleza. Mi trayectoria me ha enseñado a dialogar siempre, a pesar de los prejuicios y las diferencias. El patrón tiene que ser conversación, diálogo y acuerdos. Mi historia me he enseñado que uno tiene que despojarse del odio. Con odio no es posible construir ningún espacio. La pregunta fundamental que yo me hago es: ¿Esta persona que soy yo tiene algo en común con los republicanos? Es probable que muchos compañeros y compañeras me digan rotundamente que no.

¿Qué cree usted?

Yo me respondo que sí tenemos algo en común y lo que tenemos en común es que todo Chile, sus empresarios, campesinos, pobladores, municipalidades, pueblos indígenas, toda esa diversidad necesita un país estable y con paz social. Ese punto de unión debemos ponerlo sobre la mesa y estoy seguro que no es fácil, pero sí creo que es posible.

¿La bancada socialista tendrá un rol especial para buscar esos puntos en común con los republicanos?

Todas las bancadas van a jugar un rol. El Partido Socialista es una amalgama de personalidades y creencias que son las que están presentes en el país, pero, además, es un partido que por su experiencia tiene un profundo sentido de responsabilidad política y gobernabilidad. Los consejeros y consejeras socialistas queremos contribuir a que efectivamente podamos cumplir la tarea en beneficio de nuestro país.

Este martes se votaron las presidencias de las cuatro comisiones y la derecha se quedó con todos esos espacios. ¿Usted como delegado solicitó que les cedieran alguna?

Yo, en lo personal, siempre tuve la expectativa realista de que pudiera abrirse un espacio para una presidencia. De hecho, puedo decir que se lo transmití a Luis Silva en los momentos previos a la constitución de las comisiones, pero seamos realistas, nosotros no teníamos opción de instalar a algún consejero nuestro.

¿Qué le respondió Silva?

Él fue muy caballero, muy respetuoso y yo lo entendí perfectamente. Me dijo que no tenían condiciones políticas para abrir ese espacio y yo soy comprensivo. La política se hace a partir de las realidades existentes, no hay que llorar. Distinto fue cuando nos dieron los cupos para Sistema político.

¿Por qué era tan importante tener cuatro consejeros en esa comisión, en vez de los tres que ofreció la derecha?

Para nosotros era inaceptable, porque era muy importante que se respetara nuestra pretensión de tener a cuatro consejeros en Sistema político, porque nos parecía relevante ampliar la mirada en esa comisión. Ninguna Constitución democrática, en ninguna parte del mundo, se puede construir a partir de una sola mirada. Solo las constituciones autoritarias o dictatoriales son posibles a partir de una sola mirada. ¡Qué ejemplo más claro que la Constitución de 1980! Siempre tuve la esperanza de que esto era posible de revertir y así fue.

¿Cree que existe el riesgo de que el Consejo entregue un texto que represente una sola mirada?

En este Consejo Constitucional siempre existe el riesgo de terminar con una Constitución redactada por una sola mirada. La Constitución que tenemos que poner a disposición del pueblo de Chile, para que podamos aprobarla, necesita de todas las miradas. Sin eso no vamos a tener una nueva Constitución.

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