Consejos para elegir la copa correcta

¿Importa la copa en la que estoy tomando un vino? La respuesta definitiva es sí. Incluso las diferencias más sutiles en el diseño pueden afectar significativamente la forma en que uno experimenta un vino. Aquí, expertos nos asesoran y nos entregan datos útiles para aprender a elegir la copa adecuada.




Copas anchas con bocas angostas, algunas con fondos profundos y distintas formas. ¿Para qué? ¿Es necesaria tanta variedad de copas? Años atrás, con suerte, uno distinguía entre una copa de agua, de tinto y de blanco, y aparte de que las de cristal eran mucho mejores que las de vidrio, no sabíamos tanto más.

Hoy las cosas han cambiado y hay toda una cultura alrededor del vino que, para los que realmente disfrutan de la experiencia, tomar en la copa y en la medida correcta sí cambia mucho las cosas.

¿Importa la copa? Claro que sí

Carolina Leiva lleva más de 12 años dedicada al mudo del vino y está certificada en nivel 2 en el WSET (Wine & Spirit Education Trust). Ella nos explica que claramente uno puede tomar vino donde quiera, en cualquier contenedor, vaso, tazón o copa de vidrio. ¿Entonces qué razón hay para elegir una copa especial? Unica y exclusivamente la experiencia que uno vive, que puede llegar a ser muy distinta.

Hoy en día, nos cuenta esta experta, la industria de copas de cristal se ha dedicado a diseñar copas que mejoran tu experiencia de degustación de vinos. “Y si vas a tener un vino de alta gama, que está por sobre el promedio, el contenedor en este caso sí genera una gran diferencia” recalca.

Josefina Turner es cocinera y también tiene certificación WSET, en su caso nivel 3. Para ella, cuando uno toma vino en una buena copa, se potencia por completo la experiencia de tomar la bebida. “El tacto de la boca con la copa ya es distinto”, dice.

¿Por qué de cristal?

Josefina lo explica muy bien. El cristal tiene mayor cantidad de arena, lo que significa que es más poroso que el vidrio, haciendo que el vino se impregne mejor en la superficie y podamos disfrutar y sentir más sus aromas y sabores. Además, al ser también un material más delgado, conserva mejor la temperatura y evita que suba el calor, lo que es fundamental al momento de tomar un vino, ya sea tinto o blanco.

Carolina agrega que el cristal es más inocuo. Esto significa que no traspasa otros sabores o aromas, sino que potencia el propio. Otra característica importante es su trasparencia prístina, esencial para poder observar el color del vino, explica esta experta. El color, sobre todo en los tintos, detalla ella, nos habla de la edad. “Mientras el vino sea más rojo azulado es más joven; si es rojo aladrillado o anaranjado, es más viejo. En el caso de los blancos, va a depender de si el vino está oxidado o no por el tiempo. Los sauvignon blanc son unos blancos medios verdosos, con un amarillo pálido, en cambio los chardonnay son más dorados”.

Foto de Andrea Piacquadio en Pexels

Tipos de copas

Más allá de las convenciones sociales, la forma de las copas de vino hace que la expresión aromática y gustativa de tintos, blancos y espumantes se perciba mejor. Independientemente de su estética, o la distinción que aportan a una mesa, el diseño de una buena copa fue pensado teniendo en cuenta la manera en la que el vino entra en la boca y la disposición de las papilas gustativas en la lengua.

En términos generales, explica Josefina Turner, las copas de tinto son más grandes que las de blanco porque los tintos suelen haber pasado por barrica, es decir, han estado encerrados un tiempo, también en sus botellas, y al estar guardados necesitan más oxigenación, que se logra con una copa con más espacio.

Los blancos, en cambio, acostumbran a ser vinos del año, dice Turner, por lo que no se necesita tener una gran copa: son frescos, al abrirlos uno ya les siente el aroma, algo que en general no suele pasar con los tintos.

Existen diferentes copas de vino tinto, como las de borgoña, las burdeos o bordeaux, que también sirven para los blancos. Además están las flautas especiales, para los espumosos, y otros tipos más. Con las ayuda de estas expertas analizaremos y definiremos las más comunes.

Copas más cerradas o más aflautadas en la parte de arriba son, en general, para vinos menos aromáticos y más alcohólicos, porque necesita un poco menos de espacio para que oxigenen bien y sentir los aromas. En cambio, la copa con la boca más ancha se utiliza para vinos más aromáticos y menos alcohólicos.

