Qué son los ruidos blanco, rosa y browniano (y cómo podrían ayudarte con tus problemas de concentración)

Imagen escuchar_musica_es_una_terapia_1

Estos sonidos, debido a sus frecuencias, podrían fomentar la relajación, el buen dormir y otros beneficios. Incluso se sugiere como apoyo terapéutico para pacientes con insomnio o TDAH. Dos especialistas explican cómo funcionan.




El ruido te puede ayudar a dormir y a concentrarte. Parece insólito, pero no lo es tanto. Ciertas investigaciones científicas, así como un sinnúmero de testimonios de personas, lo sugieren. Claro que no es cualquier ruido.

A más de alguno le ocurrió en la infancia —y quizá todavía— que se quedó dormido mientras iba en el asiento de atrás del auto familiar. Quien ha viajado en avión, sobre todo largas distancias, probablemente se ha entregado al sueño pese al ruido de las turbinas. ¿Cómo es que se da semejante hazaña con tanta naturalidad?

Si bien en esos ejemplos hay múltiples factores ejerciendo su influencia en simultáneo, el que concentrará nuestra atención en esta pasada es el sonido de fondo. ¿Alguna vez escuchaste hablar de ruido blanco (o white noise, como dicen los gringos)? ¿Qué hay del ruido rosa o del ruido Brown (cuidado, que aquí la traducción no es tan simple)?

En TikTok, este último ruido, el Brown, es tendencia: los videos etiquetados bajo el hashtag #brownnoise tienen más de 87 millones de reproducciones. En ellos se puede ver el testimonio de diversos usuarios, que aseguran sentirse más relajados al escuchar este tipo de ruido. Otros, como la escritora británica Zadie Smith, dicen que les ayuda a concentrarse, mientras algunos lo ocupan para conciliar el sueño. ¿Será posible?


¿Qué es el ruido blanco?

En simple, el sonido se compone de frecuencias, que corresponde al número de ondas por segundo. Las frecuencias pueden ser altas, medias o bajas. Las primeras son las que consideramos notas agudas o altas, mientras las últimas se asocian a las notas graves o bajas. Todo esto se mide en hercios (Hz), pero ahí no nos vamos a meter.

Las ondas que genera el sonido pueden tener distintas amplitudes (imagina el dibujo de una onda oscilando, como en un camino lleno de colinas: ese sube y baja es la amplitud), lo que se conoce como intensidad o, en jerga cotidiana, volumen.

El ruido que se conoce como blanco, es un sonido sostenido, uniforme y continuo, que contiene todas las frecuencias (altas, medias y bajas), con una misma amplitud de onda y, por lo tanto, con la misma intensidad o potencia. Si pensamos en la imagen del sonido, el ruido blanco se vería como una línea plana.

¿Y por qué se le califica como “blanco”? Básicamente porque se copia la definición que se utiliza en la iluminación. Mientras la luz blanca es aquella que contiene toda una gama de longitudes de onda, cada una correspondiente a un color, el ruido blanco es el que posee todas las frecuencias.

Como a todo sonido, al ruido blanco lo puedes encontrar en la naturaleza. ¿Alguna vez has escuchado una catarata o una cascada? La potencia del agua, la caída al vacío de esta y el choque contra la superficie, en una constante. Ese es el ruido blanco.

¿Y el ruido browniano o café?

Te preguntarás por qué los otros ruidos tienen su traducción de los colores al castellano pero no con el Brown, el cual se traduce como browniano y no café. Bueno, porque el adjetivo no corresponde a un rasgo cromático sino al apellido de Robert Brown, el descubridor del movimiento browniano.

¿Qué es el movimiento browniano? Es el movimiento aleatorio de las partículas que se encuentran dentro de un medio fluido y que se produce por el choque de éstas con las moléculas que componen el fluido. ¿Te has detenido alguna vez a mirar el polvo y las pelusas que flotan en medio de un haz de luz que llega por la ventana? Parecen hacerlo sin ningún sentido, más bien es un caos, sin embargo, se mantienen dentro del perímetro del haz de luz. Esas pelusas son partículas, y si no salen de ese área es porque están chocando con las moléculas de gas que las envuelven. ¿Qué gas? La próxima vez que veas un rayo de luz entrar por tu ventana, pasa tu mano por la zona en la que se mueve el polvo y las pelusas. Ese gas. Puedes ver el siguiente video que grafica todo lo anterior:

Robert Brown descubrió este movimiento, observando el comportamiento del polen al flotar en el agua. ¿Pero qué tiene que ver esto con el ruido? Bueno, el ruido es sonido, que a su vez está hecho de ondas, o si se quiere ser imaginativo, de partículas, mientras que el tiempo es el medio fluido. Y en este caso, el ruido browniano —también conocido como “rojo”—, si bien mantiene las características de ser sostenido y continuo, se diferencia del ruido blanco porque está en una amplitud entre los 5 y 9 Hz, por debajo del espectro audible por el oído humano, que está en los 20 Hz. Por eso, solo se pueden percibir las frecuencias más graves.

¿Te relaja el sonido de las turbinas de fondo mientras estás en un avión? Entonces eres sensible al ruido browniano.

