Televisores: no diga plasma, diga LCD

En los últimos 15 años, la evolución tecnológica de los televisores ha sido muy rápida. Aquí repasemos los hitos más importantes —como el auge y caída de los plasma, y la hegemonía actual de los LCD— y cuáles son los modelos destacados de esta temporada.




Ante la sorpresiva llegada del 10% de las AFP, mucha gente se volcó a la compra de productos tecnológicos y de línea blanca. Los televisores fueron una de las compras favoritas, ojalá lo más grande posible: la gente ama sus teles, no hay duda.

Lo que históricamente conocimos como la “caja idiota” hace un buen tiempo que ya dejó de serlo. Hoy, la pantalla de un televisor no solo permite acceder a una multiplicidad de contenidos, mucho más allá de la televisión abierta: además tiene una fiera competencia desde que los dispositivos móviles irrumpieron como pantallas personales. De hecho, los mismos contenidos tradicionalmente televisivos ahora son fácilmente accesibles —o se han dosificado— para las nuevas generaciones y sus celulares. Pero hasta no hace mucho, la cosa era muy distinta.

Desde su creación en 1927, de la mano de Philo Farnsworth, el televisor tuvo una arquitectura más o menos estable, con variaciones más enfocadas en el diseño que en su estructura interna. Un salto cuantitativo ocurrió, por cierto, con la llegada del color, en los años 40, y su adopción masiva, entrada la década de los años 60s. Posteriormente llegó el control remoto, la televisión por cable, que amplió la oferta a una de pago, y no fue hasta después del siglo XX que la pantalla del televisor tuvo su cambio más profundo.

Plasmas vs. LCD

Con el cambio de siglo, también llegó uno de los cambios más rupturistas para la televisión: el paso de lo análogo a lo digital y la eventual adopción por países de este nuevo modelo. Lo anterior implicó un desconocido aumento en la calidad visual a la cual podíamos acceder, que fue descrita como “alta definición”, un salto cuántico en relación a la resolución estándar que conocíamos desde sus inicios. Pero también impulsó un cambio de diseño, donde los televisores “con poto” progresivamente fueron desapareciendo en pos de estas nuevas, más grandes, más delgadas y más estilizadas pantallas planas.

Y como ha sucedido anteriormente en otros campos de la industria tecnológica, hacia mediados de los 2000 ocurrió una guerra de formatos, por lo que había que tomar bandos: o se optaba por una tele con pantalla de plasma, empujadas fuertemente por compañías como Panasonic, o por una LCD o pantalla de cristal líquido. Ambas tecnologías tenían sus pros y sus contras, por supuesto, y muchas veces se consideraría que los plasmas poseían mayores beneficios, especialmente en lo que se refería al contraste de negros, ideal para el visionado de películas o videojuegos, por ejemplo.

Sin embargo, después de una lucha mediática considerable, los LCD ganaron la guerra y llegaron a transformarse en un estándar. Los plasmas dejaron de ser producidos el año 2014, después de que Samsung y LG anunciaron el cese de su producción y se centraron únicamente en la fabricación de pantallas LCD. Hoy, los formatos oscilan entre los OLED (organic light-emitting diode) y los QLED (quantum dot light-emitting diode), con Samsung, LG y Sony dominando el mercado global.

4K vs. 8K

Con este cambio también se abrió la discusión respecto a la resolución de nuestras pantallas. Primero fue el salto al full HD, que ya fue una evolución de la tierra al cielo en términos visuales para el usuario común. Porque pasar de los clásicos 720x480 pixeles, con un tamaño de encuadre de 4:3 —establecido desde 1941—, a una alta definición de 1920x1080 pixeles, con un formato de 16:9, resultó ser un progreso visual que incluso afectó a la misma industria televisiva en distintos niveles.

Pero ese salto no fue suficiente y rápidamente los mismos fabricantes se han enfrascado en una lucha por lograr las resoluciones más altas posibles. En primera instancia fue el paso y la estandarización de contenidos en 4K (o Ultra HD, es decir, 3840x2160 pixeles), donde es posible apreciar una imagen con una resolución más o menos cuatro veces más alta que lo que nos ofrece el full HD. El mercado de las teles 4K, que además en su gran mayoría son smart, es decir, con la posibilidad de conectarse a Internet, explotó a partir de mediados de la década pasada. Y mientras eso sucedía, silenciosamente comenzaron a aparecer televisores que ofrecían imágenes en 8K.

