“No creo que haya en esta sala alguien que no se estremezca con su historia”: el gesto del republicano Paul Sfeir al PS Alejandro Köhler en el Consejo Constitucional

El socialista reveló a inicios de septiembre, en el marco de los 50 años del Golpe de Estado, las torturas que sufrió. "Usted don Alejandro jamás será de derecha y yo jamás seré de izquierda, estamos claros con eso. Pero hay algo que nos une indefectiblemente", le dijo el republicano, revelando que una de ellas era el "respeto". Ahí se acercó a su par y le hizo entrega de un presente.


En medio de tensas semanas al interior del Consejo Constitucional, en el marco de la aprobación de artículos que serán parte de la propuesta de nueva Constitución, este viernes se vivió un momento especial en el edificio del Congreso en Santiago, que alberga el trabajo del órgano.

El consejero republicano, Paul Sfeir, tomó la palabra para dedicar unas palabras al representante socialista, Alejandro Köhler, quien a inicios de septiembre reveló detalles de las torturas que sufrió tras el Golpe Militar. Esto, en el marco de la conmemoración de los 50 años del derrocamiento de Salvador Allende.

Fui torturado, tenía 17 años, pero superé el odio (...) Mucho golpe, torturas y electricidad en todo el golpe. Cuerpo, genitales, lengua, cabeza y especialmente en los oídos (...) Con mi padre estábamos en celdas separadas, pero nos sacaban de ellas y nos torturaban juntos. No podíamos vernos, estábamos vendados... pero yo escuchaba la tortura de mi padre y él escuchaba la mía”, reveló a La Segunda.

“Uno con la edad va ganando sensibilidad y tal vez eso sea ganancia también en inteligencia. Las experiencias enseñan mucho. No creo que haya en esta sala alguien que no se estremezca con la historia de vida de don Alejandro Köhler. A mí tocó vivir la otra parte de la historia, la que se cuenta poco, pero que también ocurrió, mi familia también sufrió mucho don Alejando, pero yo quiero reconciliación”, partió diciendo Sfeir ante el silencio de la sala.

El consejero socialista lo miraba desde su escaño, en frente, pero al otro lado del hemiciclo.

“Esas vidas nos tocaron vivir. Pero hoy estamos aquí, mirándonos frente a frente usted y yo y todos nosotros. Usted de un lado, yo del otro, pero juntos, con un mandato que nos exige entregar nuestras experiencias para que sí, para nunca más ni a usted ni a mí, o a quienes representamos, o a quienes nos adversan nos vuelva a ocurrir. Tal vez este es tiempo de cicatrices, pero por favor que ya no sea más tiempo de heridas abiertas. Eso anhelo yo para mi país. Usted don Alejandro jamás será de derecha y yo jamás seré de izquierda, estamos claros con eso, pero hay algo que nos une indefectiblemente. Dos cosas -bueno son muchas- pero me atrevo a mencionar hoy dos. Una con una palaba: respecto, y otra con un acto don Alejandro”. Fui ahí que se levantó y con una bandera chilena en las manos caminó hacia el socialista, haciéndole entrega del emblema.

Entre aplausos de los consejeros -algunos incluso se pusieron de pie- la escena culminó con un abrazo entre ambos.

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