Copa burdeos o bordeaux, lo más clásico

Vinos: cabernet sauvignon, cabernet franc, merlot

“Es gordita en su cuerpo, un tanto aflautada en la superficie y después se va cerrando”, nos explica Carolina Leiva. Esta forma hace que los aromas se concentren cuando uno oxigena o mueve el vino, para que lleguen a tu nariz más fuertes. Esta experta simplifica bastante la elección: para ella, en este tipo de copas se puede servir tanto un blanco como un tinto.

Copa de borgoña

Vinos: syrah, chardonnay y pinot noir.

Esta copa suele tener la base algo más abultada y el cuello más cerrado lo que, como ya sabemos, facilita la evolución y la concentración de aromas. Es una copa especialmente diseñada para degustar vinos elaborados con la variedad pinot noir, pero sirve también a la perfección para realzar las características de vinos envejecidos. Ideal también para un chardonnay.

Copa flauta

Espumosos, champagnes.

Son copas alargadas, estilizadas y estrechas, con tallos largos y finos. Este tipo de vinos deben servirse fríos, por lo que la forma de la copa sirve para evitar la subida de la temperatura del vino. Por este motivo, el cristal de este tipo de copas es a veces de mayor grosor que el de las anteriores. Además, esta forma permite que se observe perfectamente la formación y la subida de las burbujas del vino a la superficie, así como que se potencie el frescor a cada sorbo. Este tipo de copas es la más utilizada para servir cavas, champagnes y todo tipo de vinos espumosos.

¿Hasta dónde debo llenar la copa?

Josefina aclara que, en general, la copa se debe llenar hasta donde empieza a angostarse, es decir, en su diámetro máximo. ¿La razón? Para que uno pueda mover el vino dentro de la copa y no se te caiga. También, por elegancia y protocolo.

Los tintos de guarda o los de alta gama (como gran reserva o premium), explica Carolina, se recomienda que se sirvan hasta un tercio de la copa, porque deben oxigenarse y así tendrás el espacio necesario para el movimiento de oxigenación.

Los vinos más ligeros puedes llenarlos a la mitad, porque son más jóvenes y no necesitan tanta oxigenación. Con los blancos ocurre lo mismo, porque estos deben entrar en menos ambientes de calor para que mantengan su temperatura, que es más helada. Además, tampoco necesitan mucha oxigenación.

Más alta no es mejor

Para Carolina es mucho más esencial que la copa sea de cristal que su altura. El ideal es que la copa se tome desde el tallo y no desde su cáliz o fondo, ya que si la sujetamos de ahí elevamos con nuestro cuerpo la temperatura del vino, lo que no es para nada recomendable, aclaran ambas.

Recomendaciones

Existen copas para diferentes cepas, eso ya lo vimos. Pero tampoco hay que gastarse la vida comprando distintos tipos, no es tan necesario. Carolina Leiva cree que hay una sobreespecialización en el diseño, pero si uno realmente quiere invertir en buenas copas para tener una mejor experiencia, basta con tener dos tipos: bordeaaux y flauta. Eso sí, siempre de cristal.

Ella recomienda la línea de Spiegelau, porque están desarrolladas para la persona común y corriente y pensada para el canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), que es de alto tránsito. Son de cristal, pero lo bueno es que tienen gran resistencia al roce y también a los golpes.

Para que todos sepan, mientras más fina es la copa, de mayor calidad es el cristal, pero cuando son muy, muy finas, son más delicadas y menos resistentes. Por eso, Carolina Leiva sugiere esta línea a la que llama “más de batalla” dentro de la gama de copas de cristal. Están disponibles en grandes tiendas, tienen una calidad reconocida y con diseños interesantes.

Josefina Turner coincide en el juicio sobre las alemanas Spiegelau, pero también recomienda las austriacas Riedel.

Según las opiniones de ambas, en Práctico te aconsejamos las siguientes copas:

Set 4 copas + decantador Riedel


Set de 4 copas de vino tinto Spigelau Willsberger Bordeaux


Set de 4 copas de espumante Riedel


“Las copas”, concluye Carolina Leiva, “son el complemento perfecto para disfrutar de los vinos de nuestros 14 valles vitivinícolas. Ahora que viene septiembre, es el momento ideal tener una experiencia fantástica”. ¡Septiembre te estamos esperando preparados!


*Los precios de todos los productos que aparecen en este artículo están actualizados al 11 de agosto de 202

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