El 8K (8K Ultra HD) se define por contar con una resolución de 7680x4320 pixeles y es actualmente el más alto estándar de definición disponible. Y si bien hace años existen modelos con esta característica, su producción se empezó a masificar a partir del 2019. Sin embargo, la adopción de estos televisores no debiese ser tan rápida aún, si consideramos la escasez de contenidos disponibles que permiten poder disfrutar esta resolución, más allá de algunas cámaras (incluso en dispositivos móviles) capaces de grabar en este formato.

Veamos algunos modelos de televisores de parte de los más grandes fabricantes.

Samsung

El gigante surcoreano fue el primero que presentó un televisor 8K con su modelo QLED 2020 en Chile. Con variantes de 75″ y 82″, esta nueva generación de QLEDs presenta una serie de características que, impulsadas por inteligencia artificial, condicionan automáticamente el visionado desde múltiples variables para lograr la mejor experiencia: desde niveles de contraste y brillo, a modos de ambiente (que mimetizan la pantalla al entorno de la habitación) y el uso de Bixby, el asistente virtual de la marca.

Televisor LCD Samsung QLED Q800T 8K 82′'


Samsung, además, ha tratado de ampliar e innovar en el uso tradicional de pantallas planas. Es así como hace un tiempo presentó “The Frame”, un modelo que literalmente transforma la pantalla en un cuadro cuando no está en uso. También ha lanzado variaciones, como la muy millennial “The Sero”, que permite voltear la pantalla y ponerla de modo vertical (¿cómo un celular gigante?) y “The Serif”, que presenta un estilizado y sofisticado diseño que permite mover el televisor a cualquier parte de la casa.

Televisor LCD Samsung The Serif QLED 4K 49′'


LG

La otra gran marca de Corea del Sur también posee interesantes modelos, como la Nanocell 8K, de 75″, que incluye inteligencia artificial en su sistema operativo para mejorar la experiencia de visionado. Es ideal para ver eventos deportivos, porque una de sus más llamativas características es el Sports Alert, el cual entrega en pantalla y tiempo real actualizaciones sobre deportes y equipos favoritos, marcadores y resultados, incluso mientras se están viendo otros contenidos.

Televisor LCD LG Nanocell 8K 75′'


Mientras, los modelos 4K OLED, tope de línea de la marca, de 77″ y 65″, poseen también todas las características necesarias por contar con una buena experiencia televisiva, especialmente, recalca LG, en lo que respecta a la reproducción de videojuegos y películas, gracias a su procesador Nvidia G-Sync, que garantiza que la fluidez del juego sea óptima, junto a sistemas Dolby para audio e imagen.

Televisor LCD LG OLED 4K 55′'


Sony

El coloso japonés sigue siendo una gran opción de compra en términos de pantallas de gama alta. Una de ellas es la serie X950G, con interesantes características: desde el detalle de ver de manera óptima una imagen desde cualquier ángulo a la posibilidad de escalar imágenes a resolución 4K de manera automática.

Televisor LCD Sony X955G 4K 55′'


Mientras, otra serie tope de línea es la A8G, OLEDs que cuentan con Android TV y que, para muchos sitios especializados, posee la mejor pantalla OLED de esta generación 2020, en tamaños de 55″ y 65″.

Televisor LCD Sony A8G OLED 4K 65′'


Hisense

Obviamente, no podíamos dejar fuera a uno de los tantos fabricantes chinos que abundan en el mercado. Hisense, por ejemplo, hace muy poco entró a nuestro mercado local (antes solo estaba presente vía Walmart), y destaca por presentar modelos que cuentan con muchas de las mismas prestaciones y características de otras marcas asiáticas, pero a precios bastante más asequibles.

El modelo 4K que destaca la compañía china, fundada en 1969, es el ULED H8GCL, que cuenta con retroiluminación LED y múltiples características que hacen destacar su imagen, junto a una sencilla interfaz de control. ¿Pero lo mejor de todo? Sin duda, su precio.

Televisor LCD Hisense ULED H8GCL 4K 55′'


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