Ruido rosa

El sonido del ruido rosa, en tanto, se asemeja bastante a ese que sueles escuchar cada vez que estás entre dos frecuencias de emisoras de radio. Es un sonido “plano” pero crispado —como cuando te hacían callar en un momento de silencio: “shhhh”—, y para los sonidistas tiene un uso práctico: les permite analizar el comportamiento acústico de salas, altavoces o equipos de sonido. Si estás en la prueba de sonido de un concierto o una tocata de menor envergadura, es probable que te topes al sonidista pasando el ruido rosa por los altavoces. Pero otra vez: ¿cómo es que algo así podría relajar a alguien?

Del oído al cerebro

En 1913, el pintor y compositor italiano Luigi Russolo buscaba expandir “la limitada variedad de timbres” que una orquesta musical procesaba para esa época. Russolo estaba convencido de que el oído humano se había acostumbrado a la velocidad, la energía y el ruido del paisaje urbano-industrial que ofrecía la modernidad. De esta manera creó “El arte de los ruidos”, un manifiesto futurista en el que ofrece una visión acerca de cómo la electrónica y la tecnología podían permitir a los músicos del futuro procesar una “infinita variedad de timbres que se encuentran en los ruidos, reproducidos con los mecanismos apropiados”.

Por el sendero de Russolo caminaron una serie de músicos y artistas, como John Cage, quien consideraba a los ruidos (noises) como una posibilidad de generar música sin la intervención intelectual, libre de subordinación ni posiciones de superioridad. El ruido, decía, llega directamente al oído humano, sin preconcepciones. Así se puede conseguir una música transgresora: con el ruido de una lámina de metal, de una tubería o de las partes de un auto. Ese mismo sendero fue el que llevó a los orígenes de la música electrónica.

Si bien las posiciones de Russolo y Cage tienen que ver con una proyección artística, como un objetivo en sí y no en búsqueda de terapia u otras metas, permite hacerse una idea de cómo es que el ruido puede ser efectivamente reconsiderado.

Álvaro Romero, neurólogo de Clínica Indisa, explica que cuando el sonido es percibido por el oído humano, se traducen las ondas sonoras en ondas eléctricas. Esa información es transmitida de inmediato hacia el cerebro, específicamente a la zona de los lóbulos frontales, donde se producen los procesos que permiten concentrarse, relajarse o conciliar el sueño, entre otros.

Y para ello, dice Romero, es clave la liberación de dopamina, un neurotransmisor conocido como la hormona del placer, y tanto el ruido blanco como el rosa y el browniano pueden generar una mayor secreción en algunas personas. Así, consiguen sentirse más relajados, con una mejor capacidad de concentración o les es más sencillo entrar en una fase de sueño.

Imagen escuchar_musica_es_una_terapia_1

¿Por qué sólo algunos y no todos?

Entre los miles de usuarios de TikTok que han reportado beneficios del uso del ruido browniano, hay un alto número de personas que son pacientes con trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Según estos, al acompañar sus actividades con este sonido particular su nivel de concentración aumenta notablemente.

Hasta donde Álvaro Romero sabe, “el ruido Brown ayuda a mantener la concentración por 30 minutos, es limitado”. Sin embargo, aclara, no hay evidencia que confirme ni que refute los “poderes mágicos” de los ruidos coloridos. “Se ha visto mucho más en personas que tienen un déficit de dopamina”, lo que se traduce en estrés, insomnio, falta de concentración e hiperactividad, entre otros síntomas.

Pablo Brockmann, experto del Centro del Sueño de la Red de Salud UC CHRISTUS, señala que el ruido blanco se ha usado “hace décadas para el insomnio”, con resultados interesantes, “especialmente en pediatría y lactantes”. Aparentemente, afirma, “ayuda a conciliar y a mantener el sueño, lo que tendrá efectos beneficiosos tanto para los niños como para los padres. Por eso se ha articulado muy bien como terapia de apoyo psicológico y conductual en estos casos”.

Algunos estudios sugieren que el ruido blanco también podría ayudar al comportamiento y sueño de niñas y niños que son pacientes TDAH. También en sus funciones cognitivas, como consolidar los recuerdos, un proceso que ocurre durante el sueño.

Pero mientras algunos disfrutan de los beneficios de estos ruidos, otros simplemente concuerdan con las definiciones de la RAE: les desagradan y perturban. Brockman estima que en esto influyen factores genéticos y “probablemente los ruidos a los cuales se hayan expuesto de manera temprana en su vida, tanto en la fase intrauterina y en los primeros meses de vida”.

¿Cuánto de placebo hay detrás de todo esto? Difícil saberlo, pero los especialistas consideran que no hay contraindicaciones ni riesgos asociados a la exposición de este tipo de ruidos. Lo ideal, dice Brockman, es que “el paciente logre concentrarse sin usar ruido ni nada. Sin embargo, si estos le hacen un beneficio no me parece mala idea probar y ver la evolución asociada”. Álvaro Romero opina igual.

El mercado está lleno de aparatos y máquinas que ofrecen emitir nada más que ruido blanco, Brown o rosado. “Pero con las aplicaciones de streaming puedes tenerlas todas en el celular”, dice Romero, para quien lo ideal sería “escuchar con buenos audífonos con cancelación de ruido, para que no se cuelen sonidos externo”. Ese sí que es indeseable.

¿Un modelo de audífonos recomendable? Hemos probado varios con cancelación de ruido, pero unos con muy buena relación precio-calidad son los Huawei FreeBuds Pro 2: gran sonido, excelente batería y gran sistema de reducción del ruido externo.

Audífonos con cancelación de ruido Huawei FreeBuds Pro 2


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 1 de noviembre de 2022. Los valores y disponibilidad pueden cambiar.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.